lunes, 6 de febrero de 2012

LA HORA DE LAS NAVAJAS


No hay nada como caer derrotado para caer en la cuenta de que los demás, los vencedores, deben hacer lo que uno mismo no ha sido capaz de hacer en su caso o en su casa. Si no fuese para echarse a llorar, a uno le daría la risa viendo los que está viendo en las horas posteriores a la victoria de Rubalcaba en el trigésimo octavo congreso del PSOE.
Es evidente que podría ser bueno que, al igual que ocurre con el Parlamento de la Nación, las sillas de la ejecutiva se repartiesen en función de los resultados del congreso del partido, pero hay que tener en cuenta que la ejecutiva es el gobierno del partido y no su parlamento. Por tanto, resulta razonable que los ministros de ese gobierno sean de la confianza del secretario general.
Otra cosa debe ser el Comité Federal, en el que sí deberían estar representadas todas las sensibilidades del partido y en la proporción más aproximada a los resultados de ese congreso. No sé si tal cosa se recoge así en los estatutos del PSOE. Lo que sí tengo claro es que, ante la posibilidad de ganar la secretaría general y asumir el poder en el partido, nadie propone las reformas que harían que la elección de los cargos de la ejecutiva se hiciese de manera más democrática.
Tomás Gómez, Carme Chacón o José Antonio Griñán, quienes, por sí mismos o por personas interpuestas, se han quejado del rodillo Rubalcaba deberían recordar cómo se ha comportado Tomás Gómez al frente del partido en Madrid, cómo se impuso el voto en exclusiva del PSC a la ex ministra o cómo la práctica totalidad de las ejecutivas provinciales andaluzas dejaron bien claro que estaban con Chacón. Ahora vienen los lamentos y me temo que en los próximos meses vendrán los navajazos a los compañeros en las distintas federaciones regionales o cómo quiera que se llamen ahora.
Es una lástima que la democracia interna en los partidos siga siendo la más utópica de las utopías con las que sueña el hombre moderno. Fundamentalmente porque los partidos son el instrumento que nos hemos dados para administrar la democracia de todos.

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