viernes, 31 de agosto de 2012

DOLOROSAMENTE INJUSTO

 

Otra vez estamos como con Franco. Con la subida del IVA que entra en vigor mañana, todos, ricos y pobres, pagaremos igual por todo. Tengo la impresión de que la gente aún no es consciente de ello y de que, cuando lo sea, cuando compruebe que no le llega para comer carne de vez en vez, cuando le suban el pan, el detergente, la leche, el transporte y casi todo lo que, hasta ahora, con mayor o menor dificultad, compraba habitualmente.

No sé si quienes vuelven ahora mismo de sus vacaciones son conscientes de que a los bolígrafos y cuadernos que necesitan los niños para el cole les van a subir el IVA hasta el 21%. Eso, siempre que el personaje más mentiroso y cobarde que ha pisado la moqueta del Palacio de la Moncloa, por una vez dijo ayer la verdad, porque, en lo que respecta a la credibilidad de Rajoy, ninguno pondríamos, no ya la mano, un dedo en el fuego.

¿Nos hemos parado a pensar que esos lápices y cuadernos están gravados con el mismo impuesto que los carísimos bolsos de Rita Barberá, el mismo que los trajes de Camps o el jaguar del ex marido de Ana Mato? Pensaréis que no es lo mismo, porque se los regalaban. Pero no es del todo cierto, porque quienes los pagábamos éramos nosotros con lo que nos robaban quienes se los compraban.

Esos mismos que "se lo llevaban crudo" a nuestra costa, esos que negociaban con el Adelson de turno, porque Bernie Ecclestone, el amo de la Fórmula Uno, es tan mafioso como él, esos que, también, anunciaron una rebelión contra la subida del IVA -la de "los" chuches, que diría Rajoy- mucho más justa, segura, que esta canallada de mañana, todos esos, callan, asienten y justifican que a una pobre jubilada le "quiten" de la cesta de la compra el mismo porcentaje que le quitan a la duquesa de Alba por sus gafas estrafalarias, sus tintes de colores increíbles, sus vestidos y las copas que les paga a sus palmeros.

Nos dicen desde el Gobierno que el IPC de agosto, o como se llame ahora, subirá cinco décimas, una cifra récord. Lo que no nos dicen, porque, si lo han calculado, no se atreven a hacer públicos los resultados es lo que subirá el de septiembre, con una subida generalizada del 13 % en lo que consumismos. No me atrevo a pensarlo, del mismo modo que no me atrevo a pensar cuánto se retraerá el consumo, cuánta gente dejará de ir al cine o al teatro, cuántos agricultores, ganaderos, obreros ¿os suena? porque ya no se dice obrero, taxistas o dependientes de comercio se quedarán en el paro, cuántas pequeñas tiendas, cuántos cines, cuántos teatros, tendrán que cerrar, cuantos actores, cuantos novelistas, poetas o músicos, de los de a pie, no los sabina, los serrat o los pérez reverte las pasarán canutas para pagar la luz y el teléfono.

La respuesta no puede ser otra que muchos, demasiados, porque un solo despido, un solo creador pase dificultades siempre son demasiados. Mientras, estos señores que toman decisiones tan injustas siguen llevando a sus hijos a colegios concertados del Opus y otras sectas que pagamos todos con nuestros impuestos. Ayer, Tomás Gómez reveló que, sólo en Madrid, se les regalan 26 millones de euros, los mismos que se han recortado en becas de comedor para alumnos menos pudientes.

Esta noche, la Costa del Sol se ha levantado en llamas. Y, más allá de la desgracia que so supone, no sé si será una metáfora o un presagio de lo que puede ocurrir cuando los españoles sean conscientes de lo que empieza dentro de catorce horas y que va aser dolorosamente injusto.
 
 

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jueves, 30 de agosto de 2012

ROBINSON Y LOS BUITRES DE CIUDAD

 
 
Algunos conoceréis la historia, porque ayer, en caliente, ya la conté en Facebook, pero creo que merece la pena detenerse en ella un poco más. Tiene que ver con muchas osas. Por ejemplo con la indefensión de los consumidores, también con la voracidad de algunas empresas, con la necesidad de trabajo de muchos jóvenes y con la falta de escrúpulos de alguno de ellos.
Al igual que, cada poco, a través del teléfono asaltan nuestra intimidad desde cualquier parte del mundo, a la hora más inoportuna, especialmente si es la de la sobremesa o antes de la cena.
Por si esto fuera poco y de que, a pesar de la famosa lista Robinson, que desde el otro lado del mar se pasan por los robinsones -echo de menos la traducción a las nuevas tecnologías de aquel "Prohibido fijar carteles, responsable la empresa anunciadora"- ahora se dedican al asalto de los hogares por mano de comandos de jóvenes especialmente agresivos y entrenados como perros de presa para apabullar a cualquier ciudadano sorprendido con la guardia baja en ese sitio que uno cree inviolable que se es el domicilio.
Comienzan por identificarse con una verdad a medias. Por ejemplo y como me ocurrió ayer a mí a última hora de la tarde, "somos de la compañía del Gas". Una verdad a medias, porque si respondes con un "qué compañía" zozobran más que Mariano Rajoy en una rueda de prensa como deben ser las ruedas de prensa, o sea, con preguntas. No saben que decir, porque cada uno conoce al menos el membrete de las facturas que le llegan del gas.
Pero a veces te sorprenden, sobre todo si hace meses que no vienen leerte el contador, y les abres la puerta. Comienza entonces una guerra dialéctica cruel y sin cuartel. Comienzan por darte a entender que eres un pobre tonto al que le están robando y que ellos, una especie de robín hoods de la energía, vienen a rescatarte de los villanos que te tienen en sus redes. Si dudas, te piden una factura de la que, de un vistazo, sacan los datos que necesitan para "clavártela". Nunca lo hagas y más si eres buena persona y tiendes a fiarte de la gente, porque, como me dijo en una ocasión un amigo que vivió muchos años en Rusia, tienes que imaginártelos de color verde, a mí me pasa con los del PP, porque, si crees que son como tú, está perdido.
Si desconfías y te mantienes firme, tratarán de ganarte por los bajos, quiero decir por los bajos instintos como, por ejemplo, el patriotismo o el nacionalismo, que, al fin y al cabo, son la misma cosa, aunque de distinto color. Te dirán, como me dijeron cuando querían que me pasase de Gas Natural a Endesa, que los impuestos de mi factura se tributaban en Cataluña, cómo si a mí me importara que así fuera, en caso de que fuera cierto. Ahora que lo que quieren es "rescatarme" de Endesa, donde fui a parar por un ajuste del Tribunal de la Competencia, para llevarme al paraíso de Iberdrola y el argumento es el mismo, aunque en esta ocasión lo que me cuentan es que Endesa es una compañía italiana, de la que, por cierto, añado, Aznar se lleva 200.000 euros al año.
Como yo sólo quiero vivir tranquilo no quiero cambios, porque desconfío, porque nadie llama a mi casa para darme nada, sino todo lo contrario, les cierro la puerta, a veces con cajas destempladas. Tantas que, incluso, me queda mala conciencia por ello.
Es lo que hice ayer en la sobremesa. Y cuál no sería mi sorpresa cuando a la hora en que uno prepara su cena y piensa que nadie va a llamar a su puerta, porque el lechero hace años que cerró y no reparte, alguien toca el timbre y la emprende de nuevo con el mismo truco que trataron de usar apenas unas horas antes.
Vuelta a los mismos argumentos. Yo, más cabreado si cabe, le digo que ya lo intentaron a mediodía y no coló. Y, entonces, salta la chispa. El tipejo, porque no puedo calificarle de otro modo, me responde que sí, que lo saben, pero que insisten porque el compañero que estuvo antes andaba "bajo de actitud". Me enciendo, le digo que es un canalla por hablar así con un desconocido de un compañero ´qué no hará con sus jefes- y le echo diciéndole -y lo repito blanco sobre negro- que hijos de puta como él son los que están hundiendo este país. Me quedó como dios, hasta que me pongo a pensar en cuántos incautos habrán caído en sus redes ese día por una miserable comisión.
No soy huraño ni soy un robinsón, mi casa es mi isla y la quiero limpia de buitres y alimañas. Pero, si he de ser robinsón, que me den una escopeta con la que ahuyentar a todos los buitres que revolotean a la espera de robarme algo, aunque sólo sea mi intimidad.
 
 
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miércoles, 29 de agosto de 2012

NO TODOS SOMOS IGUALES

 
 
Hoy me he despertado antes de tiempo y con una cierta inquietud. Cuando, como todas las mañanas, he medido el nivel de azúcar en mi sangre, he comprobado que estaba un poco por debajo de lo que debería ser normal. Afortunadamente, cuento con la "maquinita" y las "tiras" para poder hacer el test y la información suficiente para poder "recuperarme" del bajón, lo mismo que cuento con insulina para tratar mi diabetes y mis médicos me revisan periódicamente para ajustar mi dieta y mis hábitos a mi enfermedad e impedir así que la glucosa haga más estragos en mi organismo.
Aunque parezca duro, no lo es tanto. Toso es cuestión de saber en qué consiste mi enfermedad y obrar en consecuencia. No son tantas las limitaciones y, además, los sofisticados bolígrafos de insulina, que deben ser carísimos, me los dispensan en la farmacia con la receta de mi médico de cabecera, gratuitamente hasta hace dos meses y abonando un 10% desde entonces.
Es algo tan natural que apenas le doy, le damos, importancia, pero la tiene y mucha. Esta mañana, mientras preparaba el desayuno que me ha devuelto a la normalidad, me ha dado por pensar en qué sería de mi si, en lugar de ser un pensionista con toda la atención médica que requiero cubierta por ese Estado de Bienestar que el PP está asfixiando, fuese un inmigrante que se ha quedado sin trabajo, no tiene papeles y, sin embargo, padece la misma enfermedad que yo. Quizá no tendría ni el vaso de leche que le repusiese del bajón ni, mucho menos, la posibilidad de acercarse a un centro de salud a pedir ayuda.
Quizá no seamos conscientes, pero, a partir del viernes, en este país, los hombres dejaremos de ser iguales, Ya sé que en la práctica nunca lo hemos sido, pero después de años de lucha y sacrificio de muchos hombres y mujeres buenos y valientes, con la democracia llegaron los mecanismos que, si no nos hacían iguales, sí nos ponían en el camino de serlo. Estoy hablando, claro, de la sanidad y la enseñanza para todos. Pero al Partido Popular, desde su egoísmo y el de gran parte de sus votantes, otros han obrado simplemente con ignorancia, quiere ponernos etiquetas y decidir quién debe y quien no debe ponerse enfermo en este país.
Hablaba de la ignorancia de algunos votantes del PP y también debo hacerlo de quienes están al frente del Ministerio de Sanidad, porque nada hay de mayor ignorancia que pretender poner plazos al tratamiento de enfermos crónicos, como yo. Un año exactamente y siempre que el diagnóstico y el tratamiento se decida antes del viernes, porque, a partir del viernes, ni eso. A partir del viernes, si a algún inmigrante sin papeles le ocurre lo que a mí esta mañana y, por no tener qué llevarse a la boca, cae en coma, si tiene suerte le trasladarán a un hospital, donde le tratarán en urgencias y muy probablemente le hospitalizarán hasta sacarle del coma y estabilizarle. Luego, a la calle, quizá con una factura imposible de cobrar en el bolsillo, a no comer y a volver a ponerse en riesgo.
Os he hablado de la diabetes, porque es una enfermedad que, para mi desgracia, conozco, pero lo mismo les ocurrirá a quienes tengan un tumor, a quienes padezcan SIDA o tuberculosis. Ya no serán hombres como nosotros sino inmigrantes sin papeles. Lo malo es que me temo que ellos sólo sean los primeros de la lista, los más fáciles de expulsar del sistema, pero luego iremos los demás, los crónicos a los que, como se ha hecho en Reino Unido, se les pueda achacar una cierta responsabilidad en su enfermedad, los demasiado ancianos, los crónicos y, en general, los que no sean rentables para el sistema.
Menos mal que muchos trabajadores de la Sanidad Pública ya han manifestado su intención de objetar las órdenes del ministerio, menos mal que muchas comunidades autónomas seguirán atendiendo a esos seres humanos "de segunda" y menos mal que de aquí a tres años habrá de nuevo elecciones y podremos corregir la deriva incompetente y egoísta que ha tomado este país. Al menos eso espero.
 
 
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martes, 28 de agosto de 2012

FUEGO Y DINERO

 
 
Es muy triste, pero es así, no le demos más vueltas. Nuestros políticos y nosotros habitamos mundos distintos. Ellos viven en un universo de papel, hecho de cifras y presupuestos, protegido de la realidad por carísimas barreras de asesores, escoltas y periódicos a sueldo, un mundo que no tiene nada que ver con el nuestro, armado de dificultades para llegar a final de mes, de indignación por ver como unos pagan mucho por lo que otros no pagan nada, un mundo de dolor y penurias innecesarias, un mundo de angustias porque no hay trabajo o porque, en el que hay, nos explotan de manera inmisericorde. Dos universos, en fin, que pocas veces coinciden y, si coinciden, chocan.
Ahora, por ejemplo se está produciendo uno de esos choques y está siendo muy doloroso. Doloroso, porque lo es ver cómo arde inmisericordemente el tesoro verde que hemos visto crecer a nuestro alrededor durante décadas. Mucho más doloroso si pensamos que la dimensión de la tragedia podría haber sido otra si en el universo de los despachos no se hubiese borrado de los presupuestos el dinero necesario para proteger esos montes del fuego.
Desde ayer arden en la sierra oeste de Madrid miles y miles de hectáreas de monte, tradicional refugio de muchas especies que eran hasta antes de ayer punto de atracción de miles de madrileños interesados en la naturaleza. Es también la zona en la que más de cuatro décadas se establecieron las primeras urbanizaciones en las que los madrileños construyeron sus chalés para los fines de semana y las vacaciones. Muchos niños han crecido campando por esos montes que ahora arden y cabrea saber que, por una decisión tomada en el universo de los despachos, este verano se habían quedado sin protección.
Parece que la estrategia del PP es la de "arreglar" las cuentas, sin pararse a pensar en que eso tiene consecuencias. Todo lo fían a la virgen o al gánster de turno, porque, si lo pensamos bien, es lo que están haciendo o al menos diciendo, encomendando la solución del paro a la virgen del Rocío, la Almudena o San Sheldon Adelson, sus putas y sus casinos.
Mientras tanto, Robledo de Chavela y Valdemaqueda estaban sin retenes, con los bomberos más cercanos y los camiones cuba a más de veinte kilómetros de allí. Y eso que los términos municipales de ambas localidades son ¿eran? una bomba en potencia, plagados de pinos resineros y vegetación abundante y sometidos a un encanallado régimen de vientos. Muy probablemente, poniendo en la calle a esos bomberos, la Comunidad de Madrid se habrá ahorrado unos cuantos miles de euros, pero el santo o la virgen de turro han fallado y el fuego se ha comido a estas horas infinitamente más de lo ahorrado.
Lo dicho, dos universos distintos. Seguro que esta noche centenares de vecinos de Robledo y Valdemaqueda, decenas de ancianos desalojados de la residencia que había en la zona habrán llorado pensando en lo perdido o angustiados por la cercanía del humo y el fuego. Esperanza Aguirre no. La presidenta sólo llora, y sabe hacerlo, al recordar a los suyos, su suegro, sus hijos y supongo que, en privado, de rabia. La misma con que la recibirán en la zona si es que se atreve a asomar por allí.
 
 
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lunes, 27 de agosto de 2012

EXTRATERRESTRES

 
Extraterrestres, eso es lo que son muchos de nuestros políticos, especialmente los que tienen debajo del culo un escaño o un sillón obtenido en las listas del PP. Y, si no lo son, parecen empeñados en que lo creamos. Aunque, luego, cuando se les pilla en un renuncio, siempre están prestos a taparse entre ellos o a culpar a la falta de entendederas de los demás lo que consideran malas interpretaciones de sus palabras.
El penúltimo caso, porque me temo que habrá otros, ha sido del diputado nacional y concejal popular del ayuntamiento de Orense, Guillermo Collarte, que aseguró ayer a la Voz de Galicia que las estaba pasando canutas con los 5.100 euros ¿dietas aparte? que percibe cada mes como concejal y yendo de vez en cuando a Madrid a "levantar el dedo". Y se quedó tan pancho, que diría mi madre.
Lo más sorprendente es que este señor concejal y diputado tan mal parado, casi diez veces el salario mínimo, se haya sorprendido a su vez por "la que se ha montado" a propósito de unas palabras que, por activa y por pasiva, ha intentado justificar sin el menor éxito.
El tal señor decía hace unos minutos, por ejemplo, que tiene dificultades para hacer frente a las dos hipotecas que tiene suscritas que contrató cuando trabajaba en la empresa privada y ganada, admite, unos doce mil euros al mes. Con eso pretende justificar su calentón, por eso no se explica el revuelo han levantado sus palabra y por eso está dispuesto a darles la razón a los amigos que le dicen que no es bueno decir la verdad en política.
¿Y a mí qué me cuenta? que diría un castizo. Sus canutas son poco canutas, si se las compara con las de un padre en paro, con o sin subsidio, que tiene que hacer frente al comienzo de curso de sus hijos con el IVA encaramado en el 21%, sin ayudas de comedor, teniendo que pagar el material escolar, la ropa y el calzado de uno o dos chavales. Eso, además de el agua, el gas, la electricidad, el teléfono y la hipoteca, si la hay, que será mucho menor que cualquiera de las dos del señor Collarte.
Pero Collarte no es el único extraterrestre de las últimas horas. También hemos tenido que padecer a un embrión de ET, esta vez en Cataluña, donde el presiente de las Nuevas Generaciones del PP de Sant Cugat del Vallés, Ignacio Fuentes Albesa, justificó la obligatoriedad de demostrar la búsqueda activa de empleo durante 30 días para cobrar los 400 euros del Plan Prepara, porque, si no, sería un chollo. He mirado y remirado las fotografías de ambos y, por más voluntad que le he puesto, os aseguro que Collarte no tiene aspecto de estar pasándolas canutas, y el otro debería explicar de qué chollo vive para tener esa carita que da la felicidad mística de estar en la gloria.
Eso o, como digo, son extraterrestres.
 
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domingo, 26 de agosto de 2012

EL HOMBRE Y LA LUNA

 
 

Todavía recuerdo las enormes polémicas que mantenían algunos comerciantes del mercado frente al que me críe y frente al que vivo en torno a si, realmente, el hombre, Armstrong, había pisado la luna o no. Recuerdo que a mí, adolescente y bachiller, aquello me indignaba ¿Cómo dudar de tan grande avance de la Humanidad? Pero ya se sabe que en lugares como el mercado de mi barrio, como todos los mercados, lo importante es discutir, polemizar, unas veces sobre algo más o menos trascendente, casi nunca sobre política y casi siempre sobre fútbol.

Con el tiempo descubrí que aquellas dudas que tanto me indignaban y que acabaron descalificando ante mis ojos al carnicero que las alentaba, estaban más extendidas de lo que yo pensaba. Incluso, llegue a ver un magnífico documental, "Operation Lune", creo que francés, en el que jugando con esa duda y con la complicidad de personajes públicos, entre ellos Kissinger y la viuda de Kubrick, ponían en evidencia la credibilidad de los medios, haciéndonos creer que las famosas imágenes del hombre en la luna fueron rodadas bajo la dirección del cineasta en su estudio, cerca de Londres.

Que tales dudas cupiesen aún en el 2002 es consecuencia de que, en realidad, el hombre ha sacado poco de la luna: apenas unos datos, la gloria y quizá la conclusión de que habitarla difícilmente será rentable. Algo que, en mi opinión, podría extenderse al resto del Universo. Todo, creo, porque, como en el poema de Kavafis, lo importante no es llegar sino ir, porque lo que hemos sacado y sacaremos de la luna y, en adelante, de Marte, lo sacaremos de la travesía en sí misma y de la tecnología que la hace posible.

Es frustrante, cuando no indignante, comprobar que el esfuerzo tecnológico y económico que se pone en juego en esos viajes bastaría para dar solución a la mayoría de los desequilibrios que aquejan hoy al hombre aquí en la tierra. A veces pienso que, si miramos o, mejor dicho, "miran", a la luna y a los planetas, es para no ver que lo que pasa aquí -hambre, enfermedades, etc.- es tan grave como evitable.

