Como bien imagináis, no es mi caso, pero tengo la impresión
de que a estas alturas de la incipiente legislatura ya debe haber quien se
siente engañado. Me refiero, claro está, a los votantes del PP. Si me apuráis,
podría incluir también a quienes pensaron que el PSOE merecía un escarmiento y
le negaron el voto que hasta entonces le habían dado. Lo que no me explico es
cómo unos y otros pudieron creer que las cosas iban a ser distintas.
Vayamos por partes. El PP se postuló como el partido de la
honradez frente a escándalos que, si no mayores que los que afectan a alguno de
sus dirigentes, apuntando en más de una ocasión a más de un despacho de la
calle Génova. Rajoy y otros dirigentes populares pusieron la mano -también el
codo- por Francisco Camps, el "querido Paco" de Rajoy, y Jaume Matas,
el ministro eficaz de Aznar. Hoy los tenemos sentados simultáneamente en sendos
banquillos, enredados en cuantas, facturas y otras madejas que o mucho me
equivoco o tienen cabos comunes que a veces se confunden. Y no me extraña que
uno y otro hiciesen lo que no está escrito para no acabar delante de un
tribunal, porque hay que ver la cara de delincuente que s ele pone a uno
sentado sobre la dura madera del banquillo de los acusados. Es decir, y sin
hablar de caciques como Carlos Fabra o algún presidente de diputación gallego,
escándalos también los tienen ellos y los tienen para dar y tomar como estamos
comprobando y comprobaremos cuando enseñen sus vergüenzas ante el juez.
Si entramos en el capítulo de medidas económicas -un
eufemismo de recortes- comprobamos que la cosa no va mucho mejor de lo que iba
con los socialistas. Rajoy y sus presidentes autonómicos han "tirado"
de tijeras con un entusiasmo digno de mejor, tanto que no sólo han estrechado
el traje más de lo debido, sino que en más de un caso han alcanzado a la piel
de los ciudadanos. Eso, sin que se vean por ninguna parte los estímulos a la inversión
ni el entusiasmo que, según Rajoy, iba a traernos la felicidad que algunos ya
ni recuerdan.
Dijeron que no tocarían los impuestos y sólo lo han hecho, o
lo van a hacer, con los que afectan a quienes viven de un sueldo o consumen, en
tanto que no se toca el patrimonio ni los beneficios de las grandes fortunas,
algo que no sólo deprime, sino que hiela la sangre que tanto necesita este país
para reaccionar.
Y si, ya por último, hablamos del peligro que corren las
libertades o los pilares que sustentan el tan bien ganado Estado de Bienestar,
la cosa es para echarse a temblar. Por eso creo que más de uno debe andar ya
cabreado y tentándose la ropa ante el error cometido. Eso o que, más que las
patadas en el culo o que se pisoteen sus derechos, les importa quién lo hace.
Sí, quizá sea eso. Quizá la mentira y el daño, si viene de
los nuestros, es menos mentira y es menos daño.
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1 comentario:
Crónicas de "Spainlandia":
Y sin embargo la superficie se mueve... The Borbonic Connection. El IRPF solo sube un 0,75% para... Sigue el goteo de contratos “menores”. BCE ganaría 1.000 millones con la deuda española. España líder europeo del Indice de Miseria. ETT de Coruña ofrece un puesto de trabajo sin salario. 40% de parados gallegos no cobran ninguna prestación. El hambre en Zaragoza. El comedor social de la Malvarrosa está desbordado. Rajoy engaña a jubilados: les saca 300 millones de euros... Pulsar "Entrar" en:
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