¡Aaaale Hop! La alquimia ha llegado a la política, mejor dicho, a la economía. La fórmula, digna del juego Magia Borrás, la ha desvelado la flamante presidenta Cospedal que ayer anunció sus cuentas para el año que viene. Dice la número dos del PP que con esos presupuestos rebajará el déficit de la territorial hasta poco más del uno por ciento, sin que a los castellano-manchegos les cueste un solo euro más en impuestos.
Eso es una verdad a medias, amigo Sancho, que diría Don Quijote. Porque hay muchas maneras para que los ciudadanos paguen la rebaja. El coste se puede pagar, por ejemplo, con el puesto de trabajo. Y así lo harán el cuarenta por ciento de los trabajadores eventuales de la administración que dejarán de serlo, pasando de contribuyentes a subsidiados, porque es de suponer que mantendrán su derecho a cobra el paro. Se puede pagar, también, con el deterioro de la sanidad pública que ya ha asomado hace días con el impago a los farmacéuticos y que tendrá nuevos episodios, como bien saben los catalanes, en cuanto se atrevan, si no lo han hecho ya, con el cierre de centros de salud, horarios de urgencias y camas hospitalarias, algo, esto último, que puede llevar a que un paciente recién salido de un quirófano por una cirugía mayor comparta habitación con quien lleva varios meses ingresado por una grave infección micobacteriana. Se pueda pagar, y sin duda se va a pagar, con el deterioro de la enseñanza, al que vamos de cabeza, nos digan lo que nos digan, porque, si ya lo estaba el curso pasado, cómo no lo va estar si no se convocan nuevas plazas para profesorado y no se contratan interinos.
Nos dirán, y ya nos dicen, que el truco está en la venta de empresas, edificios, acciones y coches oficiales y la pregunta inmediata es ¿a quién, por cuánto? Se me ocurre que Félix Rodríguez de la Fuente lo pasaría en grande en Castilla La Mancha con tanto buitre como la va a sobrevolar en los próximos meses.
Tiene razón la señora Cospedal a sus amigos castellano manchegos, que no son todos, sino sólo unos pocos, no les va a costar un euro el ajuste presupuestario. Sus amigos, cuando no van en coche de lujo, van, como la familia Bono, a caballo y no van a sufrir, por ello, la subida de los transportes que, a no dudar, se va a producir. También la de los combustibles, recordemos los famosos céntimos sanitarios, aunque claro, sus amigos gastan en sus cigarrales chimenea en vez de butano.
Ayer, como hay unas generales de por medio, desde la sede nacional del PP se "filtro" la especie de que Rajoy, si llega a La Moncloa, no haría recortes en sanidad o educación. "Nos ha amolado", que diría el abuelo Eustasio, cómo va a hacer recortes si tienes las competencias transferidas.
Tengo un amigo que dice que se me nota demasiado el "cabreo", porque se me cuelan demasiados insultos en estas reflexiones, pero es que estoy empezando a tener cada vez más claro que unos y otros nos toman por gilipollas. Lo que parece que no quieren ver es que el cuerpo, también el social, tiene un límite y que el apacible 15-M puede comenzar a hablar en griego y no sé entonces que acabará pasando, porque está claro que, entre esclavitud y revolución, la opción mayoritaria sería la que escogió Espartaco, porque, cuanto menos quede por perder, más será lo que se pueda ganar.
1 comentario:
Lo que yo decía. Poco a poco nos van calentando y claro...ya vamos con la boca caliente.
Solo espero que nos hagan a fuego lento, porque si no acabaremos saltando de la sartén. Y luego que no extrañen que sea al cuello.
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