Todo es cuestión de prioridades. Lo de poner el pie de Armstrong en la Luna no era sino una forma de tranquilizar a la deprimida población del país más poderoso de la Tierra, asustada ante el éxito soviético en la carrera espacial. Con la guerra fría como telón de fondo, con el encarnizamiento de la Guerra del Vietnam, después de la crisis de los misiles y los disturbios raciales del Sur, había que dar a la sociedad americana un caramelo que entretuviese su hambre y calmase su ansiedad.

El caramelo fue caro, muy caro, pero cumplió a las mil maravillas. El orgullo de los norteamericanos por serlo se disparó y los miedos, poco a poco, se disiparon, entre otras cosas, porque, de paso, se nos mostraron las ventajas militares de tales avances y se forzó a la Unión Soviética a desviar demasiados fondos a su programa espacial, lo que, unido a la guerra de Afganistán y a la catástrofe de Chernóbil, forzó el cambio.

Neil Armstrong, el hombre que dejó su pisada y su trascendente frase en la Luna, nos dejó ayer en su Ohio natal. Al contrario que muchos de sus colegas era un hombre tímido, cuando no huraño, que pocas veces se prestó al espectáculo. Nunca sabremos que pensaba las noches de luna llena, cuando miraba aquel lugar que pisó el 21 de julio de 1969.
 
Lo que sí sé es que, desde entonces, la luna ha perdido gran parte de su poesía y su misterio. También sé que, si esta entrada se hubiese titulado "El hambre y la Luna", no sólo no habría perdido sentido sino que, quizá, tendría más.

 
 

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sábado, 25 de agosto de 2012

481 EUROS, CON 66 CÉNTIMOS

 
Es de agradecer que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, la misma que nos puso en manos de la virgen del Rocío en vez de hacer bien su trabajo, haya calculado, quizá con ayuda de la Blanca Paloma, la cantidad necesaria para la supervivencia de una familia de tres miembros. Son exactamente 1445 euros, de lo que se deduce que a cada uno de los miembros de esa familia le bastarían cuatrocientos cuarenta y un euros con sesenta y seis céntimos para pasar el mes.
Gracias, señora ministra. La dieta de 1823 euros que cobran por alojamiento, tanto usted como otros 61 compañeros del Congreso, entre ellos el ministro de Hacienda, me había despistado: Me parecía que, comparando el salario mínimo o el subsidio del Plan Prepara con esas dietas, ustedes estaban siendo rácanos con trabajadores y parados. Ahora veo que no. Mejor dicho, lo supongo, porque espero que la siguiente medida del Gobierno o de quien corresponda sea la de rebajar esas dietas hasta los 482 euros, para no ser rácanos. Sé que es poco, pero estoy seguro que, con lo bien que se llevan entre ustedes, no les costará mucho compartir apartamento como comparten insolidaridad e ideología.
Además, puestos a ello, tanto usted como su compañero Montoro podían sacar algo de beneficio alquilando los pisos que ambos poseen en Madrid, creo que hasta cinco, a alguno de esos sesenta pobres diputados. Tengan en cuenta que una legislatura son cuatro años y que, con la nueva ley de alquiler el contrato da justo para eso, tres años y uno más de prórroga, lo que viene muy bien para disuadir a los posibles tránsfugas.
Ahora en serio. Cómo se puede ser tan cínico. Cómo se pueden tener pisos, solares y fincas en Madrid y cobrar una dieta por residir en otro sitio. Cómo se puede justificar la exclusión de la ayuda de cuatrocientos euros de los jóvenes que vivan con sus padres, poniendo el ejemplo de una familia que gane ocho mil euros al mes ¿Es eso lo que gana usted, es lo que ganan sus amigos?
Señora Báñez, sepa que ya hay millones de personas en este país que no comen lo suficiente y que, si lo hacen, es muchas veces con la ayuda de la solidaridad de amigos y familiares o haciendo uso de los cada vez más abundantes comedores sociales. Pero ni siquiera tenía que pensar en ello, bastaría con que se acercase a la cola de un supermercado, no la de Hipercor, no, que en esa hay gente, a lo mejor usted misma, que se gasta más de treinta mil euros al año, a cambio, eso sí, de la discreción de la empresa. No, me refiero a la de los supermercados baratos, en las que los productos estrella son la leche, el pan, la pasta y el arroz.
Sigan ustedes así, señora Báñez y señores del Gobierno. Sigan a jugar que hay dos países: el suyo de lujo y romerías y el de los demás, de hambre y penurias. Sigan así, señora ministra, y conseguirán que algún desesperado se queme a lo bonzo o que los jóvenes, en vez de hacer cursos y másteres, tiren por la calle de en medio y volvamos a la España de la navaja y el tirón.
Tienen apenas tres años para rectificar. Si no lo hacen, confirmarán lo que muchos pensamos: que han venido a hacer negocio y que los ciudadanos les importamos poco o nada.
 
 
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viernes, 24 de agosto de 2012

PRIVATIZA QUE ALGO QUEDA

 
 
