Mal asunto para la dirección del PP, esta salvaje ola de
calor que se ha desatado en los últimos días en España. La
soledad de la celda y el calor son malas consejeras y más cuando el que ha de
recibir sus consejos viene del lujo, cargado de soberbia y con la sensación de
estar siendo utilizado como chivo expiatorio. El invierno es menos duro. El
frío es más fácil de combatir que el calor y siempre queda el recurso de
dormir. Pero quién duerme en verano a treinta y tantos grados.
Eso es lo malo. Encerrado, sometido a horarios y disciplina,
quien está acostumbrado a los espacios abiertos, al lujo y a dar las órdenes a
los demás, es lógico pensar que ese "chivo expiatorio" no haga más
que dar la vuelta en su cabeza a esos pensamientos que tanto preocupan en
Génova, 13, porque, antes o después, cuando recupere su sangre fría y ponga en
orden sus pensamientos, el pájaro puede empezar a cantar desde su celda
melodías que no van a gustar a más de uno.
De hecho, ayer mismo, los trinos del pájaro
Bárcenas han empezado a aflorar en una entrevista con el director de
ELMUNDO, celebrara días antes de entrar en prisión, en la que confirmó lo que
ya era evidente: que el Partido Popular lleva al menos veinte años
financiándose ilegalmente. Pero, además, Luis Bárcenas le contó a Ramírez cómo
entraba, se consignaba y distribuía en la sede nacional del PP el dinero de los
donantes. Todo muy a lo "Soprano", mediante bolsas y maletines, con
ajustes en el "peso" del óbolo, para poder ingresarlo en los bancos
correspondientes, sin que el Tribunal de cuentas pueda hacer objeción alguna, y
destinando el resto a pagar sobre sueldos, sobrecostes de campañas electorales
y quién sabe si alguna sobrecogedora comisión para los "cocineros"
del pastel.
Está claro que Rajoy sabía de sobra en que andaban Bárcenas
y Lapuerta. De hecho, de lo publicado ayer por Ramírez se desprende que el
presidente había dado a Bárcenas garantías de que no le iba a pasar nada.
Sin embargo, esa manía que tiene Mariano Rajoy de lanzar los problemas
al aire y dejar que se vayan recolocando y asentando solos ha dejado que
asomen demasiados cabos de esta trama y que las familias enfrentadas en el seno
del partido hayan tirado de ellos para atrapar a sus rivales, con lo que
sería muy difícil encontrar ahora mismo sucesores a quienes ocupan la
cúpula del partido si, como parece, la tormenta Gürtel se los lleva por
delante.
Bárcenas lo sabe y Bárcenas sabe que lo que le está
pasando tiene su origen en su falta de sintonía con la secretaria general María
Dolores de Cospedal, a la que manda un "recadito", involucrándola en
el cobro de una comisión de 200.000 euros, para el PP castellano manchego, por
la adjudicación de una contrata de basuras del ayuntamiento de Toledo. Se ve
que, al verse atrapado, Luis Bárcenas, como hacen los francotiradores
paranoicos en universidades y centros comerciales de os Estados Unidos, se ha
subido a la torre y no piensa dejar con vida a todo aquel que se le ponga a
tiro.
No sé si, como alguno de esos perturbados, habrá guardado
una bala para sí mismo. Lo dudo, porque no tiene pinta de héroe. De lo que
estoy seguro es de que el calor de esta semana, allá en su celda de Soto del
Real, va a refrescarle -valga la paradoja- la memoria y, como e
dinamitero frío y calculador que es, va a comenzar la voladura controlada de lo
que queda de su partido.
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