sábado, 25 de febrero de 2012

CUANDO ES NOTICIA LA NOTICIA

No. No me gusta nada. Más allá de mi opinión, que la tengo y la he expresado, y el bochorno que supone que alguien vestido, comido y mantenido con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, haya podido saltarse todas las normas que imponen la ley y la decencia, más allá de todo eso, la actitud de la prensa ante el caso Urdangarin, convirtiéndolo, aunque no siempre, en un episodio de cualquiera de esos programas que dan de comer a los famosos mientras anestesian el sentido común de quienes los ven, parece que esa actitud busca más el espectáculo y los picos de audiencia que el imprescindible servicio al ciudadano.
Quién no tiene a estas alturas la sensación de haber visto al duque de Lugo escondido en un coche blindado, bajo una lluvia de huevos y tomates, usurpando la igualdad que a todos los ciudadanos se nos debe reconocer ante la ley y abusando de la influencia de su suegro para entrar a los juzgados de Palma como un privilegiado cargado de fueros.
He de decir que, de haber sido cierta la "corrida" a tomatazos del duque, no hubiese sentido por él más pena de la que siento cada vez que a cualquier otro ciudadano, inocente o culpable, se les somete a la pena no recogida en nuestras leyes del escarnio público.
Hasta ahí, mi lastima -si es que así puede llamarse- por el duque. Desgraciadamente y a expensas de lo que decidan los tribunales, la actitud de la Casa Real y el propio Don Juan Carlos parecen dejarnos poco espacio para las dudas sobre lo irregular y muy probablemente ilegal de su conducta. Otra cosa es todo lo que se ha venido diciendo y escribiendo sobre todos los privilegios de que iba a gozar en cada momento procesal. Hoy, por propia iniciativa o por consejo de su mujer, he echado por tierra todas esas elucubraciones, con lo que "robar" una foto de un Iñaki Urdangarín huyendo acojonado de las iras del populacho ha dejado de ser el objetivo.
Creo que el hecho de que el dilema con que durante días nos han aturdido, del de la forma en que iba a entrar el duque a los juzgados es una buena noticia. Una buena noticia que echa por tierra esa mala costumbre de convertir la noticia y a quienes la persiguen en noticia. Es una buena noticia en un día en que el periodismo español y la pluralidad están de luto por la desaparición de otra cabecera, Público, de los cada vez más escasos kioscos de prensa de este país abotargado y perplejo.
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viernes, 24 de febrero de 2012

EL EMBARGO


En las últimas horas ha alterado el tedio a que nos tiene acostumbrados la actualidad la noticia de que ayer se llevó a cabo un peculiar embargo: el del mobiliario, lo único embargable, de un colegio privado en Madrid. Lo peculiar del embargo es que el duro y bochornoso trámite, con funcionarios judiciales, operarios y policías se ha llevado cabo en plenas horas lectivas, levantando materialmente a los niños, de todas las edades, de sus pupitres.
Lo rocambolesco de las imágenes y la torpeza de proporciones bíblicas quien ordenó la operación en esas circunstancias parecen haber desenfocado un aspecto no menos escandaloso del asunto: el origen del embargo está en la deuda de casi un millón de euros que el centro mantiene con la Seguridad Social. Repito por si no habéis quedado suficientemente impresionados, Los responsables del colegio, que no han dejado de aparecer en radios y televisiones como víctimas, te deben, me deben, nos deben a todos, especialmente a los pensionistas, ciento cincuenta millones de pesetas.
Me pregunto cómo un colegio privado ha podido acumular tal deuda y en cuánto tiempo. También me pregunto qué información tenían los padres de los alumnos de lo que estaba pasando, porque tengo la impresión de que el mayor despropósito ha sido la actuación de los propietarios del centro que, pese a tener una comunicación oficial de la fecha y hora del embargo no advirtieron a los padres, con lo fácil que hubiese sido hacerlo a la hora de entrada al centro. Salvo, claro, que los responsables del centro tratasen de utilizar a los alumnos como rehenes.
Creo que las responsabilidades, todas, hay que exigírselas a ellos. Salvo que haya un acuerdo tácito entre propietarios y padres para abrir una nueva vía a la enseñanza concertada como lo es la de dejar de pagar al Estado lo que s obligatorio para todos los trabajadores de este país con el fin de mantener las bajas médicas, y las pensiones. En resumen, el estado de bienestar que quieren cambiarnos por un "sálvese quien pueda".
No sé si estaba en la intención de El Roto que así fuera, pero su viñeta de hoy, en la que sus gerifaltes de siempre hablan de repartir equitativamente el frío, pero no la calefacción, ilustraría perfectamente lo que ayer ocurrió en un colegio del bonito barrio madrileño de Chamartín.
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jueves, 23 de febrero de 2012

EL POCERO DEL JUEGO


Que la memoria es flaca es algo incontestable. Qué pocos son ya los que se acuerdan de aquella macrociudad dormitorio que Francisco Hernando "El pocero" quiso construir y construyó en medio de la nada de un erial d Seseña. Quizá sólo la recuerdan quienes invirtieron sus ahorros en uno de aquellos pisos y hoy se ven en medio de la estepa toledana sin colegios, sin tiendas, sin autobuses y sin la mayoría de los servicios que se pueden esperar de una zona residencial.
Para construir aquel sueño de muchos, hoy pesadilla de unos pocos, El pocero pasó por encima de todo lo establecido y fue generoso con quien hubo que serlo para dar una mínima apariencia de legalidad a lo que no era más que un contra dios urbanístico cercano a la estafa.
Ahora que ya casi nos hemos olvidado del Pocero y sus felonías, llega a España otro tipo que, a cambio de pasarse las leyes por su "arco del triunfo" promete crear doscientos mil puestos de trabajo en una nueva Sodoma repleta de camareros, putas y crupieres, convirtiendo una zona de Madrid o Barcelona en una nueva y quizá más hortera Las Vegas para que la disfruten los europeos que, puestos, pueden ser más horteras que el más hortera de los granjeros de Kentucky.
El tipo en cuestión, el empresario del juego Sheldon Adelson, una especie de pocero a la americana, conectado con la Mafia, enredado en oscuras historias de sobornos y corrupción y benefactor de lo más conservador del Partido Republicano de los Estados Unidos, anda engatusando a las autoridades españolas, nacionales y autonómicas, para que le despejen un territorio libre de las leyes que nos protegen de tiburones como él y que tantos años de lucha nos han costado a los españoles.
En ese territorio, exento de seguridad social, con beneficios fiscales y subvenciones se dejaría entrar a los menores en los casinos, se ejercería la prostitución abiertamente y se podría fumar en los espacios públicos para que los paletos pudiesen jugarse los ahorros, con su "puraco" encendido, mientras abrazan a una de esas caras señoras que no hay en su pueblo.
Nos dice Esperanza Aguirre que esa nueva Las Vegas atraería a nuestro país, a Madrid en su caso, a millones de turistas como ocurre ahora con Singapur y otros paraísos del juego desperdigados por el mundo.
Por qué, me pregunto, no autorizamos la prostitución infantil, la ruleta rusa o los combates a muerte. Estoy seguro que arañaríamos algunas decenas de miles de turistas más, quizá los más refinados.
De lo que no estoy tan seguro y me tranquilizaría mucho estarlo es de que el ministro de Economía ponga freno a esta tropelía que pretende hacer con nosotros este pocero del juego no porque nos tenga cariño, sino porque nos ve hundidos y quiere pisotearnos para sacarnos el poco jugo que nos quede.

miércoles, 22 de febrero de 2012

RENCOR INTERESADO


A la diputada Rosa Díez le cuadra a la perfección una frase que he escuchado muchas veces de labios de Iñaki Gabilondo, una frase que dice más o menos esto "Así como hay gente que busca una solución para cada problema, hay otra que busca un problema para cada solución".
Acabo de asistir a través de las ondas al debut de Amaiur en la sesión de control al Gobierno, interpelando al presidente Rajoy sobre sus planes para solucionar "el conflicto vasco" y he de decir que no ha sido más que una liturgia en la que tanto el diputado vasco como el presidente han lanzado con la mayor serenidad sendos mensajes para tranquilizar a los suyos... y no ha pasado nada.
Frente a eso, ayer, horas antes de este bautismo de la coalición en el pleno. Esa especie de Agustina de Aragón digna de mejor fin en que quiere convertirse la "tránsfuga" socialista, pidió desde la soledad de su grupo la ilegalización de la formación vasca. Y en esa soledad se quedó, porque su propuesta sólo contó con los votos de sus fieles.
Creo que lo que en realidad pretendía la diputada Díez era forzar a los populares a sumarse a su intransigencia o, en caso contrario y como sucedió, convertirse en el refugio de quienes no acaban de entender que lo que necesita este país, antes de vengarse de ETA por el dolor causado, es acabar con eta para que deje de causar dolor.
Afortunadamente, el cálculo miserable de la portavoz de UPyD propició todo lo contrario que no fue otra cosa que un acuerdo prácticamente unitario de las fuerzas parlamentarias para alcanzar el fin definitivo de la banda, algo que a nadie se le escapa será más fácil si Amaiur sigue siendo un interlocutor al que el Gobierno, en este caso Rajoy, pueda pedir, como ha pedido hoy desde la tribuna del Congreso, que medie ante los terroristas para que conseguir la disolución de ETA.
No sé cuánto tiempo tardará el partido de Díez en entrar en crisis. No sé cuánto tardarán los ciudadanos y sus propios militantes, llenos de buena voluntad, en verle el plumero a la ex consejera de Turismo vasca. Lo que sí tengo claro es que las contradicciones en que cae por su afán de hacer de cada asunto un banderín de enganche al que sumar a todos los descontentos que en el mundo son acabarán por ponerla frente al espejo con todas sus miserias.
Negar que el partido de Rosa Díez es un buen ejemplo de marketing político sería tan absurdo como creer que está llamado a perdurar.
El rencor y el victimismo venden tanto como las burbujas de los refrescos, pero hay muchos refrescos con burbujas y no todos se venden.

martes, 21 de febrero de 2012

CUANDO EL ENEMIGO PAGA EL SUELDO


Me veo en la necesidad de insistir en una idea, terrible, pero real, sobre la que ya he incidido aquí en otras ocasiones: el poder del que ahora está abusando el Gobierno es el poder que nosotros mismos les hemos dado.
Sin embargo, lo de ayer en Valencia supera cualquier expectativa. Cargar de manera tan "indecente" contra estudiantes de enseñanza media, cargar contra adolescentes como si se tratase de guerrilla urbana es desproporcionado, pero es, sobre todo, torpe.
Dar carta blanca a las fuerzas policiales para actuar como lo hicieron para conducirse como lo hicieron ayer en Valencia dice mucho de quienes son los nuevos responsables de la Policía y dice mucho de por qué se ha tomado tanta prisa el nuevo ministro en relevar a los que habían gestionado el orden público hasta ahora.
Estoy seguro, porque nadie ha podido demostrar otra cosa o ya lo hubieran hecho, de que la actitud de los estudiantes valencianos fue bastante más "proporcionada" que la de los antidisturbios que, no sólo los aporrearon, sino que pusieron en serio peligro la integridad de alguno de ellos, lanzándoles a empujones contra vehículos en marcha.
Creo que la borrachera de poder del PP no le deja tomar conciencia de para qué ha llegado Rajoy a La Moncloa. Los vapores de ese resultado, excesivo por alejado de la realidad social de este país, no les dejan ver que no sólo les respalda la mayoría de los ciudadanos, sino que muchos de quienes les han dado su voto pueden comenzar a arrepentirse si ven recortados sus derechos o si tienen que recibir a sus hijos en casa apaleados y rotos porque han osado protestar porque falta calefacción en sus clases y sobran aeropuertos inútiles, regatas, grandes premios, regalos y festines innecesarios.
Qué diría el jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, si no recibiese su sueldo, el que le pagamos todos los ciudadanos, incluidos sus enemigos y los padres de sus enemigos, religiosamente cada mes. Seguro que se "rebotaba" y mucho.
Tengo la sensación de que todas estas "pasadas", policiales o no, ni son anécdotas ni son inocentes. Me temo que forman parte de una estrategia de "acojonamiento" generalizado de la población, con el fin de que los ciudadanos "traguen" y se entreguen de pies y manos a quienes parecen dispuestos en devolver este país al XIX en unos pocos meses.
Eso por un lado. Si, por otro, se desprecian movilizaciones pacíficas como las del domingo, falseando las cifras de asistencia, incluso por parte de la prensa que se etiqueta a sí misma como más o menos progresista, vamos a acabar volviendo a las pedradas a los escaparates y a los cócteles molotov, porque la candidez ante el papel de la Policía de la mayor parte de los indignados del 15-M, se está tornando en perplejidad, pero no tardará en convertirse en rabia si quienes están para protegerles a ellos y sus derechos, les consideran sus enemigos y les tratan como a tales.

