sábado, 8 de junio de 2013

EL PODER Y LA JUSTICIA

 
 
A la ocasión la pintan calva y a la justicia, ciega. Se supone que la joven mujer con los ojos venados y una balanza colgando de su mano izquierda que la encarna, representa el deseo de los hombres de alcanzar el justo equilibrio en sus disputas. Hasta ahí, perfecto, lo malo es que olvidamos que en su mano derecha -los seres humanos somos diestros por defecto- es una espada y, al final, uno no sabe qué mano gobierna sobre cuál. No sabemos, y al menos para mí es un motivo de intranquilidad, si es el deseo de equilibrio el que guía al poder o si es el poder y el deseo de tenerlo y conservarlo el que guía la mano que sostiene la balanza y sus inclinaciones.
Me viene todo esto a la cabeza ahora que la renovación del Tribunal Constitucional va a provocar un giro dramático en su composición, con lo que el perfil del órgano encargado de analizar a la luz de la Constitución las leyes y las resoluciones judiciales pasará a ser más que conservador. El hecho de que se produzca precisamente ahora, cuando el PP tiene en el Parlamento mayoría absoluta y sobrada por tanto para hacer y deshacer a su gusto, el momento escogido para hacer los cambios y no cuando por ley y sentido común hubiese sido pertinente, da que pensar, porque, además, al renovado Tribunal  le va a corresponder decidir sobre muchos de los cambios impuestos por el trágala de la troika y se hace difícil pensar que algunos magistrados vayan a dejar de darle la razón a sus mentores.
Recursos pendientes y otros recursos que presumiblemente se presentarán contra algunas de las leyes que por iniciativa propia o inducido por Bruselas o la Conferencia Episcopal, serán analizados por un tribunal del al menos dos de sus miembros elegidos ayer se han significado muy claramente a favor de los intereses del PP.
Es evidente que en esta ocasión la mano derecha, la que sostiene la espada que simboliza el poder, se ha impuesto sobre la izquierda que debería mantener la balanza en equilibrio y me temo que aunque la justicia mantenga sobre sus ojos la venda que la ciega, no va a dejar de oír los susurros de quien ha sentado a los magistrados en el Tribunal, algo preocupante en un país cuya constitución aprobada por consenso, lo que implica ambigüedad y falta de desarrollo de muchos de sus artículos, hace ya más de un tercio de siglo, sin haber sido apenas modificada.
La espada, el poder, se ha impuesto sobre, la balanza, el equilibrio, lo que, en mi opinión, acabará por sesgar las decisiones del Constitucional. Y eso, la preeminencia de la fuerza, aunque provenga de los votos, de la razón que da el equilibrio, no puede ser bueno. 
 
 
Puedes leer más entradas de "A media luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/

No hay comentarios: