¿Qué os habíais creído? Hizo mucho daño Rubalcaba con tanta
tolerancia como tuvo con todos los que Esperanza Aguirre llama camorristas y
pendencieros, esos que anduvieron rondándole el despacho. Hizo daño porque les
dio alas. Lo lógico hubiese sido desalojarles de la Puerta del Sol que tiene
que estar limpia y despejada, para que los turistas paseen por ellas con sus coca
colas y sus bolsas del Corte Inglés, para que puedan hacer fotos y echar
monedas a las estatuas vivientes o al indio de bronce que pueblan la plaza
cuando el sol ya no es de justicia, mientras ofrecen, inocentes, sus bolsos y
carteras a los profesionales amigos de lo ajeno, afectados también por los
meses de marea de lonas azules.
Con tanto compadreo, Rubalcaba consiguió que viésemos la
cara de todos esos chavales y, lo que es peor, que les escuchásemos. Consiguió
que nos enterásemos -y, con nosotros, todo el mundo- de que les angustia ese
"no futuro" que les hemos preparado y que, pese a todo, están llenos
de esperanza, porque se han visto juntos, saben cuántos son y la fuerza que
tienen.
Ha hecho muy mal Rubalcaba, porque esos energúmenos del 15-M
son los que acosaron y asustaron a los chicos de la católica JMJ, incluso a los
de boina roja y brazo en alto. Porque todos pudimos ver en la red como una de
entre ellos interpuso su cara en el lógico, justificado -demasiadas horas de
servicio sin poder exhibir sus habilidades- y violento vuelo de la mano
enguantada de un mando policial.
Menos mal que la más chula de las presidentas autonómicas lo
ha visto claro y no pierde ocasión de abrirnos los ojos. Según ella, no sólo
son camorristas y pendencieros. También abogan por la democracia directa que
puede llevarnos a la deslegitimación del sistema democrático y a un "golpe
de estado" como el de la Francia de 1793. Está claro que la condesa no da
puntada sin hilo, porque tuvo mucho cuidado en llamar "golpe de
estado" a lo que se enseña en colegios y universidades como
"Revolución francesa". No me extrañan sus temores, porque el objetivo
de aquellos "sans-culottes" fue la nobleza y ella, como nieta y
esposa de conde, lleva ese miedo en los genes.
Pero no seáis demasiado rápidos en la condena, porque lo
dicho el lunes por la condesa fue suscrito ayer por Manuel Moix, fiscal jefe
del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que, en su memoria, recordó todos y
cada uno de los delitos cometidos por los camorristas y pendencieros: ocupación
de la vía pública, obstaculización de la constitución de parlamentos, impedir
por la fuerza la ejecución de mandamientos judiciales -de desahucio- y un largo
etc. en el que supongo que también figurarían las veces que pasaron en rojo los
semáforos del Sol.
En cuanto lo escuche, tuve un presentimiento y quise saber
quién era este lince con toga que tan oportuno capote había echado a los pies
de la señora Aguirre. Y tenía razón en mis temores. El señor Moix, nombrado por
Jesús Cardenal, aquel fiscal general de la etapa Aznar con piso gratis en
Madrid y en Bilbao, tuvo oportunidad de ascender hasta el Tribunal de Cuentas,
pero prefirió quedarse en la fiscalía del TSJ de Madrid, quizá porque su sucesor
iba a ser el presidente de la Unión Progresista de Fiscales.
La tierra tiembla, y no sólo en la isla del Hierro. Por eso
no es de extrañar el gesto de este fiscal que, recordándonos la lista de
delitos cometidos por los indignados, ha señalado su posición, ahora que puede
haber cambios en el mundo de la Justicia.
Sólo espero que todos estos "camorristas, pendencieros
y golpistas" que con su dignísima postura influyeron en el voto de casi
uno de cada cuatro votantes de la izquierda, sepan ver a quien tienen enfrente.
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