viernes, 17 de febrero de 2012

EL MODO MOODY'S


Me estoy acostumbrando últimamente a leer el periódico "entre páginas". Lo hago porque con más frecuencia cada vez encuentro fuera de las portadas, en rincones más o menos escondidos, esas noticias que no sólo ayudan a explicar lo que está pasando, sino que, además, deberían sacar los colores de más de u gurú de la economía y la política.
Nos hemos hartado de escuchar que el mayor problema de la economía española estaba en el alto coste salarial, que hacía poco competitivos a nuestros productos. Cuál no habrá sido mi sorpresa al leer en las páginas de Economía de EL PAÍS que, por primera vez en la historia, en nuestro país los beneficios empresariales superan al total de los salarios devengados por todos los trabajadores con empleo. Quizá eso esplique el hecho de que cada vez haya más yates amarrados en nuestras costas, que sea más fácil vender un todo terreno de lujo, especialmente si es alemán, que un utilitario de fabricación nacional o que no haya dinero para pagar medicamentos, profesorado interino o los gastos de calefacción de colegios y hospitales y sí lo haya para organizar grandes premios de Fórmula 1, regatas planetarias, ligas galácticas o ferias taurinas con carteles que no se pagan sólo con el billetaje.
Toso esto es la consecuencia del triunfo de la economía especulativa, el imperio de las empresas que un día construyen apartamentos y viaductos y otro especulan con la producción de soja o los paneles fotovoltaicos, cuando no se dedican a comprar empresas que los gobiernos ultra liberales, que muchas veces ocupan sus amigos, van desgajando del sector público con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, calidad de empleo y salarios.
Estamos aplicando -y cuando digo "estamos", quiero decir "los gobiernos que elegimos están"- aplicando "modo Moody's" de ver el mundo, ese enfoque sobre la realidad que sólo es capaz de ver con nitidez los beneficios dinerario e inmediatos, olvidando los beneficios sociales del trabajo y la producción de bienes,
Siguiendo esa doctrina, estamos a punto de asfixiar a Grecia y, tras ella, a otros países europeos, entre los que, mal que nos pese, estamos. Y eso va a tener consecuencias. Lo ha dicho el líder de la izquierda italiana "no se puede matar a un país". Ya no sé si por desgracia, si las cosas siguen así, se esto sólo saldremos con una revolución, porque quienes detentan el poder -económico, por supuesto- no parecen dispuestos a apearse del machito ni, mucho menos, a dejar de rapiñar un céntimo caiga quien caiga. Una revolución... o una guerra, porque, lamentablemente, el odio a lo diferente, el nacionalismo y la xenofobia, son los únicos valores al alza entre la gente sencilla. Y sé lo que digo, porque el otro día, buscando unas jarapas que no encontré, en el Rastro, el propietario de una tienda me dijo que la culpa de que ya no haya jarapas allí la tienen los chinos y su monopolio.
Para reforzar su argumento me dijo: "tenía que verlos usted, bajándose de sus cochazos, con sus guardaespaldas". Yo me limité a replicarle que "como los banqueros".

jueves, 16 de febrero de 2012

LA TRAGEDIA COMO METÁFORA



Poco ha durado la tragedia de la prisión hondureña de Comayagua en los titulares. Honduras nos queda demasiado lejos y, además, son tan pobres que, como diría más de uno, estas cosas tienen que pasar. Sin embargo, la tragedia de ayer se llevó por delante la vida de 377 reclusos, la décima parte de las víctimas del World Trade Center, de las que aún hoy, y con razón, seguimos hablando.
Se nos olvida que no hace tanto que nuestras prisiones estaban más cerca de Comayagua de cómo están hoy en día. Se nos olvida también que, con unos cuantos recortes aquí y allá podrían volver a ser lo que fueron.
Más allá de lo que originase el fuego -cada vez parece más claro que fue un cortocircuito- la tragedia nos plantea el conflicto entre los reglamentos, el orden, la seguridad y la autoridad, enfrentados a la compasión, la humanidad, y los derechos. Se quejan los presos que en el mejor de los casos tuvieron que escuchar los alaridos de dolor de sus compañeros que se abrasaban mientras rompían sólo con sus propias manos el techo de las celdas por el que, afortunadamente, pudieron salir.
Honduras, como toda Latinoamérica, carece de prisiones mínimamente habitables. El hacinamiento, la corrupción y la violencia son el teatro de grandes tragedias y grandes negocios. Los funcionarios inhumanos, sádicos y corruptos no son la excepción y tienen las espaldas cubiertas por gobiernos que consideran las prisiones el sumidero por el que hacer desaparecer los desechos de la sociedad que ellos mismos, con sus injusticias, generan.
Alguien decidió ayer no abrir las celdas de los reclusos. Probablemente aplicó el reglamento, su reglamento, hoy hay 377 muertos que muy probablemente estarían vivos si se hubiesen abierto las rejas.
Estoy seguro de que alguien encontrará una excusa para hacer lo que se hizo. También estoy seguro de que el responsable no pisará una celda de esas sobre las que imponía sus criterios.
LO de ayer fue una tragedia que debería enseñarnos a ver qué es lo que ocurre cuando dejamos de lado sentimientos como la piedad, la compasión, la solidaridad y, sobre todo, la justicia.
Mientras tanto, en las ondas ya no se habla de Comayagua. Moody's, la Bolsa y la Economía en general han pasado por encima de sus cenizas, sin que hayamos aprendido nada.

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miércoles, 15 de febrero de 2012

CARAMBOLAS


Está visto que hay quien tiene a la suerte de su lado y a quien, por el contrario, se le puede aplicar eso tan políticamente incorrecto del circo y los enanos. Escribo esto, porque me acabo de enterar por EL PAÍS de que quien ocupará la plaza que dejará vacante Garzón cuando se materialice su expulsión de la carrera judicial es el juez Eloy Velasco, adscrito al juzgado número 6 de la Audiencia Nacional y que, casualmente, fue director general de Justicia de la Generalitat Valenciana, bajo los mandatos de Eduardo Zaplana y, atención al dato, Francisco Camps.
La cosa, por, más que paradójica, esperpéntica que parezca es legal. No hay nada que objetar,  porque quién iba a pensar que el ex colaborador de Francisco Camps iba a ocuparse de la instrucción de un asunto tan turbio como el de la trama Gürtel, en el que, más o menos presuntamente, hay implicados compañeros de su etapa en el gobierno valenciano. Tal cosa sólo hubiese sido posible si el primer juez que abandonaba la Audiencia Nacional era Baltasar Garzón y ningún otro y la salud del juez estrella, ahora estrellado, parecía buena así como sus ganas de seguir al frente de su juzgado las mismas de siempre.
Por todo lo anterior, que Eloy Velasco se situase al frente de la investigación de la trama Gürtel sólo hubiese sido posible por un accidente o por una carambola. El accidente no ha sido necesario, porque la carambola se ha materializado. Bastaba con que una de las tres tacadas hiciese chocar adecuadamente las bolas y alguien ha tenido la habilidad o la suerte de hacer chocar las bolas.
Como decía al comienzo, hay quien tiene a la suerte de su lado... y se crece. Lo digo porque ya hay fecha para que la expulsión de Garzón de la carrera judicial sea efectiva. Será el próximo 23 de febrero, treinta y un años después del fallido intento del golpe de Estado. Afortunadamente, en aquella ocasión, la carambola falló.

