sábado, 3 de marzo de 2012

A MIS ENFERMERAS


A mis enfermeras y enfermeros, auxiliares, personal de limpieza, celadores y, en general, todo el personal que nos atiende, a unos con más asiduidad que a otros, en los hospitales y centros de salud.
Hoy que, por razones que no vienen al caso, hace una semana que fui ingresado en el Hospital Clínico de Madrid, me entero de que el Gobierno ha derivado el mayor esfuerzo de la lucha contra el déficit a las comunidades autónomas. Y eso son malas noticias, muy malas noticias, porque tal cosa sólo puede tener un significado: nos van a recortar, si no a desmantelar el mejor sistema sanitario de Europa, que es como decir del mundo. Y digo "nos", porque no es un instrumento con el que el Gobierno ejerce con mayor o menor intensidad su instinto protector, caritativo o filantrópico hacia el ciudadano, sino porque es propiedad de todos los ciudadanos, entre otras cosas, porque llevamos décadas pagándolo con nuestros impuestos y porque -otra vez lo olvida este Gobierno clasista, es un derecho consagrado en la Constitución.
En estos cuatro días que he estado ingresado, como en ocasiones anteriores, he podido comprobar cómo estas mujeres y hombres, especialmente mujeres, de todas las edades, de todos los servicios, con mayor o menor experiencia, de todos los acentos, con familia y sin familia a su cargo, altas y bajas, guapas y menos guapas, serias o simpáticas, se desviven por "sus" enfermos, yendo muchas veces más allá del deber para suplir con cariño -que a veces sana más que los medicamentos- las carencias de un sistema cada vez más cojo, porque alguien se ha empeñado en que se caiga, para levantarlo a su manera.
No sé si tenéis mucha o poca experiencia con el personal sanitario, pero os pido que penséis un momento en que sería de nosotros, hoy o dentro de unos años, si este edificio que tanto ha costado levantar se desploma. Os pido que penséis que uno no sabe nunca cuándo lo va a necesitar y que por eso es deseable que, cuando os toque, esté en las mejores condiciones y sea tan acogedor como sea posible.
Cuidémoslo, empezando por mimar a quien nos mima, por cuidar de quien nos cuida, por defender los derechos de quienes, cuando más difícil resulta, defiende nuestra salud. No dejemos que esos hombres y mujeres tan especiales pasen a ser mano de obra mal pagada. De cómo estén ellos depende como estemos nosotros.
Pensadlo. La Sanidad Pública es el mayor tesoro de este país. Ni la Alhambra, ni cualquiera de las grandes catedrales o museos. Y lo hemos creado entre todos. Defendámoslo.




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1 comentario:

Iria dijo...

Con uñas y dientes si hace falta
Hoy me entró un largo escalofrío cuando speculancia dijo que el dato del deficit de la CAM era un dato provisional "recordado que la Comunidad tiene el encargo de financiar toda la Sanidad, “que es gratuita y universal para los españoles y para los extranjeros que están aquí”, así como la Educación, los Servicios Sociales y la subvención “muy fuerte” que en esta región tiene el transporte colectivo.

“Nosotros que figuramos como los que estamos mejor, estamos muy mal”
Pues eso que me temo lo peor viendo Barcelona ....
Mucha salud