Me preguntaba ayer en facebook qué pretende el PP, porque,
si en cuatro meses ha sido capaz de llevar a cabo todos los recortes que ha
puesto en marcha, recortes económicos y, lo que es más grave, en los derechos
de los ciudadanos, debe ser porque no tiene unas elecciones como horizonte. Y
no es que sea yo partidario del "pan y circo" que no lo soy, ni del
populismo de, por ejemplo, Hugo Chávez o Cristina Fernández de Kirchner, pero
entre la barra libre y el ayuno que pretenden imponernos hay todo un mundo.
Lo que están haciendo, deprisa y corriendo y sin anestesia,
es una salvajada que tendrá consecuencias en la calle y, sobre todo, en la
opinión pública. Naturalmente, eso no se les escapa y, por ello, trabajan en la
solución. Mejor dicho, en su solución.
El vocacional ministro de la porra anda ya tomando y planeando
medidas que sacuden los cimientos de nuestra constitución. Pretender poner
candados a las redes sociales, para impedir la convocatoria de concentraciones
que deriven en actos violentos, perseguir penalmente, con prisión preventiva,
la resistencia pacífica y la desobediencia a la autoridad o suspender la libre
circulación de ciudadanos que consagra el tratado de Schengen no son más que
una muestra de sus intenciones. Unas intenciones nada tranquilizadoras, por
cierto.
Eso, en cuanto a la calle, en cuanto a la opinión pública,
como diría el Aznar más tejano ya "están trabajando en ello", No les
basta con la "prensa amiga". Tampoco, con la prensa dócil y asustada.
Ni tan siquiera con las televisiones autonómicas, convertidas en enormes y
carísimos versalles, de los que ahora quieren desprenderse en beneficio de los
amigos de siempre. Ahora quieren cargarse y de hecho se han cargado el único
medio que, por ley y en la práctica, estaba siendo objetivo y que a algunos ministros, como, por ejemplo, Cristóbal Montoro, no les gusta nada y no han tenido el menor reparo en decírlo públicamente.
Estoy hablando, claro, de Radio Televisión Española,
sometida a un estatuto que hasta ahora la había dejado al margen de las
servidumbres de la publicidad y el Gobierno. Pues el gobierno de las prisas
también tiene solución para eso: reformando la ley hasta hacer innecesario el
consenso necesario hasta ahora para nombrar a su responsable y dejando fuera,
expulsando, del Consejo de RTVE a los sindicatos.
Ese es, punto por punto, el plan de ruta que ha seguido
hasta ahora en Madrid Esperanza Aguirre y no hay más que ver el estado de salud
de la democracia en la Comunidad de Madrid o ver cualquier programa de su
ruinosa Telemadrid para saber de lo que hablo. Una televisión que para sí la
hubiese querido el mismo Franco, con unos presupuestos inversamente proporcionales
a sus índices de audiencia, en la que las escaletas se deciden en despachos
ajenos al ente.
También aquí se expulsa, siempre que se puede, a los
sindicatos que, con sus más y sus menso, si no menos dóciles que los partidos,
si tienen, al menos, intereses distintos de ellos. No hay más que ver en cómo
ha degenerado la contratación de algunos cargos directivos, con la vuelta de
los hijos y los cuñados de un modo que envidiaría e mismísimo Cornelio Nepote.
Siempre se ha hablado de la díscola Esperanza Aguirre y, sin
embargo, el gobierno presuntamente presidido por Rajoy está recorriendo, paso a
paso, el camino recorrido por la condesa. Los sindicatos son testigos incómodos
y, por lo tanto, se les expulsa de los órganos que toman o supervisan las
decisiones.
Es lógico. Cuando uno tiene pensado cometer un crimen, nada
mejor que hacerlo sin testigos.
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1 comentario:
Como el idioma español no es mi lengua nativa, busqué la palabra populismo en el diccionario de la rae, no está, pero está popular, y dice: Perteneciente o relativo al pueblo.Propio de las clases sociales menos favorecidas.Que está al alcance de los menos dotados económica o culturalmente.
Sólo quiero comentar que en la constitución bolivariana impulsada por Chavez entre otras cosas garantiza la salud de la población, es un derecho constitucional, un amigo me la mostraba la semana pasada.Kristina y su nacionalización del petroleo, también apoyada por peronistas y derechistas, me recuerda la nacionalización del cobre del gobierno de la unidad popular de Salvador Allende y me hace soñar que algún día volveremos a tener populismo en nuestro país y así disminuir un poco la terrible desigualdad que estamos sufriendo.
De crimenes puedo opinar con mayor precisión dada mi experiencia, puede hacerse con testigos sin problemas cuando esos testigos son como el peor ciego, el que no quiere ver, como lo es la inmensa mayoría que apoyo con su voto al Sr. Rajoy, presidente que sin duda se merecen.
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