martes, 14 de febrero de 2012

LA HEMOS TRAÍDO NOSOTROS


Cuando ya parece estar claro que la decimonónica contrarreforma laboral no satisface más que al Gobierno, aunque parece que no a todos sus miembros, a los empresarios, especialmente a los más desalmados, y a los organismos internacionales que no han sabido evitar la crisis ni dar con la receta que nos permita salir de ella, aunque a las carroñeras agencias de calificación siempre les parezca poco... cuando todos nos volvemos, y con razón, contra este gobierno estafador, me ha dado por pensar y por escuchar con atención. De esa escucha y de la posterior reflexión me ha surgido esta pregunta ¿No habremos sido nosotros los que hemos traído esta reforma?
Lo digo porque ayer, y sólo es un ejemplo, escuché cómo, en la programación local de la SER para Madrid, el conductor del programa ponía en cuestión la actitud de los trabajadores de la contrata del servicio de limpieza del ayuntamiento de Valdemoro que han iniciado una huelga indefinida porque la empresa titular ha dejado de pagarles media mensualidad correspondiente al mes de enero, sobre todo -dijo- cuando se han vivido situaciones peores. Quién es él, con un puesto de trabajo estable, digno y bastante mejor remunerado que el de los trabajadores que recogen la basura de Valdemoro, para decir a cuánto debe ascender un impago de salarios para justificar una huelga.
Debería saber mi amigo que dejar de cobrar 500 o 600 euros, para quien no gana más de mil, puede suponer una tragedia y que, para quien gana 2.500 y tiene, además, otro sueldo en casa, dejar de percibir 1200 puede resultar más leve.
Nos hemos vuelto locos. Vemos el mundo, no cómo es, sino cómo somos y así no podemos llegar muy lejos. Nos hemos encerrado en nuestros pequeños paraísos hipotecados, con nuestro coche a la puerta, con nuestras copas, nuestros cines, nuestras series, nuestras escapadas y nuestras vacaciones "para desconectar" y nos olvidamos de que, en la puerta de al lado o a pocas manzanas de la nuestra, vive gente que las está pasando "putas". Gente que, para hacer algunas gestiones, tiene que salir dos horas antes de casa porque ya no tiene dinero para pagarse un billete de metro o autobús.
No están tan lejos, ni nosotros estamos tan lejos de acabar como ellos. Nos pasa demasiado a los periodistas o a quienes lo hemos sido. Nos gusta pontificar y nos miramos tanto el ombligo que no somos capaces de saber dónde estamos. Paradójicamente tuvo que ser ayer un señor de derechas -para mí muy respetable- como Rodolfo Martín Villa, poco partidario de la reforma, quién, a propósito de la respuesta de ciudadanos y sindicatos a la misma, recordase a Gemma Nierga que, pese a la grave situación por la que atraviesa "su empresa", los trabajadores no habían llevado su protesta a la calle.
Eso es lo que nos pasa. Creemos que nunca nos va a tocar y, cuando nos toca, ya es tarde.
Es por eso que insisto en que, con nuestra pasividad y con esa actitud de mirar para otro lado y no empatizar con los que van cayendo por el camino, hemos ayudado a traer estos grilletes que ahora tanto nos pesan.

lunes, 13 de febrero de 2012

CINISMO ANTROPOLÓGICO


Uno creía que ya lo había escuchado todo sobre la contrarreforma laboral con la que el Partido Popular nos agredió (Guindos-Sachs dixit) el pasado viernes. Pero no. No, porque uno tiende a pensar que los responsables del PP son como él, que sangran cuando se les pincha y tienen sentimientos.
Lo acaba de demostrar la secretara general, María Dolores de Cospedal, que no ha dudado en abroncar a los sindicatos y hacerlo con una de esas verdades, falsa y prefabricada, a la que tan dados son los de la calle Génova.
La señora Cospedal no ha dudado en desautorizar a los sindicatos por haber estado en silencio estos siete años (los de gobierno socialista), mientras el número de parados superaba los cinco millones de parados. A la presidenta que con tanta destreza ha manejado las tijeras en Castilla - La Mancha, se le olvida decir que durante los primeros meses de gobierno Zapatero el empleo siguió creciendo y que los sindicaros, pese a no haber convocado la huelga general que tanto hubiese disfrutado el PP, los sindicatos no guardaron ese silencio del que ahora les acusa Cospedal.
Parece, por lo que dijo ayer a los cachorros del PP, que el mayor mérito de esta reforma es el de haber sido gestada y aprobada en apenas siete semanas de gobierno, como si el mejor cirujano fuese el que abre y cierra en menos tiempo, aunque, con las prisas por sacarle del quirófano, deje fuera del cuerpo del paciente órganos tan vitales como para no permitirle vivir mucho más tiempo.
Tampoco se olvido esa mujer sin corazón y sin vergüenza -dónde han quedado aquellas acusaciones a la Policía de espiar al PP para el gobierno socialista- de dar estopa al PSOE, especialmente a su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que únicamente recordó por su etapa al frente de Educación en los ochenta, con Felipe González de presidente, y al que olvida felicitar por su gestión del final de ETA.
Lo peor de todo es la firmeza y el descaro con que asegura que esta reforma, contrarreforma diría yo, que permite EREs indiscriminados y baratos, despidos improcedentes sin derecho a reclamar al juez, mini trabajos con mini sueldos, y la extensión ad eternum de los contratos de formación, dando carta blanca a los patrones para "pasear" por todos los departamentos de una empresa, antes de, quién sabe con cuantos, hacerle fijo o ponerle en la calle.
Nadie, ni siquiera los palmeros del PP, ha sido capaz de encontrarle a esta ley la más mínima virtud para crear empleo, salvo, claro está, la de que permite a los empresarios "vaciar" sus plantillas de trabajadores caros, a los que se sustituye por otros más baratos y con menos derechos. Eso, sin contar con el "acojone" que ya está trayendo a la garganta de quienes de momento tiene trabajo, que ya tienen aprendido y reforzarán sin duda el reflejo condicionado de saber que quien se queja o critica las decisiones de sus jefes se va de patitas a la calle.
Ayer, como cada domingo, anduve por el Rastro y, además de constatar que también está padeciendo los efectos de la crisis, tuve la oportunidad de que - y menos mal que era así- la maldita reforma del PP estaba en boca de todos.
Ojalá que de las palabras se pase a la presión y, sin llegar a los extremos a que han llegado los griegos en su desesperación, lleve a una demostración de fuerza que obligue al Gobierno a recapacitar.
De momento, de este gobierno sólo podemos esperar lo que ayer nos dio la señora Cospedal, una muestra de su más descarado cinismo antropológico

domingo, 12 de febrero de 2012

CON MANIFESTACIONES...


Dijo ayer Alfonso Alonso, uno de los rostros más presentables de este voraz PP que quiere cargarse en tres meses el resultado de años de conquistas sociales, que ninguna manifestación va a crear puestos de trabajo ni va a acabar con la reforma laboral. Quizá en lo primero, el señor Alonso tenga razón, pero quizá al ex alcalde de Vitoria le convendría recordar que, con manifestaciones, no sólo se ha forzado el cambio de leyes, sino que han caído imperios, se han derribado dictaduras, se han echado abajo muros y que, una detrás de otra, las manifestaciones y las protestas consiguieron transformar la sociedad hacia esto que ahora queremos y que su partido quiere quitarnos.
Hace bien el PP en ocultar a Rajoy, el político español que más y más descaradamente ha mentido, no ya en los últimos años de democracia, sino en las últimas décadas. El hoy presidente del Gobierno asustó al electorado con todos los males -yo diría, incluso, que con menos- que ahora, él, está dejando caer sobre nosotros. Y quién nos dice que no va a ir más lejos. Quién nos puede asegurar ahora que no van a retirar los subsidios a los parados, sospechosos todos de estafar al Estado. Quién nos va a garantizar que no van a recortar las pensiones a los jubilados. Quién nos asegura que no van a dejar de subvencionar los medicamentos para los enfermos crónicos.
De nada vale ya los que digan o hayan dejado de decir, porque su palabra no vale hoy nada. Con esta reforma laboral no sé para qué pagamos sueldo, coches y asistentes a dos o tres ministros del Gobierno. Más valiera que Trabajo y Economía se gestionasen directamente desde las sedes de las patronales.
Sin embargo, lo peor de todo no es la nefasta reducción drástica de las indemnizaciones por despido o la potestad depositada en las empresas para reducir salarios y alterando horarios unilateralmente, Lo peor es que se hurta a los trabajadores el derecho a recurrir a los tribunales ante un despido injusto.
Está claro que los españoles no fueron conscientes el 20-N de que se estaban poniendo la soga al cuello. Sólo faltaba el valor para saltar de la banqueta o que alguien, el Gobierno, le empujase y eso ya ha ocurrido.
Quizá con manifestaciones no se creen los tan necesarios puestos de trabajo, per gobiernos como éste tampoco parecen querer hacerlo, más bien al contrario. Lo que sí tengo claro es que la batalla está en la calle y que se puede ganar.

De momento, España no está, como Grecia o Portugal, intervenida por el FMI o Europa. Está peor, porque está intervenida por una patronal decimonónica y sus palmeros del Gobierno.

sábado, 11 de febrero de 2012

NO SON LA MISMA MIERDA


Viendo las imágenes de la contundencia policial, violencia diría yo, en la Puerta del Sol ayer tarde, y con incredulidad aún ante la "agresividad", Guindos dixit, demostrada por el gobierno en la reforma laboral aprobada ayer, la de Rajoy, la del PP, no hago sino recordar aquella consigna tan repetida en las concentraciones y marchas del 15-M, aquello de "PSOE y PP, la misma mierda es". Pues tengo que decir que no, que, aún en el caso de que las dos siglas representen alguna mierda, desde luego no se trata de la misma mierda.
Si, a comienzos de la semana que ahora termina pudimos enterarnos de qué es lo que va a ocurrir a partir de ahora con las jóvenes o no tan jóvenes que quieran poner fin a su embarazo o no quieran quedar embarazadas después de una relación inesperada o de un fallo con el preservativo, ayer, en apenas unas horas, los españoles supieron qué supone tener a un directivo de la insaciable Goldman Sachs al frente de la economía española o a una delegada del Gobierno de gatillo fácil al frente de la Policía en Madrid: despido barato y fácil y cargas indiscriminadas y violentas en donde, no hace tanto, se dio al mundo todo un ejemplo de civismo.
Quizá ya sea tarde, pero aún así será bueno que los jóvenes que dialogaban y, en más de una ocasión, colaboraban con las fuerzas policiales caigan en la cuenta de que no es lo mismo tener al frente de las mismas a un político dialogante que a otro autoritario.
Tampoco será malo que los casi seis millones de parados y los quince millones de españoles que aún conservan su empleo recapaciten sobre lo que acaba de hacer con sus derechos ese partido al que, en unos casos, votaron, y, en otros, dejaron llegar al poder absoluto con su abstención abúlica, con su abstención consciente o con su afán de castigo. Las patadas en el culo propio son las que más duelen, porque, enseguida, se cae en la cuenta de que podrían haberse evitado.
Hubo quien creyó al PP cuando atribuía los efectos de la crisis al mal gobierno de Zapatero. Hubo quien creyó que bastaba con poner a Rajoy en La Moncloa para estar más cerca de la Alemania de Merkel. Hubo quien creyó que no se iban a subir los impuestos, que no se iba a tocar el Estado del Bienestar, que los empleos -tres millones y medio, dijo un torpe- iban a colgar de los árboles como frutos orondos, que se iban a respetar los derechos adquiridos en enseñanza y educación...
No han pasado cien días desde que Rajoy llegó al Palacio de La Moncloa y ya se han venido abajo todos esos mitos, asustándonos, incluso, a quienes daban por descontado que los populares no eran Robín Hood ni hermanitas de la Caridad. Han ido mucho más lejos y los españoles estamos ahora desnudos en la piscina de los tiburones.
Por todo ello, me conformo con que tanto bienintencionado como ha habido caiga en la cuenta de que no era verdad eso de que "PSOE y PP, la misma mierda es".

viernes, 10 de febrero de 2012

UN MUNDO RARO


A veces los sentimientos y las experiencias que nos depara la vida son válidas para situaciones muy diversas y, por tanto, intercambiables. Quién le iba a decir a José Alfredo Jiménez que los versos de "Un mundo raro" iban a encajar sílaba por sílaba en el comportamiento de los siete magistrados del Supremo que ayer decidieron, con una severidad digna de mejores causas, la inhabilitación, en la práctica, la expulsión de Baltasar Garzón de la carrera judicial.
"Y si quieren saber de tu pasado / es preciso decir una mentira / Di que vienes de allá / de un mundo raro / que no sabes llorar / que no entiendes de amor / y que nunca has amado"
No cabe duda de que lo que han hecho los magistrados de la Sala Segunda del Supremo tiene un nombre y ese nombre es ensañamiento. Se lo acabo de escuchar al valiente ex fiscal José María Mena. Los abogados, jueces y fiscales, al igual que los periodistas, desarrollamos ciertas habilidades para decir sin decir y callar sin callar. Pues bien, lo que ha subrayado el fiscal Mena es que el mismo instructor de la causa que señala la conducta imprudente de Garzón, sancionable con una leve
inhabilitación -de dos o tres años- que el juez ya habría cumplido, se ensaña con su compañero de carrera.
Por qué lo hace. He ahí la gran pregunta. Quizá porque Garzón es un heterodoxo. Quizá porque su fama y sus métodos ensombrecen y ponen en cuestión los suyos. Quizá porque los jueces son, casi por definición soberbios, y no soportan las presiones de la calle, a pesar de que, con demasiada frecuencia, a los largo de la Historia y ahora mismo, parecen plegarse al poder. Quizá porque va a haber movimientos en el sinuoso mundo de las togas y no está de más estar a bien con quienes pueden decidirlos.
Lo cierto es que sentencias como la de ayer, cuando, como me recordaban ayer, al juez que, por negligencia, dejó en libertad al asesino de la niña onubense Mari Luz se conformaron con imponerle una sanción de sólo 1.500 euros.
Decidme si tal cosa no es propia de un mundo raro. Mil quinientos euros por no haber cumplido con su obligación y haber propiciado la muerte de una niña. Claro que... las cantidades que se mueven en la Gürtel dan vértigo al lado de esos mil quinientos euros y el caso Mari Luz es una historia, trágica, pero de gente sencilla, una historia de barrio, y la historia de la Gürtel tiene personajes muy, pero que muy famosos. Sin ir más lejos Esperanza Aguirre que ayer no pudo disimilar su euforia y se puso al frente de los palmeros de la deprimente sentencia, desplegando en la Asamblea de Madrid su circo de tres pistas.
Lo dicho, un mundo raro.

