jueves, 8 de septiembre de 2011

PERO... QUÉ HA FUMADO PONS


Hace unos años, cuando alguno de nuestros amigos decía disparates o exageraba descaradamente la realidad se le decía eso de "pero tú qué has fumado", en clara alusión a los porros o "petardos" que empezábamos a fumar creyendo que habíamos inventado la pólvora. Con el tiempo aprendimos que la pólvora ya estaba inventada y siempre ha habido quien no ha necesitado "echarse un peta" para tener alucinaciones.
Ayer lo dejó claro Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, que se sacó de la chistera nada menos que tres millones y medio de empleos. Y es que, haciendo las cuentas de la lechera camino del mercado, ha descubierto que lo mejor es que el dinero no esté en manos del Estado, sino de los emprendedores -eufemismo que se emplea en lugar de empresarios a causa de la mala imagen que arrastran con su mala costumbre de despedir y subemplear- y que, dándoselo a un millón de estos seres tan beatíficos como mitológicos, cada uno de ellos creará tres puestos de trabajo, con lo que el problema del paro dejará de serlo.
Parece que al amigo González Pons ni le ha leído de niño la fábula de Esopo versificada por Samaniego ni ha escuchado ese chiste malicioso que se hacía de aquella promesa electoral de Felipe González en las elecciones de 1982 de crear ochocientos mil puestos de trabajo que ante el escaso éxito obtenido -no en las elecciones, porque las ganó sobradamente, sino en la creación de empleo- se decía que lo que había dicho Felipe es que iba a crear "ochocientos o mil" puestos de trabajo.
Desde aquel fiasco no recordaba yo a nadie tan osado como para repetir apuestas como esa, hasta que González Pons, el gato de Cheshire del PP, decidió ayer cuadriplicarla.
Pese a lo que de bufo tiene el asunto, la cosa mueve poco a la risa, porque hay cuatro millones y medio de personas con derecho a uno de esos puestos de trabajo que llevan meses, si no años, esperándolo y jugar con esas cosas no debería estar en el manual de campaña de un político; más bien al contrario, debería figurar en el capítulo de contraindicaciones.
Al parecer, el mecanismo seguido por Pons fue el de multiplicar por tres cada uno del millón de emprendedores que, según Rajoy, necesita este país, una cifra que, muy probablemente, obtuvo el candidato del PP, restando al número de parados el llamado "paro estructural" y dividiendo el resultado por tres.
En resumidas cuentas, o González Pons se había fumado un canuto antes de comparecer ante la prensa o cuando Rajoy explicó su fórmula. Lo cierto es que ni siquiera convenció a sus subordinados que retiraron tal "genialidad" de la nota en que resumieron la rueda de prensa en que la dijo. Además, si la cosa fuese tan sencilla ya se le habría ocurrido a José Blanco.

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