Viendo las imágenes de la contundencia policial, violencia
diría yo, en la Puerta del Sol ayer tarde, y con incredulidad aún ante la
"agresividad", Guindos dixit, demostrada por el gobierno en la
reforma laboral aprobada ayer, la de Rajoy, la del PP, no hago sino recordar
aquella consigna tan repetida en las concentraciones y marchas del 15-M,
aquello de "PSOE y PP, la misma mierda es". Pues tengo que decir que
no, que, aún en el caso de que las dos siglas representen alguna mierda, desde
luego no se trata de la misma mierda.
Si, a comienzos de la semana que ahora termina pudimos
enterarnos de qué es lo que va a ocurrir a partir de ahora con las jóvenes o no
tan jóvenes que quieran poner fin a su embarazo o no quieran quedar embarazadas
después de una relación inesperada o de un fallo con el preservativo, ayer, en
apenas unas horas, los españoles supieron qué supone tener a un directivo de la
insaciable Goldman Sachs al frente de la economía española o a una delegada del
Gobierno de gatillo fácil al frente de la Policía en Madrid: despido barato y
fácil y cargas indiscriminadas y violentas en donde, no hace tanto, se dio al
mundo todo un ejemplo de civismo.
Quizá ya sea tarde, pero aún así será bueno que los jóvenes
que dialogaban y, en más de una ocasión, colaboraban con las fuerzas policiales
caigan en la cuenta de que no es lo mismo tener al frente de las mismas a un
político dialogante que a otro autoritario.
Tampoco será malo que los casi seis millones de parados y
los quince millones de españoles que aún conservan su empleo recapaciten sobre
lo que acaba de hacer con sus derechos ese partido al que, en unos casos,
votaron, y, en otros, dejaron llegar al poder absoluto con su abstención
abúlica, con su abstención consciente o con su afán de castigo. Las patadas en
el culo propio son las que más duelen, porque, enseguida, se cae en la cuenta
de que podrían haberse evitado.
Hubo quien creyó al PP cuando atribuía los efectos de la
crisis al mal gobierno de Zapatero. Hubo quien creyó que bastaba con poner a
Rajoy en La Moncloa para estar más cerca de la Alemania de Merkel. Hubo quien
creyó que no se iban a subir los impuestos, que no se iba a tocar el Estado del
Bienestar, que los empleos -tres millones y medio, dijo un torpe- iban a colgar
de los árboles como frutos orondos, que se iban a respetar los derechos
adquiridos en enseñanza y educación...
No han pasado cien días desde que Rajoy llegó al Palacio de
La Moncloa y ya se han venido abajo todos esos mitos, asustándonos, incluso, a
quienes daban por descontado que los populares no eran Robín Hood ni hermanitas
de la Caridad. Han ido mucho más lejos y los españoles estamos ahora desnudos
en la piscina de los tiburones.
Por todo ello, me conformo con que tanto bienintencionado
como ha habido caiga en la cuenta de que no era verdad eso de que "PSOE y
PP, la misma mierda es".
1 comentario:
EFECTIVAMENTE, NO ES LA MISMA MIERDA NI DE LEJOS. LA SITUACION SE ESTÁ TORNANDO A LA EPOCA DE FRANCO. PALOS A DIESTRO Y SINIESTRO, SON DE IZQUIERDA, SON ANTISISTEMA (ellos los del PP son los antisistema que nos estan robando lo nuestro), solo falta agregar la conjura juedomasonica. Tienen miedo que se exitendan las protestas de ahí la contundencia policiaca.
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