jueves, 9 de febrero de 2012

ANOREXIA ECONÓMICA


Ante todo, mis disculpas por ilustrar esto que escribo con estas terribles imágenes que hablan de la muerte y destrucción de un cuerpo joven y probablemente hermoso. Sin embargo, creo que la dureza que se desprende de las mismas sirve de ejemplo, de alguna manera, de cómo pueden acabar algunos países europeos.
Grecia, sobre todo, Italia, Portugal, Irlanda y España están a dieta. Una dieta impuesta por la oronda Alemania y su novio francés que, de la noche a la mañana, han declarado su pasión por la delgadez, la delgadez, eso sí, de los otros.
Por eso machacan una y otra vez a sus aturdidas sociedades con la necesidad de reducir la talla de su déficit más allá de lo razonable. Los gobiernos, que de alguna manera son el cerebro que decide por esas sociedades, confundidos y obsesionados con dar la talla, hace tiempo que aborrecen cualquier plato que mantenga vivo al cuerpo que dirigen. Solo piensan en la cinta métrica de Alemania ceñida sobre un talle cercano ya a lo imposible.
España y Grecia vomitan trabajadores y funcionaros al inodoro del paro, mientras reducen al mínimo las aportaciones calóricas que ayudaban a mantener ese estado del bienestar con el que vivían felices hasta que les pusieron ante el deformante espejo de la crisis. Lo que están necesitando España, Grecia y el resto de PIGS es que alguien les ayude a recuperar la alegría de vivir, que alguien ponga e sus platos el crédito que les daba la energía para moverse.
Ayer nos dijeron que el número de parados en España se acercará este año a los seis millones Y la receta del gobierno no es otra que comprarle un vestido, una reforma laboral y un objetivo de déficit, en el que, a pesar de lo esmirriado de su figura, tampoco cabe, con lo que tendrá que volver a meterse los dedos para vomitar más parados, más servicios y más derechos.
Todos sabemos en qué acaba la anorexia y en Economía vamos derechos a ella. Mientras, Alemania y su novio francés siguen engordando y enriqueciéndose con los vestidos que nos "venden".

miércoles, 8 de febrero de 2012

HAY QUE SER BURRO


O disimulaba muy bien o al ministro Wert le ha sentado muy mal el cargo.
¿En qué cabeza cabe cambiar los temarios de las oposiciones a profesor con nocturnidad, alevosía y mala leche?
Hay quien ya dice que, con tamaña burrada, más bien con el ruido que está generando y generará, lo que pretende el ministro es apagar otros incendios desatados en Melilla, donde achacó el fracaso escolar a la presencia de población inmigrada de Marruecos; entre los colegios concertados, sus aliados naturales, cargándose de un plumazo un curso de la ESO, o "cepillándose" de otro la asignatura Educación para la Ciudadanía. Yo creo que llegar a pensar que es por eso es conceder al ministro una inteligencia de la que creo que carece.
Está claro o al menos parece que el ministro no ha tenido cerca un opositor, gente que programa cada minuto de su vida y todos sus gastos, gente que renuncia a "vivir" uno o dos años para conseguir un puesto en la administración, a la que, caprichosamente, se les ha hecho perder un año, el importe de los temarios y, a muchos, las mensualidades pagadas a las academias donde muchos se preparan.
Tampoco hay que olvidar que la orden publicada por el BOE devuelve a las oposiciones los temarios de 1993, como si el ministro pretendiese sumarse a la fumigación d cada rincón de la Administración y de sus leyes, para desinfectarlas de cualquier germen que los socialistas hubiesen inoculado en ellas.
Lo de Wert, siendo muy grave, es sólo un ladrillo más para el muro tras el que los chicos de Rajoy pretenden emparedar a los españoles, aislándoles, no ya del futuro, sino del mismo presente. No hay más que hacer un pequeño repaso para comprobarlo: volver a la ley de supuestos en el asunto aborto, con lo que España se sumaría a los únicos cuatro países europeos que carecen de una ley de plazos; burocratización del uso de la píldora del día después; subida de impuestos a los de siempre; una reforma laboral que ni se atreven a enseñar, una destitución salvaje de mandos policiales... y, así, todo lo que queráis imaginar.
Parece como si el Gobierno creyese a pies juntillas lo del calendario maya y estuviese aprovechando los días que le quedan al mundo para darse un festín ultraliberal. Si no, lo que hacen no tiene sentido, porque, al menos eso espero, estarían vacunando a muchos de quienes se abstuvieron el pasado 20-N para que no vuelvan a hacerlo, porque estoy seguro de que, entre ellos, habrá opositores, mujeres que se vean obligadas a abortar, jóvenes que verán convertida en un calvario la obtención del la píldora del día después, funcionarios y todo un largo etcétera de perjudicados que, sin mala intención, quizá no pensaron en que quien se abstiene vota al que gana y, con su pecado de omisión, le han dado demasiado poder al PP y lo está aprovechando para hacer el burro a su antojo, como los hooligans ultra liberales en lo económico e hipócritas ultra conservadores en lo moral que realmente son.

martes, 7 de febrero de 2012

CÁMARA OCULTA


Sé que, con lo que sigue, me meto en un berenjenal, pero lo tengo muy claro. La resolución en que el Tribunal Constitucional considera ilegítimo el uso de cámaras ocultas me tranquiliza.
De un tiempo a esta parte, especialmente con la evolución de la tecnología hacía la creación y abaratamiento de dispositivos de captación de imagen y sonido de pequeño tamaño y gran potencia, junto a la generalización del uso de Internet, ha abierto una enorme brecha en la protección de los derechos individuales.
Hoy en día y en apenas unas horas, se puede arruinar la imagen de cualquiera, tanto da que sea un personaje conocido como que lo sea anónimo. Resulta muy fácil y casi inmediato la ruina sumaria de la fama de una persona en un juicio paralelo, sin garantías y sin posibilidad de recurso, con sólo obtener y colgar unas imágenes o unas palabras inapropiadas obtenidas con una de estas micro cámaras oculta en el sitio más insospechado.
Resultaría cuando menos paradójico que las garantías que los jueces exigen a las diversas fuerzas policiales para que las informaciones que obtengan valor probatorio no fuesen así mismo exigibles a los medios de comunicación. Todos los que hemos trabajado en ello sabemos lo importante que es el contexto en que se obtienen las declaraciones o se producen los hechos. Y todos sabemos también que, fuera de contexto, se altera su significado. Creo que un caso que ilustra claramente lo que digo es lo ocurrido en el tratamiento periodístico del juicio por la desaparición y muerte de la joven Rocío Wanninkhof, en el que la acusada, Dolores Vázquez, fue materialmente "linchada" en informativos y tertulias, manipulando las imágenes de su actitud durante el juicio, interpretándolas en el sentido de su culpabilidad y que sólo cuando tras una revisión del caso fue absuelta se nos mostraron imágenes más "humanas" de ella.
Una cámara oculta en manos de un periodista ambicioso y sin escrúpulos es muy peligrosa, porque puede llevar a su "víctima “a una trampa de la que quizá no pueda salir. Y, si tal cosa ocurre con personajes "bragados" en política o en asuntos sucios qué no ocurriría con gente más desprotegida.
Es bueno establecer límites, porque siempre podemos saber dónde y cuándo estamos seguros y dónde y cuándo no. Sé que con esto me cargo todo un género periodístico y televisivo, pero creo que otra cosa será peligrosa.
El debate queda abierto.

