viernes, 14 de octubre de 2011

EL AJEDREZ DE RAJOY


Hay que reconocer que los estrategas de campaña del candidato Rajoy saben lo que hacen, al menos en cuanto a ese arcano que hemos dado en llamar "manejar los tiempos". Ayer, de un plumazo, mejor dicho, con un sencillo SMS, ha conseguido que la prensa le da ya por seguro ganador de las elecciones y pase a ocuparse directamente de la composición del que será su futuro gobierno.
Bastó con anunciar mediante un oportuno y sorpresivo mensaje a los periodistas que "siguen" las industrias y andanzas del PP y, zas, ya estamos en Moncloa, nombrando al gobierno.
Ah, por obvio, se me olvidaba decirlo, el mensaje anunciaba que Gallardón ocupará el cuarto puesto en las listas del PP por Madrid. Es decir, se sale con la suya y se sentará en uno de los escaños del Congreso, dicen que de color azul, cuando aún no ha calentado el carísimo sillón que compró con nuestro dinero para el carísimo despacho que se ha montado en el (su) palacio de Cibeles.
Gallardón se lleva al congreso a su fiel escudero, Manuel Cobo, que se presentará en las listas de otra circunscripción distinta a Madrid -no es cuestión de cabrear demasiado a la "chulendakaresa"- no se sabe si para ayudarle a formar pandilla junto a los leones del Congreso o para que no se lo coman las fieras que se quedan en Cibeles. Y no me refiero a los que tiran del carro de la diosa.
A lo mejor me equivoco y Gallardón ha cambiado la paz con Esperanza por el traspaso del Metro a la Comunidad de Madrid -las lentejas han subido mucho desde los tiempos de Esaú y Jacob- para que haga con él lo que le mejor parezca que, desgraciada y muy probablemente, será privatizarlo, pero, dado el carácter de la señora presidenta, me la imagino dando vueltas por su despacho de Sol, mientras alterna los gruñidos de rabia con todo tipo de interjecciones e insultos en español e inglés, que pare eso sus nobles papás le dieron una educación bilingüe.
Y nosotros, los madrileños, qué. Si lo miramos bien, hemos sido una mera pista de despegue para el relanzamiento de Gallardón a nivel nacional. Porque no hay que olvidar que fue el número dos del carca de Fraga en la no menos carca Alianza Popular, porque Gallardón no es sólo ese simpático señor achispado, perdón, quise decir avispado, que va a la ópera enredado en los aros olímpicos y se pone tontorrón delante de las señoras, sobre todo si son jóvenes y guapas. Gallardón es de derechas, muy de derechas, bastante déspota si no hay cámaras delante y muy, pero que muy, mentirosillo, porque en la campaña de las municipales hzo creer a muchos que nonca se iría del ayuntamiento antes de acabar su mandato y hoy estamos donde estamos. Y No digamos cómo es a la hora de gastar, sobre todo con el dinero ajeno, ojalá le nombren ministro de algo con poco presupuesto. Si no, vamos dados.
Todo esto por no hablar de lo que deja en el Ayuntamiento, porque, sin comerlo ni beberlo, nos deja como alcaldesa a la señora de Aznar, la de las peras, las manzanas y la boina de contaminación, la de las calles sucias, a no ser que estén en el centro o en el barrio de Salamanca, y una "supercarca" capaz de reescribir los cuentos de nuestra infancia y, eso sí, de guardar las apariencias con su "Jose", porque la gente de orden es gente de orden.
Así ha dejado la partida Mariano. Ya se sabe que el ajedrez es un juego de estrategia y mucha paciencia, en el que se cambian piezas, sacrificándolas para hacer avanzar a las otras. Pero mucho me temo que, una vez más, nos ha tocado ser los peones de un bando -las blancas o las negras- que va a tener dos reinas.

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