No sé cuándo le extirparon a la presidenta madrileña la glándula que segrega los escrúpulos, pero debió ser hace mucho tiempo. Aunque, quizá, Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, como casi toso los aristócratas tuvo el privilegio de nacer sin ella, una ventaja genética que les permite hacer y decir lo que les viene en gana sin remordimientos ni sensiblerías.
Lo ha demostrado siempre que ha tenido ocasión y aún sin tenerla y no ha perdido ni un segundo, tras regresar de sus largas vacaciones, en volver a hacerlo. Ayer, sin perder un sólo minuto, tras acompañar al rey, se soltó el pelo ante la prensa y, con la chulería que le caracteriza, enmendó la plana al ministro del Interior, al Tribunal Supremo y, naturalmente, a todo aquel que no comparte su credo neoliberal y tipartista.
Pero, además, habló de la que parece ser su misión en este mundo: privatizarlo todo, vender rápido y barato lo que es de todos, porque se pagó con el dinero de todos y se creó para servir a todos. Lo está haciendo ya y cómo en la Sanidad, con la creación de nuevos hospitales de gestión privada, con la externalización de muchos servicios y, sobre todo, facilitando "oportunidades de negocios" a todos sus amiguetes. Lo está haciendo en Sanidad y pretende hacerlo en otros sectores como el del Transporte o el de la Televisión Pública.
Ayer mismo y casi simultáneamente se supo que la Comunidad de Madrid, en plena vorágine de recortes, va a gastarse un millón de euros en pagar sendos informes que exploren la viabilidad de dar entrada al capital privado en el Metro y Telemadrid. Desgraciadamente sé lo que supone la aparición de esas consultoras. No hacen sino convertirse en brazo ejecutor, aligerado de sentimientos y de responsabilidades, del desmembramiento de las empresa, los eres y los despidos que, ya digo que por desgracia, todos conocemos.
El caso de Telemadrid es evidente. La televisión pública nació como proyecto ilusionante y con una importante audiencia que se mantuvieron, incluso, con Gallardón en la presidencia de la comunidad, pero llegó Aguirre con sus maneras y los informativos perdieron cualquier objetividad, mientras la programación, salvo honrosas excepciones, fue haciéndose cada vez más chabacana y aburrida. Dicho de otro modo, la información no era, no es, otra cosa que la voz de Esperanza Aguirre y el resto de la programación, en gran parte externalizado y de escaso éxito. Lo cierto es que si la presidenta ha mantenido la televisión pública -su proyecto era mantener únicamente el control sobre los informativos y privatizar el resto de la programación- ha sido porque no tenía como tiene ahora todas las televisiones "talibanas" -perdón, presiente, pero me lo pide el cuerpo- para extender su verdad unívoca por las ondas. Ahora las tiene y por eso se apresta a vender lo que ya no necesita, aunque no sea suyo, sino nuestro.
Lo del metro es parecido, porque el metro, en el que, por cierto, Telemadrid, con las maravillas de Aguirre, se ve y se escucha continuamente a todo volumen. El metro de Madrid, el mejor del mundo, el único que se anuncia en sus propias instalaciones, ha sido a lo largo de años y años el mejor banderín de enganche para los votantes del PP madrileño. Pero el metro de Madrid se ha convertido en un monstruo ingobernable y caro, cada vez más caro y cada vez peor mantenido.
O sea, el metro ya no es esa pancarta electoral que Aguirre quiere y, poco a poco, repliega velas en él, cerrando accesos a las estaciones, subiendo las tarifas y abaratando hasta el imposible los costes de las subcontratas que, por ejemplo, lo mantienen limpio. Y digo esto, porque estos días se están llevando a cabo paros en la limpieza, porque la adjudicataria Eulen, que consiguió el contrato con un precio muy por debajo del de su antecesora, dice ahora que es insostenible y unilateralmente ha decidido, rebajar a la mitad el sueldo de los trabajadores "heredados" de ella.
La dirección de Metro, como hará siempre que se repitan casos similares, dice que ese no es un problema suyo, sino de Eulen y sus trabajadores. Y no es cierto, porque adjudicar el contrato por debajo de los precios de mercado sí lo es.
En fin, que eso es lo que va a pasar a partir de ahora con esta y otras empresas públicas madrileñas y en las refriegas los únicos perjudicados vamos a ser los usuarios y los trabajadores, porque seguro que ellos, los que deciden, las privatizaciones encontrarán consuelo en alguna que otra prebenda o algún que otro favor de los adjudicatarios.
 
 
 
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jueves, 23 de agosto de 2012

PRIVATIZAR LOS SUBSIDIOS

 
 

Han tardado en parir el algoritmo, pero, al final, lo han hecho. Se trataba de mantener quitando y de subir bajando. Que me perdonen los gallegos, pero la filosofía del asunto es muy, pero que muy, gallega. Estoy hablando del futuro del imprescindible subsidio para parados sin prestaciones que instauró el último gobierno socialista y que el PP quería suprimir, tal y como manifestaron varios ministros, sin sopesar adecuadamente las consecuencias sociales que tal medida tendría.

Ahora sabemos que se mantendrá esa ayuda que, ojo, sólo se percibe durante seis meses y que, en principio, estaba prevista para ayudar a quienes la perciben a buscar empleo.

A los populares no les gusta, por ejemplo, que ese subsidio llegue a los jóvenes. Dicen que se lo gastan en hacer cursos y másteres. Es verdad, se lo gastan en cosas inútiles. No es esa la manera de conseguir trabajo. Que se lo pregunten, si no, al segundo de a bordo de Nuevas Generaciones de Madrid, Ángel Carromero, que cobraba 72.000 euros anuales como asesor del Ayuntamiento de Madrid, probablemente como probador de coches y que ahora disfruta de unas vacaciones pagadas en Cuba como presunto responsable del accidente en el que perdió la vida el disidente Oswaldo Payá. O al fallecido gerente de mantenimiento de Metro de Madrid, José Manuel Pérez García, que, a sus 32 años, era responsable tan importante área de la compañía y tan irresponsable como para saltarse todas las normas de seguridad de las cocheras y causar el accidente en el que perdieron la vida él mismo y la niñera suiza de su hijo.

Es evidente que, con apellidos o pedigrí en el partido, los cursos y los másteres sobran, como también sobran el sentido común y la sensatez. Por eso consideran superfluo hacerlos. Ellos prefieren que queden a cargo de sus padres si pueden mantenerlos. O sea aquello de "familia, municipio y sindicato" -cristiana, pre democrático y vertical, por supuesto- como bálsamo de Fierabrás para todo.

Está sugerencia, que probablemente se hará realidad tras el consejo de ministros del viernes, era la sorpresa escondida tras la buena noticia de que darían 27 euros más a los parados que tengan tres personas a su cargo. 450 euros que, en la práctica, con la subida del IPC que conllevará la del IVA en septiembre, van a cundir mucho menos que los 423 que recibían hasta ahora.

Si lo miramos con distancia y frialdad, sin ponerle cara a los subsidiados y sus familias, pensando, incluso, que puede ser nuestro caso, nos daremos cuenta que en esto, como en tantas cosas, el Gobierno no hace sino privatizar obligaciones y servicios, porque qué otra cosa es lo que proponen, qué otra cosa es encomendar a las familias la protección que el Estado debe a sus ciudadanos.

¿Pedirá este Estado incapaz de hacerse cargo de sus hijos permiso a los padres para mandar a los jóvenes a la guerra? Espero que no nos veamos en esa, pero, en cualquier caso, me temo que la respuesta es NO.
 
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miércoles, 22 de agosto de 2012

IGUALDAD DESDE LA ESCUELA



Reconozco que, como a mi amiga Elisa, la noticia, que abre la edición digital de EL PAÍS me ha llenado de satisfacción, porque que el Supremo haya rechazado los conciertos en los colegios que segregan por sexo, o, lo que es lo mismo, el Supremo impide que con mis impuestos y los de todos los ciudadanos se financien proyectos educativos sexistas y retrógrados, no puede ser más que satisfactorio para quienes creemos en la igualdad y el progreso.
Sería absurdo, especialmente en un momento de crisis y recortes como éste, que un sólo céntimo de los contribuyentes fuese a parar a la caja de esos setenta colegios que en la actualidad separan a niños y niñas en sus aulas, setenta colegios que, si no todos, en su mayoría pertenecen al Opus Dei.
Los que nos hemos educado en colegios masculinos o femeninos y hemos llevado a nuestros hijos a colegios e institutos donde no existe la segregación conocemos muy bien el gran avance que supuso para la formación integral de los alumnos poder educarse y crecer juntos niños y niñas.
No digamos ya lo que supuso la integración fuera de las grandes ciudades, donde aún pueden verse en los colegios nacionales los pabellones separados perfectamente señalados con rótulos o placas que rezan "niños" y "niñas".
Un niño o una niña que no tiene la oportunidad de comprobar desde los primeros años en la escuela que niños y niñas, pese a sr distintos, son iguales, crecerá con ideas equivocadas sobre muchas cosas y, sin duda, será más vulnerable a otras muchas.
De todos modos, no quiero dejar de señalar que la satisfacción que me produce la noticia en modo alguno es plena, porque las sentencias de la Sala IV del Supremo no entran en la bondad o maldad de la segregación, sino que se limitan a señalar la imposibilidad de aportar fondos públicos a centros que no respetan la constitución a la hora de admitir a sus alumnos, discriminándolos por razón de su sexo.
Estaría mucho más satisfecho si el Supremo hubiese tenido que decidir sobre la prohibición a los padres, fuese cual fuese su nivel económico, de marcar a sus hijos e hijas enviándoles por separado a la escuela. Pero eso es sólo un sueño, porque, en la mayor de las incoherencias y de los absurdos, al respetarse su derecho a elegir centro para sus hijos, se consagra el sistema de clases y se condena a los segregacionistas pobres a escolarizar a sus hijos en centros en los que no se discrimina a niños y niñas. Con lo bonito y lo práctico que es que niños y niñas compartan granos y frustraciones.