lunes, 6 de febrero de 2012

LA HORA DE LAS NAVAJAS


No hay nada como caer derrotado para caer en la cuenta de que los demás, los vencedores, deben hacer lo que uno mismo no ha sido capaz de hacer en su caso o en su casa. Si no fuese para echarse a llorar, a uno le daría la risa viendo los que está viendo en las horas posteriores a la victoria de Rubalcaba en el trigésimo octavo congreso del PSOE.
Es evidente que podría ser bueno que, al igual que ocurre con el Parlamento de la Nación, las sillas de la ejecutiva se repartiesen en función de los resultados del congreso del partido, pero hay que tener en cuenta que la ejecutiva es el gobierno del partido y no su parlamento. Por tanto, resulta razonable que los ministros de ese gobierno sean de la confianza del secretario general.
Otra cosa debe ser el Comité Federal, en el que sí deberían estar representadas todas las sensibilidades del partido y en la proporción más aproximada a los resultados de ese congreso. No sé si tal cosa se recoge así en los estatutos del PSOE. Lo que sí tengo claro es que, ante la posibilidad de ganar la secretaría general y asumir el poder en el partido, nadie propone las reformas que harían que la elección de los cargos de la ejecutiva se hiciese de manera más democrática.
Tomás Gómez, Carme Chacón o José Antonio Griñán, quienes, por sí mismos o por personas interpuestas, se han quejado del rodillo Rubalcaba deberían recordar cómo se ha comportado Tomás Gómez al frente del partido en Madrid, cómo se impuso el voto en exclusiva del PSC a la ex ministra o cómo la práctica totalidad de las ejecutivas provinciales andaluzas dejaron bien claro que estaban con Chacón. Ahora vienen los lamentos y me temo que en los próximos meses vendrán los navajazos a los compañeros en las distintas federaciones regionales o cómo quiera que se llamen ahora.
Es una lástima que la democracia interna en los partidos siga siendo la más utópica de las utopías con las que sueña el hombre moderno. Fundamentalmente porque los partidos son el instrumento que nos hemos dados para administrar la democracia de todos.

domingo, 5 de febrero de 2012

NO TODO VA A SER LA AMBICIÓN


Menos mal que, al final, se impuso el sentido común. Menos mal que el marketing y la presunta buena imagen de Carmen Chacón no han pasado por encima de la sensatez del "hombre tranquilo".
Yo no soy militante del PSOE, pero os juro que llegué a asustarme con la actitud de alguien que se dirigía a sus compañeros a gritos. Creo que el discurso de Chacón ha sido populista y oportunista en exceso. También creo que le ha podido la ambición y que no ha medido bien sus fuerzas.
Por segunda vez se ha quedado con la cara de niña sin Barbie el día de Reyes. Siento mucho tener que decirlo, pero creo que le falta temple y que no ha medido bien sus fuerzas.
Ha hecho mal en recoger -sibilinamente eso sí- fragmentos del discurso que el PP elaboró contra Rubalcaba, asociándole, incluso, con el pasado. Y eso no es justo, porque, si ella, que ha tocado poder prácticamente, desde que era una adolescente, no lleva tanto tiempo como Rubalcaba en gobiernos y ejecutivas, ha sido, simplemente, por una cuestión de edad.
La prensa ha reforzado esa dicotomía de pasado y futuro y creo que lo ha hecho injustamente, porque en los equipos de uno y otro hay gente del aparato y hay gente que ha estado ya en el Gobierno.
Otra cosa. Fue obscena la actitud de la candidata tratando de hacerse perdonar su catalanidad. Menos mal que los abuelos sólo son y sólo pueden ser cuatro, porque, si no, Carme Chacón hubiese encontrado diecinueve, uno para cada comunidad autónoma y otros dos para Ceuta y Melilla. Fue demasiado evidente y no hay nada peor que descubrir la trama de una pieza de teatro antes de que concluya. Es penoso.
Ya hay quien está hablando de Chacón como futura candidata a La Moncloa. Creo que se ha estrellado por dos veces y las dos veces se la ha visto demasiado "afectada". Le pasa a mucha gente: los triunfos que corresponden a cada vida le llegan demasiado pronto y demasiado juntos y no se acostumbran a levantarse tras las derrotas. La ambición, señora ex ministra, es importante, pero no todo va a ser la ambición
Estoy convencido de que Rubalcaba lo hará bien y de que no dejará su partido en manos de un secretario general tan siniestro como algunos que hemos conocido recientemente. Esperemos que le vaya bien a Rubalcaba, porque le irá bien al PSOE, a la izquierda y a los españoles. Con un poco de suerte, tendrá la posibilidad de ponerles el cascabel a los obispos.

sábado, 4 de febrero de 2012

SENSACIÓN TÉRMICA


En las últimas horas no hacemos otra cosa que oír hablar de la sensación térmica que, nos cuentan los meteorólogos es la temperatura a la que, con el viento en calma, tendríamos la misma sensación de frío que padecemos bajo el viento. En el fondo es eso lo que importa, no el frío que realmente hace, sino el frío que padecemos.
Algo así nos ocurre a los ciudadanos de a pie con la política y con la economía. Una cosa es lo que realmente ocurre y otra es lo que se empeñan en que creamos, sometidos al viento de lo que dicen y desdicen en la atmósfera irreal que se empeñan en crear ayudados por los medios de comunicación. Lo malo es que los seres vivos padecen y se mueren no de sensaciones ni de temperaturas, sino de frío. Del duro y terrible frío que hace en las oficinas de empleo, en los bancos de los parques, en las calles paseadas por gente que no tiene adonde ir, en los centros comerciales donde los dependientes pasan demasiado tiempo mano sobre mano, esperando a unos clientes que no llegan.
Hace mucho frío, pero los hay empeñados en que parezca que hace más, para colocarnos esas mantas, reformas, contrarreformas y recortes, que, de otro modo, nunca les compraríamos.

viernes, 3 de febrero de 2012

ACABÁRAMOS


No hay nada como llamar al pan pan y al vino vino. Y eso parece ser lo que va a ocurrir en las próximas horas en la reunión del Consejo de Ministros. Por fin nos dirán desde el Gobierno lo que todos sospechábamos y tan lúcidamente se explicaba en el cómic "Espanistán", que las cuentas de los bancos y las cajas ni salen ni pueden salir, porque tienen la caja llenas de terrenos valorados a un precio tan irreal que, de poder venderse ahora mismo, no alcanzarían ni el 20% del valor con que figuran en los balances.
Ayer el ministro Luis de Guindos, al explicar que las entidades financieras no tendrán más remedio que poner a la venta todo el suelo, todas las promociones inmobiliarias y todas las viviendas que acapararon con más ambición y menos seso que el tío Gilito, nos regalo otro de los ejercicios de prestidigitación a que tan acostumbrados nos tienen los economistas, vendiéndonos las ventajas de la nueva situación, los bancos recuperarán liquidez y los españoles podrán comprar las viviendas más baratas. Bonito, pero incierto. La liquidez que pretenden los bancos, tratan de recuperarla a base de comisiones y de captar nuevos depósitos de sus clientes, porque, vendiendo a 20 lo que dicen que vale 100, la liquidez que se obtiene es casi de ruina, En cuanto a lo de que los españoles van a poder comprar un piso en las rebajas, no sé a qué españoles se refiere, porque, mientras uno de cada cinco esté en el paro y el resto acojonados, no parece que haya dinero ni intenciones de hacerlo. Y, si lo hacen, será poniendo en manos de nuevos especuladores la mayor parte de los pisos que malvendan.
A la lechera se le ha roto el cántaro y anda ahora buscando entre los pedazos los que se puedan recuperar para, convenientemente lañados con nuevas ayudas del Estado, recomponer un cántaro nuevo que, una vez más, acabará en manos de Botín.
De todos modos, es de agradecer y resulta muy útil que el médico, aunque trabaje o haya trabajado para el sector privado, nos diga lo que tenemos, para tratar de darle solución.

