miércoles, 15 de febrero de 2012

CARAMBOLAS


Está visto que hay quien tiene a la suerte de su lado y a quien, por el contrario, se le puede aplicar eso tan políticamente incorrecto del circo y los enanos. Escribo esto, porque me acabo de enterar por EL PAÍS de que quien ocupará la plaza que dejará vacante Garzón cuando se materialice su expulsión de la carrera judicial es el juez Eloy Velasco, adscrito al juzgado número 6 de la Audiencia Nacional y que, casualmente, fue director general de Justicia de la Generalitat Valenciana, bajo los mandatos de Eduardo Zaplana y, atención al dato, Francisco Camps.
La cosa, por, más que paradójica, esperpéntica que parezca es legal. No hay nada que objetar,  porque quién iba a pensar que el ex colaborador de Francisco Camps iba a ocuparse de la instrucción de un asunto tan turbio como el de la trama Gürtel, en el que, más o menos presuntamente, hay implicados compañeros de su etapa en el gobierno valenciano. Tal cosa sólo hubiese sido posible si el primer juez que abandonaba la Audiencia Nacional era Baltasar Garzón y ningún otro y la salud del juez estrella, ahora estrellado, parecía buena así como sus ganas de seguir al frente de su juzgado las mismas de siempre.
Por todo lo anterior, que Eloy Velasco se situase al frente de la investigación de la trama Gürtel sólo hubiese sido posible por un accidente o por una carambola. El accidente no ha sido necesario, porque la carambola se ha materializado. Bastaba con que una de las tres tacadas hiciese chocar adecuadamente las bolas y alguien ha tenido la habilidad o la suerte de hacer chocar las bolas.
Como decía al comienzo, hay quien tiene a la suerte de su lado... y se crece. Lo digo porque ya hay fecha para que la expulsión de Garzón de la carrera judicial sea efectiva. Será el próximo 23 de febrero, treinta y un años después del fallido intento del golpe de Estado. Afortunadamente, en aquella ocasión, la carambola falló.

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