Si ayer al levantarme alucinaba con la actualidad, esta
mañana la sensación es de verdadera náusea y angustia. Me pregunto qué hemos
hecho -o dejado de hacer- los españoles para merecer esto que nos está pasando.
Leo en EL PAÍS que el juez Baltasar Garzón -para mí, con todas sus luces y
sombras, sigue siéndolo- cree desde Bogotá que "es el momento de
participar en política porque estamos asistiendo a un panorama bochornoso por
parte del Gobierno" y no sólo por parte del Gobierno me permito corregirle,
porque lo que estamos viviendo es una especie de apocalipsis democrático, en el
que los ciudadanos, para expiar nuestros pecados pasados, asistimos al
desmoronamiento sobre nuestras cabezas de todo aquello en lo que creímos, pero,
desgraciadamente, no cuidamos.
Nos están quitando todo: la felicidad, el bienestar, la
tranquilidad de nuestros ancianos, el futuro de nuestros hijos y, en algunos
casos como el mío, nuestros ahorros.
Sin haberlo pretendido, por haber confiado en que Caja
Madrid, la vieja Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, a la que
llevé mi primer sueldo, porque yo creía en lo público y prefería que sus
beneficios fuesen a una obra social antes que a los bolsillos de un banquero,
me embaucaron con la estafa de las preferentes, haciéndome creer que lo que
hacía era colocar una parte importante de mis ahorros en un depósito a plazo
fijo, el primero que hacía en toda mi vida, cuando en realidad lo que
estaban haciendo era quitarme esos ahorros para tapar sus vergüenzas y
devolver a otros clientes más amigos, más influyentes y mejor
informados lo que, ellos sí, conscientemente se habían jugado en
operaciones de alto riesgo.
Cuando empezó a correr el rumor de lo que estaba pasando,
nadie lo podíamos creer, entre otras razones porque la prensa en la que también
habíamos confiado guardaba un silencio cómplice y miserable que nunca le
perdonaré. Uno trataba de tranquilizarse pensando que si Bankia, el
engendro resultante de la fusión forzada de Caja Madrid y el resto de
entidades, salía a bolsa era porque tenía algún atractivo para los inversores,
pero como ocurrió con PRISA, la salida a bolsa no fue más que una huida hacia
adelante y una oportunidad de negocio, de esas que tanto les gustan a los
trileros de la política y los negocios, una trampa de los que realmente
conocían la receta del pastel que estaban cocinando, para quedarse con el
dinero de otros.
Las acciones se desplomaron y el Estado entró en la Bankia
expoliada en manos de Miguel Blesa y Rodrigo Rato, hombres ambos del
siniestro Aznar y del PP, y los que creemos que las leyes se hacen
para ser cumplidas y que el Estado tiene como principal deber la defensa del
bien común volvimos a confiar en que se daría una solución razonable a
nuestras cuitas. Pero volvimos a equivocarnos, porque se nos sometió a una
quita de lo depositado, primero, y a un canje posterior y forzoso, hoy, de
la cantidad resultante en acciones de Bankia que, curiosamente, desde hace
dos días no hacen más que desplomarse en la bolsa, con lo que lo que ahora
tenemos -sin posibilidad de vender durante un tiempo- es ahora mucho menos
de lo poco que nos habían dejado.
Hoy, el día del canje, me entero de que las acciones que
se han vendido masivamente, provocando el hundimiento del valor de
las acciones, son casi el triple de las realmente existentes y es entonces
cuando me pregunto para qué cojones existe una Comisión Nacional del Mercado de
Valores, al frente de la que está una ex ministra de Aznar. También me pregunto
qué hacía el PP pagando al ex presidente de Caja Madrid Miguel Blesa,
como supimos ayer y sigo creyendo cierto, pese al burdo
desmentido del partido y de él mismo.
Ayer, a la fuerza ahorcan, solicité que se someta a
arbitraje mi caso y lo hice con la intención de que, si, finalmente, no s eme
devuelven mis ahorros acudiré a los tribunales, aunque tenga que gastarme en
ello hasta el último céntimo que me quede. Si no lo he hecho ya es porque soy
de los que creen que "pleitos tengas y los ganes" y porque mi padre,
de casi noventa años, me acompaña en este calvario y, de momento, su salud me
importa más.
Como sabéis, a veces soy muy mal pensado y estoy
empezando a creer que la presunta torpeza de Blesa y Rato no son tales, tampoco
los palos de ciego que andan dando el Gobierno y Goirigolzarri no hacen otra
cosa que forzar la devaluación de los depósitos en preferentes hasta el
valor que están dispuestos a devolver y que el arbitraje no es más que un
"mareo" a los estafados para evitar que sus reclamaciones ante
los tribunales colapsen la justicia.
En resumen, esta caja podrida nos ha dejado el saqueo
sistemático del PP y sus amiguetes, con el consentimiento del PSOE, IU, CC OO,
UGT, CEOE y todos los presentes en los consejos que presidían Blesa y
Rato, no es más que el paradigma del saqueo a que ha sido sometido nuestro
pobre país en todos estos años. Y una cosa más nada desearía más que verles a
todos, acompañados por el ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel
Fernández Ordóñez, y la presidenta del CNMV, Elvira Rodríguez, sentados en un
banquillo y, a ser posible, condenados.
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1 comentario:
Así que tu también tienes preferentes. empiezo a pensar que fue una conspiración, devaluar a las presonas bajando el salario y confiscándole los ahorros. Cuando se dieron cuenta los primeros estafados con obligaciones subordinadas (el primer nombre y producto de timo, luego lo cambiaron a preferentes) pretendieron acudir a la prensa allá por el 2008, pero parecieera que esperaron a que cayesen en la trampa todas las víctimas posibles antes de que saltase la estafa a los medios.
Un Saludo.
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