jueves, 2 de febrero de 2012

LA JUSTICIA Y EL FRÍO


Un viejo dicho, basado menos en la razón que en la experiencia, que dios va con los malos cuando son más que los buenos. Algo de eso debe haber, cuando lo que ayer se pudo vivir en la sala del Supremo en que se juzga al todavía juez Garzón ha quedado enterrado por las vertiginosas contrarreformas del gobierno, la salvaje tragedia de Port Said y una ola de frío que, cuando llegue, ya nos encontrará congelados de tanto oír hablar de ella.
Y hablando de frío, qué pena que la justicia antes que justa sea fría. Cómo es posible, si no, que las ancianas que ayer contaron su tragedia sin fin ante el tribunal, sin fin porque aún no han aparecido los restos de sus seres queridos, no hayan obtenido respuesta después de tres cuartos de siglo de presunta paz, la de los cementerios y las cunetas, y de treinta y cinco años de democracia.
Dicen que, cuando la justicia llega tarde, ya no es justicia y, desde luego, en este asunto no lo va a ser. Apenas quedan supervivientes entre los hijos, hermanos, maridos y esposas de aquellos que fueron asesinados fría y sistemáticamente por un régimen impuesto tras una guerra sangrienta que duró más de lo militarmente razonable, porque lo importante era el exterminio de quienes, con mayor o menor acierto osaron acabar con la incultura, la injusticia y el hambre, endémicas en España.
¿Qué pretende la magistratura española? ¿Quizá restablecer su honor y sus derechos cuando hayan pasado varios siglos, como hace la iglesia católica con aquellos a quienes persigue? Ni siquiera sería ya justo hacerlo ahora. Sí un alivio para sus deudos que podrían tener un sitio al que ir para pensar en ellos después de tantos años de apretar los dientes y guardar silencio.
No he conocido en mi familia casos como los que de quienes reclaman justicia, excepción hecha de algún exilio, aunque hace poco he sabido que mi abuelo podría haber sufrido la misma suerte que sus desaparecidos. Sin embargo, tengo grabado en mi pensamiento el relato que nos hizo en la radio una mujer, creo que de Salamanca, que contó como domingo tras domingo veía comulgar en la iglesia del pueblo al hombre que se llevó a su padre y una caja de plata maciza que nunca apareció. Por eso me pregunto qué temen los hijos de los verdugos. Sus padres o están muertos o no están en edad de ir a prisión. Y la única respuesta que encuentro es que temen que alguien ponga en duda el origen de su patrimonio. Incluso el del dinero con que se pagó su carrera. Alguno, incluso, hoy será juez. Pero se equivocan. Lo que pretenden estos ancianos es que se sepa donde están sus desaparecidos y qué pasó con ellos.
Lo dicho, dios está con los que callan, porque siempre va con los malos cuando son más que los buenos y la justicia es capaz de una frialdad infinita antes de llegar a ser justa.
.La

miércoles, 1 de febrero de 2012

LA MÁQUINA DEL TIEMPO


Lo hablaba anoche con una amiga: el Partido Popular está cumpliendo nuestras peores expectativas. Nada de lo que está haciendo puede sorprender a nadie. Todas las reformas que está emprendiendo, si no en su programa electoral, sí figuraban en el imaginario de lo posible en el caso de una formación política en la que están, no sólo la derecha más rancia y el liberalismo económico más frío, sino la ultraderecha más montaraz.
La iglesia católica no tendrá que esperar para cobrar su factura por toda la labor de desgaste hecha contra los gobiernos de Zapatero a lo largo de los últimos años. Esas manifestaciones celebradas en las plazas de Colón o Cibeles fueron muy caras de organizar, pero van a resultar muy rentables. Sin ir más lejos y a pesar de las buenas palabras, los primeros pasos del ministro Wert van encaminados a reforzar el gran negocio de las órdenes y sectas católicas en la enseñanza. Al menos eso es lo que se atisba detrás del anuncio de acortamiento de la ESO, cambiando el último de sus cursos por uno más de bachiller, aunque sólo para quienes puedan y quieran seguir ese camino. El resto, a la Formación Profesional, ya con apenas quince años y en las mismas empresas que se encargarán de su formación práctica y quién sabe si su prematura explotación.
Con esta reforma, en la que la desaparición de Educación para la Ciudadanía puede quedar en una simple anécdota, se está partiendo, como apuntan los enseñantes laicos, se está quebrando la espalda del sistema educativo y abriendo la puerta a que los colegios religiosos amplíen el negocio de la enseñanza concertada también al bachillerato.
Los planes de Wert llevarán que a los españoles, o sus padres, tengan que decidir a los quince años si quieren avanzar hacia una carrera universitaria o encaminar su vida hacia un taller mecánico, una residencia de ancianos o una peluquería. Sé que simplifico, pero muchas familias se tendrán que plantear el esfuerzo que les supondrá costear un año más de bachiller o las clases de refuerzo de sus hijos, para que no se descuelguen de su proyecto universitario.
En cuanto a la otra gran concesión a la iglesia católica, ayer mismo Gallardón enseño la garra que esconde bajo su piel de cordero, dando a entender que suprimirá la ley de plazos que, con mayor o menor acierto, había venido a dar seguridad jurídica a las mujeres que necesitan -o quieren- abortar y a sus médicos. Según Gallardón, se volverá a la ley de los supuestos que pone bajo sospecha y a merced de los antiabortistas el trabajo de los profesionales y las clínicas que, a lo largo de todos estos años, han venido facilitando el derecho de tantas mujeres a elegir.
Lo que probablemente ofrezcan a cambio será la legalización de esas redes de robo de niños del franquismo y no tan franquismo que vinieron a sustituir las tenebrosas inclusas.
En fin, esto es sólo una parte de las reformas sociales que el gobierno Rajoy se apresura a emprender desde su mayoría absoluta. Todo un viaje atrás en esa máquina del tiempo que los españoles por acción u omisión hemos puesto en sus manos. Teníamos la llave en nuestras manos y preferimos ponerla en la suyas. En el mejor de los casos, podríamos rectificar de aquí a cuatro años, pero esos cuatro años van a ser muy duros.