Ya está aquí. Tras un periodo de "maceración “de los
ciudadanos, en el que se le han cerrado quirófanos, camas y centros de salud
locales, el gobierno catalán, con el apoyo hipócrita del Partido Popular en
forma de abstención, ha decidido que cada receta va a tener un recargo de un
euro para el ciudadano a quien se le dispensa.
Sólo quedan excluidos de las medidas aquellos ciudadanos que
cobren pensiones no contributivas y los que demuestren que, además de tener
derecho constitucional a la salud, son pobres de solemnidad. El resto,
incluidos los ancianos, tendrán que pagar al menos 62 euros, 10.333 pesetas de
cuando eran más jóvenes y cotizaban soñando con una vejez feliz y protegida por
el Estado de Bienestar que iban pagando con sus cotizaciones y sus impuestos.
Nos enteramos de esto casi al tiempo de saber que los
equipos de fútbol, que cobran y gastan miles de millones de euros en una rueda
infernal muy similar a aquella a la que nos llevo la maldita burbuja
inmobiliaria, deben cerca de 800 millones a Hacienda que, como se decía en
tiempos, somos todos.
Parece mentira que los gobiernos, de todos los colores,
vayan siempre a lo fácil, al ciudadano cautivo y desarmado, en lugar de hacer
pagar a quienes más tienen y perseguir el fraude, como es su obligación.
El déficit de la sanidad española lo van a pagar los
ancianos, los crónicos y las familias con niños que son quienes, por lógica,
más veces acuden a las consultas y más medicamentos consumen. Médicos y
trabajadores de la salud saben de sobra que tal cosa va a causar un deterioro
enorme de la salud de todos los ciudadanos. Si se expulsa o se hace gravosa la
presencia de determinados ciudadanos en los centros de salud, recuperaremos
enfermedades que creíamos desterradas.
Hacer pagar un euro por cada receta dispensada es más cruel
e injusto que subir el IVA, porque quien se medica no lo hace por placer sino
por necesidad.
Llevamos demasiado tiempo ensanchando el foso que separa a
pobres que cada vez son más pobres y ricos que cada vez son más ricos. Es
inmoral.
Enfermo crónico como soy visito con más frecuencia de la que
me gustaría los centros de salud y os aseguro que se ven pocas pieles y pocas
joyas en ellos. La enfermedad golpea a los más débiles y son los más débiles
quienes necesitan de un sistema que nació como solidario y que quieren
convertir en selectivo.
Da pavor escuchar a los líderes del partido popular
justificar la medida aprobada ayer por el parlamento catalán. Revolotean sobre
el asunto, sin mojarse, pero cada vez está más claro que, pese a lo dicho en
campaña electoral que, antes o después, tienen pensado lanzarse sobre nuestras
espaldas.
Puedes leer más entradas de "A media
luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario