lunes, 24 de junio de 2019

LOS BOCAZAS DE VOX



Que la sentencia del Supremo sobre los salvajes violadores en serie que se hacían llamar "la manada" marca un antes y un después en la sociedad española es un hecho aún por calibrar, aunque lo que está claro es que, en torno a los delitos sexuales ya nada será igual en los tribunales españoles. El fallo y las consideraciones anexas a él borran de un plumazo esa idea, esgrimida por los defensores de estos y otros animales de que en el sexo todo o casi todo es fiesta y jolgorio, como algún periodista y sus medios defendieron en los primeros momentos, cuando se supo de la detención de los "machotes", de juerga en Pamplona.
La sentencia del Supremo, basándose en los hechos probados en el juzgado de instrucción, con la muy brillante aportación de la fiscal del caso, acabó con la falacia de considerar abuso lo que fue una clara agresión y con la cruel y machista costumbre de considerar que el silencio y la parálisis que generan el terror equivalen a un asentimiento, algo que resultó válido, incluso, para la hoy diputada por Barcelona, única del PP, Cayetana Álvarez de Toledo.
Espero que este fallo acabe con comentarios tan frívolos como los suyos y con los de tanto machote que, tratándose de mujeres, se cree con derecho a todo, gente que habla desde una superioridad falsa y defensiva, gente acomplejada que, como el portavoz y líder de Vox en Andalucía, el prevaricador, Francisco Serrano, apartado de la carrera judicial por ello, no son capaces de ver en las mujeres otra cosa que seres traicioneros y vengativos, que buscan arruinar a aquel que caiga en sus manos.
No sé cuál es la experiencia del ex juez Serrano, me temo lo peor, pero escribir en un tuit que a partir de ahora cualquier varón que sufra un gatillazo o decepcione a una mujer en una relación puede verse acusado de haberla violado y que desde ya el único sexo seguro, y no habla de condones, es el que se tiene con las prostitutas, supongo que porque cree que allá donde se paga se manda y se tiene derecho a todo, incluido el temido, para él, gatillazo.
Se puede ser más torpe que este personaje, afortunadamente fuera ya de la judicatura, pero, para ello, hay que entrenar mucho y duro y él parece haberlo hecho, porque se atrevió a enmendarle la plana al Tribunal Supremo, demostrando su absoluto desconocimiento del derecho procesal. Más o menos como el portavoz de Vox en el parlamento murciano, del mundo del derecho también, es abogado, que se ha permitido insultar gravemente a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, a la que, otra vez en un tuit, a la que ha tildado de tiparraca y puta, con asteriscos pero lo ha escrito, ignorando que la ministra no es un "personajillo" como ellos piensan y que lo que ha hecho ha sido llamar puta a toda una autoridad del Estado, con lo que quizá sin pretenderlo, no insultarla que sí lo pretendía, ha puesto en marcha toda la maquinaria del Estado, Fiscalía General incluida, para pedir cuentas al boquirroto personaje en los tribunales.
De que el peso de la ley va a caer sobre él no tengo dudas, aunque lo que me gustaría es que estos personajillos, ellos sí, tan faltones y bocazas salieran de nuestra política, a la que nunca deberían haber llegado, porque no saben distinguirla de cualquier chat de Foro coches. El que así sea depende de su partido, pero, sobre todo, de quienes se han convertido, PP y Ciudadanos, en el peldaño en el que pisar para llegar a donde nunca deberían haber llegado. Son unos bocazas, pero, pese al título de esta entrada, no sólo de Vox, también de sus interesados colaboradores necesarios el PP y Ciudadanos, con todos sus dirigentes.

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