Esclava te doy y no compañera. Esa parece ser la
interpretación que de las escrituras hace ese fósil con faldas que habita el
arzobispado de Granada. Cómo decirle a un personaje como ese que la mujer tiene
exactamente los mismos derechos, LOS MISMOS, si no más, que los hombres. Cómo
decirle que vivimos en el siglo XXI y bien entrado. Imposible. No sé que le han
enseñado y que ha aprendido a lo largo de su vida. No sé cómo era la familia de
Javier Martínez antes de que decidiese cuál iba a ser su futuro
y que éste iba a consistir en meter sus narices en los armarios
y las alcobas de todos esos ciudadanos que considera "sus" feligreses
y sobre los que cree tener autoridad moral y pastoral.
No le bastó a suseñor Martínez, arzobispo de
Granada, con poner a las mujeres que abortan a disposición de cualquier
macho que quisiera abusar de ellas. No le bastó con acusar de asesinato a las
mujeres que deciden abortar, sea cual sea la causa por la que lo hacen,
no. Martínez ¿el facha? dirige una editorial, dependiente del
arzobispado, destinada, dice, a dar a las mujeres "una visión
cristiana" del mundo, Y es esa editorial acaba de aparecer un pestilente
manual firmado por la italiana Constanza Miriano que, bajo el título "Cásate
y sé sumisa", pretende ser, para las mujeres católicas, una especie
de manual de instrucciones para ese difícil oficio que es el de esposa.
La verdad es que la tal Constanza y el arzobispo podían
haberse ahorrado el esfuerzo, porque, para nuestra desgracia, la cultura heredada
de nuestros padres y abuelos está llena de refranes, consejos e imágenes para
los que el librito de marras resulta redundante. Demasiado muchos machotes, y
no exclusivamente los nacidos y educados bajo la dictadura, con derecho a
mandar a esposas, madres, hijas y hermanas y ser obedecidos sin
rechistar. Demasiado me duele esa herencia cultural como para que vengan ahora
un obispo machista y una autora no menos machista a meter en su máquina del
tiempo, tan siniestra como rancia, a las incautas mujeres que, en Granada
o fuera de la diócesis, cometan el pecado de ignorancia compren el panfleto.
Tan rancio, tan anacrónico y tan delirante es lo que ha
hecho Martínez, que hasta el PP de Andalucía le ha pedido que retire el libro.
Algo que evidencia que personajes como el arzobispo viven en su particular
castillo, con los puentes levantados y el foso lleno de preceptos
y amenazas, ajenos a la realidad de este siglo, calificando de pecado todo
lo que creen una amenaza porque son incapaces de entender.
Izquierda Unida ha pedido a la Fiscalía que intervenga para
retirar de la circulación un libro editado con fondos públicos, porque el
arzobispado se financia con dinero público, y que va en contra de lo más
elemental de nuestra constitución: la igualdad sin distinción. Creo que ya
basta de abusar desde la posición que dan instituciones como la iglesia
católica que, no contentas con haber tarado durante siglos a generaciones y
generaciones de hombres y mujeres que, por tradición o incultura, que a veces
es lo mismo, han seguido a pies juntillas lo que a veces sólo eran caprichosos
delirios de hombre enfermos.
Ayer, casi inmediatamente después e conocer la historia
del arzobispo y su panfleto, escucha a una mujer que a punto estuvo de ser
asesinada por un macho que no aceptaba su decisión de romper su matrimonio. Una
mujer que, recién salida de una operación de doce horas, aún aturdida por el
dolor tuvo que escuchar como su madre, potencial lectora del librito, le
recriminaba el escándalo a que había dado lugar. Una mujer que vive prisionera
de su miedo, mientras el agresor, después de haberla atropellado y degollado
hasta que acudieron los vecinos, está ya en libertad.
Recordé también la escalofriante historia que una
amiga me contó de su abuelo, quien después de tener dos hijas de su esposa y
estando esta de parto, se marchó al Casino, no sin antes advertirle que le
avisasen, sólo si la criatura era varón y que, de no ser así, se preparase para
recibir una paliza.
Uno y otro comportamientos son hijos del pensamiento que
predican el libro y el arzobispo que lo defiende, de ese "compañera te doy
y no esclava" que, por interesada dislexia se confunde en su escaso y
enfermizo cerebro.
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1 comentario:
En la parte final hablas de un hecho que ocurre eb China actualmente, y no tiene nada que ver con iglesias ni biblias..po p qué tanta ponzoña?
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