Algo va mal en este país, en esta sociedad del chisme y el
rumor, cuando, a unas horas del arranque del arranque de la campaña para unas
elecciones cruciales para nuestro futuro, se producen dos decisiones judiciales
tan cruciales como las que se conocieron ayer. Por un lado el unánime
"rapapolvo" de la Audiencia Nacional al juez Euz, instructor del
tinglado "Faisán" levantado sobre el resquemor de unos cuantos
policías y la ineptitud -cuando no malicia- de un juez, por unos cuantos
periódicos al servicio de un partido, el PP, que, con la que estaba cayendo
hizo del asunto uno de los principales ejes de su actividad parlamentaria el
pasado curso. Por otro, la remisión al Supremo, precisamente ayer, de lo
concerniente al ministro Blanco en la llamada "Operación Campeón", un
presunto asunto de tráfico de influencias de esos que los presidentes de
diputación gallegos manejaban "sin complejos" no hace tanto tiempo.
No ha sido Blanco mi ministro preferido, tampoco me parece
el adorno más brillante que ha tenido Zapatero en estos siete años. Más bien al
contrario. Sin embargo no le creo tan torpe como para hacer "recados"
de ese tipo a bordo de su coche oficial y en una gasolinera. El tiempo y la
investigación lo dirán, pero, aunque te puedas llevar sorpresas como la del
astuto Roldán, dudo mucho que la truculenta historia se confirme.
Sí es Rubalcaba uno de mis políticos preferidos, porque, a
pesar de su actitud en las primarias en el PSM, le considero uno de los
políticos más brillantes, con una capacidad de resolver, con tanto temple como
tacto, asuntos peliagudos del más variado tipo.
Pero, insisto, no me explico que después de que quince
jueces de la Audiencia Nacional saquen los colores al instructor del caso
"Faisán" y lo hagan por unanimidad recomendándole repetir los deberes
por haber dado por buenas conclusiones policiales sin base alguna. Pero, claro,
es difícil resistirse a tener a su disposición tantas primeras de EL MUNDO y
ver escrito y repetido en las ondas tantas veces tu monosilábico nombre.
Algo va mal, sí, señores, algo va mal cuando, después de que
jueces y acusados desmientan la peregrina teoría de que ETA tenía algo que ver
en los atentados del 11-M en Atocha y después de las toneladas de papel y los
litros de tinta consumidos en su defensa, EL MUNDO y otros periódicos parecidos
sigan fabulando sin que pase nada.
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