Va a ser muy amargo este dos de mayo para quienes llevan
demasiado tiempo al frente de las instituciones de Madrid, del mismo modo que
están siendo demasiado amargas para los madrileños las consecuencias de
haberles colocado primero y mantenido después durante tantos años en el poder.
Esta mañana, el sucesor de Esperanza Houdini Aguirre, Ignacio González, y la
alcaldesa que nos fue impuesta por la ambición del insaciable Gallardón,
incapaz de pensar en otra cosa que en sí mismo y en "quedar para la
historia", después de haberle sido impuesta a él mismo por el entonces
todavía "a caballo" José María Aznar, esta mañana, como digo, los
dos, la alcaldesa Botella y el presidente González, tendrán que beberse, entre
canapé y canapé, el cáliz amargo de una encuesta que les manda al paro a los
dos a un tiempo.
Bien es verdad que la encuesta de EL PAÍS, que se glosa bajo el titular "El
PP se desangra en Madrid", u otra parecida debe circular desde hace días
por los despachos de la Puerta del Sol y Cibeles, porque, si no, a qué viene
esa "Liquidación por derribo" emprendida por las dos administraciones
esta última semana. Lo intentan, pero dudo que les dé resultado, porque son
demasiados los damnificados, demasiado el engaño, y sobre todo, demasiado
el daño por tanta corrupción y tanto abuso como ha habido en todos estos años.
El PP pierde la mayoría absoluta en la capital, donde PSOE e
IU se bastarían para gobernar, y necesitaría de su odiada UPyD, ya se sabe que
no hay peor cuña que la de la misma madera, para gobernar desde la Puerta del
Sol, sin tener nada que ofrecerle a cambio en el ayuntamiento.
Está claro que la siega de parquímetros en los barrios
periféricos, la supresión de una tasa de basuras que nunca debió imponerse,
porque estaba incluida en el Impuesto de Bienes Inmuebles, propuestas adoptadas
o debatidas con descaro en el mismo pleno municipal en el que se aprobaron
nuevos recortes, ya no sirven para engañar a nadie y, es más, provocan la rabia
de quienes día a día han tenido que pagar por aparcar o hacerlo dos veces para
que recojan la basura de su calle.
Algo parecido a lo que pretende el presidente Ignacio
González ofreciendo ahora "arreglar" la sanidad pública de los
madrileños, después de haber venido destrozándola desde hace años con ese
saqueo a plena luz que ha sido su plan de privatizaciones. Pobre González que
un año más se ha quedado sin disfrutar del "puente" desde ese ático de
dudoso origen, salvo que uno se ponga a pensar en todas esas películas bélicas
o del oeste, complemento de los programas dobles de los cines de barrio, que
ahora se proyectan en la desmantelada Telemadrid, y que han salido de los
almacenes del feliz presidente del Atlético de Madrid.
Malos tiempos para las gaviotas en Madrid, porque ya ni la
paloma de Rouco que se ha quedado sin padrino en Roma, puede enseñarles el
camino, por mucha medalla a los servicios prestados que se le imponga al
siniestro cardenal. Malos tiempos para los chanchullos y los negocietes que
durante tantos años han engrasado la maquinaria electoral del Partido Popular,
con campañas estratosféricas a precio de folleto de supermercado, con las que,
evidentemente, ningún partido y menos los de la izquierda verdadera, podían
competir.
Va a ser, está siendo, para uno y otra, para el presidente y
la alcaldesa, un amargo dos de mayo en el que de poco va a servirles el
consuelo del cardenal gallego "guía espiritual e intelectual" de los
madrileños, según González, tan antiguo, aunque mucho menos hermoso, como el
Museo del Prado, al que, la adjudicación del máximo galardón de la Comunidad, equipara
este año.
Puedes leer más entradas de "A media
luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario