sábado, 6 de agosto de 2011

LAS PRISAS DE DURAN


No entiendo las prisas por que vayamos a urnas que le han entrado al ponderado José Antonio Durán Lleida, ponderado siempre que no hablemos de matrimonios entre personas del mismo sexo, por que vayamos a las urnas.
Sólo le encuentro una explicación, la de que, indudablemente, es mucho más fácil y rentable sacarle el jugo a un gobierno que aún necesita de su apoyo apoyo para mantenerse que a otro que ya ha fijado su fecha de caducidad. Eso sin tener en cuenta que a CiU ya se le ha visto el plumero que no ensañó en su programa y que, de alguna manera, a los conservadores catalanes les interesa aparecer en la foto lo más lejos que sea posible del gobierno del "pim, pam, pum".
Últimamente, Durán, siempre cordial y educado, al menos delante de las cámaras y los flashes, se nos está mostrando últimamente con el gesto agriado del que le aprietan los zapatos. Probablemente haya hecho ya sus cuentas y no le cuadren las sumas y restas de esa "geometría variable" que tan bien le han ido a lo largo de estos años. Además, algo ha cambiado en la sociedad catalana para que en el país del "seny" crezca como lo está haciendo la xenofobia. Tal parece que a quienes gobiernan Catalunya ha dejado de interesarles la moderación y se esmeran por ello en parecerse al PP que, quiéranlo o no, es la fuerza emergente en su comunidad. Eso, por no hablar de las consecuencias que los tijeretazos dados por el gobierno que preside Mas a la sanidad catalana que han dejado el mapa sanitario catalán, casi casi como en los tiempos del dictador.
La estrategia de la derecha catalanista parece clara: que el gobierno de la nación se marche ya o que se haga el harakiri electoral, aprobando las reformas salvajes que parecen exigir los mercados o quienes se escudan en ellos para su propio interés.
O mucho cambian las cosas o, de aquí a menos de cuatro meses, estaremos en un lado, si es que ya no lo estábamos ya, los partidos de la más o menos izquierda, con quienes aún creemos en el Estado de Bienestar y, en el otro, banqueros, empresarios y el resto de partidos.

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