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martes, 21 de agosto de 2012

DOPING



Es lo que tiene doparse. Ganas carreras, consigues marcas, pero, al final, siempre te pillan y te quedas sin medalla o sin el record. Sin embargo, el doping no es exclusivo del deporte. A veces el doping se da en otros ámbitos y se da bajo formas curiosas, aunque las consecuencias son parecidas, porque cuando quienes se dopan se encadenan a la sustancia con que lo hacen y, por más que se empeñen, en su organismo quedan trazas de la sustancia tramposa.
Acaban de comprobarlo Rajoy y, con él, el Partido Popular. Como ya es sabido, Rajoy no dudó en recurrir a los "tea party" españoles ni a lo más ultramontano de la formación cuando de lo que se trataba era de socavar la imagen de Zapatero y el PSOE. Tanto es así que estuvieron a punto de arruinar el ahora posible fin de ETA, con tal de no permitir a Rubalcaba, quien, por cierto, nunca lo intentó, colgarse la medalla de haber conseguido ese final.
Para esa carrera al sprint, Rajoy consumió las peligrosas tesis de Jaime Mayor Oreja y todas esas manifestaciones en las que se mezclaban el odio, el deseo de venganza y las acusaciones de traición.
Nunca sabremos si la cosa le dio resultado al líder del PP, porque lo que se llevó por delante a Rodríguez Zapatero fue la crisis, la económica claro, porque desde hace tiempo parece que no ha habido otra en este país.
Nunca sabremos si las inyecciones de integrismo y ultranacionalismo tuvieron consecuencias en la fortaleza de los populares, pero lo que sí suponíamos y, para perjuicio de sus intereses, ya estamos comprobando, es que todos esos discursos, todas esas banderas y todas esas pancartas han contaminado su discurso y están bloqueando su capacidad de cambiar de discurso.
Rajoy y su ministro de Interior, Fernández Díaz, se enfrentan ahora a la ocasión de hacer un gesto, dar una salida legal y razonable, al pulso que le viene planteando desde hace días una parte importante del colectivo de presos de ETA, pidiendo el cambio de régimen, por razones humanitarias, de uno de los secuestradores de Ortega Lara, enfermo de cáncer terminal, para que pueda pasar sus últimos meses de vida en casa y con los suyos. El ministro ha sido remolón a la hora de tomar las decisiones, pero las está tomando. Entre otras cosas, porque la ley es la ley y por más que la retuerza y demore los trámites, no puede hacer otra cosa. Ese gesto, nadie lo duda, puede ser trascendental para el rumbo que tome el, de momento, paralizado final de ETA, y abrirá camino a nuevos pasos.
Hasta aquí, todo perfecto. El PP está haciendo, a su manea, claro, lo único que puede y debe hacer, pero eso ha bastado para despertar de su sopor al ex ministro Mayor Oreja, profeta de la venganza y el odio, de los que tanto partido ha sabido sacar, resucitando su extinta figura para la política nacional y quién sabe si para algo más.
Volvemos a oír hablar de traición a las víctimas, de que se está dando oxígeno a ETA y toda esa letanía que creíamos olvidada. Rajoy lo quiso. Porque Rajoy debería haber tenido en cuenta que aquellos apoyos, aquel dopaje, acabarían teniendo consecuencias.


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lunes, 20 de agosto de 2012

PREFERENTES



Parece que, por fin, el Gobierno se dispone a entrar en el sucio asunto de las preferentes y parece que lo hace desde la mala conciencia que supone que la administración, no importa de qué color, haya consentido una estafa de esta características a quienes lo único que pretendían era mantener vivos su ahorros, los ahorros de toda una vida.
Parece que lo que aprobará el ejecutivo el próximo viernes serán limitaciones a la venta de estos productos financieros, hasta ahora camuflados como depósitos a largo plazo, en cuya contratación se destacaba una serie de cifras y fechas para esconder los verdaderos plazos, prácticamente de por vida, y la volatilidad de los intereses, algo que hicieron también, y especialmente, las cajas de ahorros que por el carácter "casi familiar" en ocasiones y por el hecho de no cotizar en bolsa hizo pensar a las víctimas del engaño que su depósito quedaba a buen recaudo.
Pero no. Las preferentes eran un producto financiero de alto riesgo que se "colocó" a todo tipo de gente, desgraciadamente muchos de ellos eran humildes jubilados que pretendían estirar o asegurara ese dinero que siempre se guarda para un apuro. Fue precisamente cuando alguna de estas víctimas quiso rescatar el depósito para alguna urgencia, y estos tiempos están llenos de ellas, cuando comprobaron que ese dinero, aunque suyo, no estaba a su disposición en décadas.
Hace bien el Gobierno en poner límites a estas prácticas, porque por la extensión de las mismas y el perfil de los afectados tiene características de estafa masiva. A partir de hora, los afectados tendrán que firmar de su puño y letra una declaración en la que admitan conocer todas, y subrayo lo de todas, las condiciones. Tampoco, parece, se consentirán a los particulares operaciones por menos de los 100.000 euros.
Quizá lo anterior sea una solución de futuro, pero qué va a pasar con los afectados que ya han caído en la trampa que les tendieron. Para hacerse una idea de la dimensión del problema, basta con asomarse a cualquiera de las manifestaciones que casi todos los fines de semana se convocan en muchos puntos de España, fundamentalmente en Galicia: miles de personas de todas las edades con sus pancartas y sus pitos, reclamando lo que es suyo.
Eso en la calle, porque a quienes se acercan a sus sucursales sólo les dan largas y tratan de consolarles con absurdos como el de que muchos de los empleados, también los que las "vendían", se las han colocado a sus familiares, con lo que el principal argumento de los bancos, ese de que quien las compraba sabía lo que hacía se desmorona, porque se supone que los empleados de banca algo saben de esto.
El problema es enorme y tendrá consecuencias en el futuro de muchas poblaciones, porque las hay, en Galicia y en Castilla La Mancha, en las que más de la mitad de sus habitantes han mordido el anzuelo y un pueblo deprimido y sin dinero es un pueblo sin futuro.
Por último y hablando de futuro ¿qué va a pasar con los autores y los consentidores de la estafa? ¿Por qué la prensa guardó silencio hasta que el asunto era ya un clamor en la calle? ¿Por qué tardó tanto la CNMV en adoptar tímidas medidas contra esta práctica? ¿Era el gobernador del Bando de España una majorette de las entidades estafadoras?
No sé cuál va a ser la solución que se les dé a los afectados, pero no creo que les satisfaga el canje por acciones o cualquier otro tipo de productos negociable, porque está claro que el mercado no está para bromas No creo, insisto, en que se atrevan. Con este tipo de operaciones, los bancos y las cajas se apropiaron, en un verdadero atraco a mano armada, de gran parte de los ahorros de sus clientes. El exceso de cemento y de ladrillos les asfixiaba y trataron de toma aire en lo que no era suyo. Ahora, mientras el Gobierno y el BCE se vuelcan en ayudar a los bancos, a nuestra costa claro, pero de los estafados con las preferentes, nada.
¿Será cierto lo de que la banca siempre gana?


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domingo, 19 de agosto de 2012

POLÍTICA Y POLÍTICOS



Cuando me atasco a la hora de escoger un tema para esta cita con mi blog suelo encender la radio, aunque siempre suele haber una encendida en casa, y me enredo en cualquier otra cosa. Es lo bueno que tiene la radio, es mucho más eficiente como medio de comunicación cuando la guarda está baja.
Hoy, aunque he sido madrugador o quizá por eso, no llegaba la inspiración y me he visto obligado a recurrir a ese truco, con el resultado de que algo que vengo pensando desde hace ya tiempo se ha materializado en una conversación a varias bandas con el líder popular vasco Borja Semper. No sé quién ni cómo, pero ha aparecido el gran asunto: la política y los políticos, con alguna que otra salpicadura a la prensa. No tengo muy claro l que han llegado a decir unos y otros, porque enseguida se ha adueñado de mí esta idea "Nunca como hoy ha sido más necesaria la política y nunca como hoy han sido más prescindibles nuestros políticos".
Resulta un dilema terrible porque del agujero en el que estamos sólo saldremos con política, con buena y participativa política. Si hay algo que caracteriza a los políticos españoles y me temo que a los de toso el mundo es el hecho de que apenas tienen nada que ver con la gente corriente, con esa masa tan útil y generosa -ya no tanto- a la hora de dar los votos que garantizan puestos de trabajo y buenos salarios por cuatro años, junto a la gestión de importantes presupuestos.
Mientras la gente de a pie, está sin trabajo, uno de cada cuatro, sus hijos no visten, estudian o comen como antes, los jóvenes no tienen trabajo ni futuro, los ahorradores, si no han sido estafados, ven como el resultado del trabajo de toda su vida vale cada vez menos... y, frente a eso, quienes nos gobiernan, y a veces también quienes deberían oponerse a ellos, nos recetan resignación y sacrificio o nos ofenden poniendo velas a la virgen de turno para que les saque del atolladero.
Al tiempo quienes se dan, nos damos, cuenta de que es hora de hacer algo, porque por este camino no vamos a ninguna parte, tienden, tendemos, a repudiar la política, a veces demasiado alegremente y con demasiada inconsciencia. Tenemos que ser capaces de ver que, aunque el camino esté lleno de esos obstáculos en que se han convertido los políticos, el camino es ese, porque, sin una senda que seguir, sin una meta que alcanzar, estamos perdidos.
La situación se está volviendo más que peligrosa. Nos estamos poniendo, y gran parte de América Latina es la pruebe, en manos de políticos populistas y visionarios. Y lo peor es que, por las razones que sea, no siempre son ignorantes quienes les siguen. No hay más que ver lo bien que le va a Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y lo que la tal señora se está arrimando a Chaves, al que, observo con espanto, cada vez se le toma más como guía y ejemplo.
Espanto y pánico produce que sea ese el modelo a seguir, por mucho que exista una conspiración contra él. Una conspiración que, por cierto, se olvida en cuanto tenemos algo que venderle. Está pasando en América del Sur, pero, en las circunstancias en las que nos toca vivir, no queda tan lejos el punto en que todo se confunde y se desmorona a mayor gloria de estos personajes.
Hay que encontrar una nueva generación de ciudadanos que recuperen y nos hagan recuperar el gusto por la política como el medio que nunca debería haber dejado de ser para transformar la sociedad. No sé cómo se hace, pero sé que es lo que hay que hacer.
De no ser así, serán demasiados quienes de entre nosotros se pierdan en laberintos demasiado accesibles y demasiado intransitables por los que es muy fácil caer alternativamente en la euforia y la depresión.
Ojalá amaneciésemos un día con las ganas, las fuerzas y la decisión suficientes para ponernos y poner la política en la senda adecuada.


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sábado, 18 de agosto de 2012

TAMBIÉN LOS NIÑOS



Escribo "también" y debería escribir "sobre todo", porque el daño que las carencias puedan hacer a un niño puede ser un daño irreparable. Creo que el mayor derroche y, a la vez, el más irreparable que puede permitirse un país es el de la salud y el futuro de sus niños. Lo que les neguemos cuando son bebés no podremos devolvérselo nunca y el daño que les hagamos con ello será para siempre.
Todo esto viene a cuento de una información, apenas un titular, que acabo de escuchar en la radio y que me ha llenado de inquietud.
La noticia en cuestión es la de que la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria ha presentado un informe según el cual, la crisis económica actual está causando dificultades en la asistencia sanitaria a la población infantil y juvenil, que se ven agravadas por los recortes, no basados en criterios profesionales ni científicos, que está aplicando el gobierno madrileño en las prestaciones sanitarias.
Según los pediatras madrileños, la crisis, por un lado, y los recortes presupuestarios, por otro, están llevando a que los padres se vean forzados a prescindir de los alimentos adecuados a las necesidades sus hijos, especialmente las leches maternizadas, o de los medicamentos necesarios para el tratamiento deus enfermedades crónicas, amén de esa huella silenciosa e indeleble que deja en los niños el mal humor y la angustia permanentes de unos padres sin trabajo durante meses y meses. Además, dicen los pediatras, los padres con trabajo prescinden de las revisiones periódicas a sus hijos por miedo a faltar a un puesto de trabajo cada vez más precario e inestable. Y, por si fuera poco lo anterior, la falta de recursos está llevando a muchas familias a darse de baja en seguros y sociedades médicas privadas, para recurrir a la sanidad pública que se ve así congestionada en sus servicios pediátricos, con el consiguiente deterioro de la asistencia.
Todo lo anterior lleva a un estado de cosas que creíamos superado, con una terrible desigualdad en el acceso a la atención pediátrica primaria y, no digamos ya, en la especializada. Sé que puede resultar inadecuado decirlo, pero creo que estamos volviendo a esa España de caridad y escupidera que yo creía definitivamente superada.
Los pediatras se quejan de que la administración madrileña está negando el tratamiento adecuado para determinadas enfermedades, como, por ejemplo, los dispositivos para la administración de medicamentos para el asma o determinadas vacunas. También de falta de recursos y de la congestión de las consultas que lleva a un deterioro de la atención en las consultas y del menosprecio de la administración por su trabajo.
Todo esto se produce en un territorio en el que no todos los niños eran atendidos como debieran y en el que las modificaciones al alza de los horarios de los profesionales sanitarios han llevado a que estos no dispongan del tiempo necesario para mejorar su formación que, por otra parte, también se está viendo descuidada.
Lo dicho, la España de la caridad y la escupidera, con niños llenos de mocos, mal alimentados y tosiendo y contagiando, angelitos, a otros niños sus enfermedades. Unos niños de ahora que van a ser los españoles del mañana que, cómo no, los habrá de dos clases: los de pediatra y colegio privado, a ser posible de curas, para perpetuar la desigualdad, y los otros. De momento, y para irnos ambientando, la Consejería de Sanidad acaba de reimplantar la cartilla de cartón con sellitos, esta vez para ir a la farmacia ¡¡País!!


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viernes, 17 de agosto de 2012

PATOSOS



¿Quién se acordaba ya de Wikileaks? ¿Qué había de verdaderamente transcendental en los papeles que tan exclusivamente ocupados y exclusivamente invadida tuvieron a medios tan "serios" como, por ejemplo, EL PAÍS?
A mi modo de ver, las respuestas son prácticamente nadie y prácticamente nada, si exceptuamos, claro, aquel video de la masacre desde el helicóptero norteamericano en Iraq, que, por cierto, no estaba en esos papeles, aunque el autor de la filtración fuera el mismo. Nada, salvo la constatación de que el tan mitificado mundo de la diplomacia y los servicios de inteligencia apenas es un asunto de chismorreo y corta y pega.
Si miramos atrás, a ser posible con ira, nos daremos cuenta de que mientras estos medios cumplían con el compromiso de Wikileaks, entregando sus primeras a nimiedades convenientemente hinchadas, al menos en el caso de España, Europa estaba cayendo en esta, por entonces, inimaginable crisis, nadie puso atención en aquellos estallidos de indignación en Túnez que dieron lugar a la primavera árabe y, así, otros tantos asuntos.
Sin embargo, hay que admitir que lo más jugoso fue, precisa y simplemente, eso: que a los sesudos espías y diplomáticos de los superpoderosos países de occidente se les vio el culo, perdón por la crudeza, y estos, con todas sus vergüenzas al aire, se esmeraron, esta vez sí en elaborar su venganza, atrapando y enterrando en vida al soldado "filtrador" y preparando lo que a todas luces era una trampa al cabeza visible de Wikileaks, Julian Assange.
Las acusaciones contra el primero pueden mantenerle en la cárcel el resto de su vida, las dirigidas contra Assange podrían ser menores, incluso en la Suecia que le reclama, pero el proceso contra él entraña el peligro de mantenerle al alcance de los EEUU que esperan como agua de mayo la ocasión de tenerle en un país, Suecia, con el que, al contrario de lo que ocurre con el Reino Unido, sí hay tratado de extradición.
Lo que me resulta más difícil de explicar es el follón organizado por el gobierno conservador británico que, por cierto, veranea aquí, en pleno territorio PIGS a propósito de la decisión de Assange de refugiarse primero, y pedir asilo político después en la embajada de Ecuador. Lo único que me sirve como explicación es que el gobierno británico desprecia al de Ecuador, sirve a los intereses de su aliado norteamericano y sigue teniendo aquellos aires de grandeza de cuando su armada dominaba el mundo.
La otra explicación es el tan manido principio de Peters, según el cual todos van escalando puestos en la vida hasta que alcanzan su máximo nivel de incompetencia: el ministro de exteriores británico William Hague lo ha conseguido. Con sus amenazas de asaltar la embajada de Ecuador en Londres y su torpeza en el asunto, Hague ha dejado claro que él y su jefe Cameron son unos verdaderos patosos, poniendo varios ases en al mano del populista Correa que, a estas horas, debe estar soñando con que el asalto se haga realidad.


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jueves, 16 de agosto de 2012

DESOBEDIENCIA DEBIDA


Desde el Gobierno se han empeñado en borrar de la cara de este inmigrantes y de las de otros ciento cincuenta mil, seres humanos, semejantes, como dicen en esas iglesias a las que van a pedir las soluciones que ellos no nos saben dar, mujeres y hombres como nosotros que trabajan, ríen y sufren como cualquiera de nosotros, a los que Rajoy y su cuadrilla de incompetentes quieren dejar sin el derecho a la sanidad universal que recoge la Constitución.
Desde que Sanidad, con su ultra católica ministra al frente, tomó la decisión, todos los expertos en la materia han hablado de disparate irresponsable, amén de denunciar que el gasto que se trata de evitar sacando a los "sin papeles" del sistema es una nimiedad comparada con el coste del riesgo en que se pone a toda la población desatendiendo a la gente sin medios con enfermedades contagiosas.
Al mismo tiempo, los miembros del PP t los responsables del Ministerio que han hablado sobre el asunto han ido de despropósito en despropósito, diciendo burradas dignas de un colegial y proponiendo salidas al asunto propias de "Antoñita la fantástica".
Tratar de cobrar 700 euros al año a los inmigrantes por una igualdad que la constitución les reconoce es un verdadero contra dios, entre otras cosas, porque la población de la que estamos hablando no dispone de ese dinero. Tratar de que sean las ONGs las que se hagan cargo de la asistencia a estos irregulares, es volver a la España de los dispensarios de las monjitas y la beneficencia pública. Pretender, como pretenden, cobrar la atención a los gobiernos de origen de los inmigrantes, eso ya alcanza el grado de gilipollez supina. Boutade tras boutade, ocurrencia tras ocurrencia, no han hecho más que dar testimonio de lo poco preparado que está este gobierno para este asunto y para tantos otros.
Si hay que meter las tijeras sin dejarnos desprotegidos, mejor harían en sacar los cuartos de los astronómicos presupuestos de Defensa, incluso recortando o abandonando misiones que apenas merecen el reconocimiento de los países que luego nos ponen al pie de los caballos.
Cinco comunidades autónomas están dispuestas a no obedecer la orden de Sanidad para dejar a estos hombres y mujeres sin asistencia y yo les aplaudo. Así como existe una "obediencia debida" que permitió por ejemplo que algunos de los más entusiastas golpistas del 23-F salvasen el culo, existe una desobediencia, también debida, que es la que surge cuando, ante órdenes injustas o absurdas, se practique la sabia rebeldía de hacer caso a los códigos éticos, la solidaridad y el sentido común, antes que al "piernas" de turno.


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