miércoles, 19 de marzo de 2014

PARA QUÉ CEUTA Y MELILLA

                               FOTO: Laureano Valladolid / EFE

Será porque nunca he estado allí o porque nunca tuve un transistor o un reloj comprados allí más baratos que en la península, pero lo cierto es que nunca entendí muy bien para qué Ceuta y Melilla siguen siendo españoles. Recuerdo que, en todo caso, en tiempos servía para acudir un poco más acojonados al sorteo de la mili, porque, si la suerte no estaba contigo, podías dar con tus huesos,  encerrado en uno de los muchos cuarteles y posiciones que, esos sí, abundan en ambas "plazas".
Bien es verdad que también tienen su utilidad para justificar el absurdo que supone la existencia de enclaves que, como Treviño, que pertenece a Burgos y por tanto a Castilla, estando situado en plena provincia de Álava, que, como todo el mundo sabe, es Castilla. También, para que los militares, políticos y funcionarios "hagan carrera" y para que los españoles o guiris de vacaciones en las costas de Cádiz o Málaga puedan jugar a haber estado en Marruecos y, por tanto, en África.
Supongo que, a la vista de la facilidad con que hoy caen y se levantan las fronteras, pocos serán ya los que se atrevan a hablar del valor estratégico de esas dos puntas de la costa africana bajo bandera española. Más bien al contrario, porque es su misma situación y su condición de territorio europeo en África, la causante de los problemas que hoy genera a España su soberanía.
Ceuta y Melilla suponen para seguir siendo España un grave problema logístico al tener que ser abastecidas por mar, mientras a su espalda tiene tierra firme pero perteneciente a otro país, lo que genera una panoplia de problemas más propias de otro siglo, problemas que sólo se justificaban en tiempos en que la posibilidad de emplazar en ellos baterías que controlasen el paso por mar o por tierra, justificaban el esfuerzo humano y económico que suponía mantener dichos enclaves. Una situación que en tiempos de vigilancias por satélite y misiles de crucero raya en el absurdo de consumir demasiados recursos en defender y abastecer a los que se encargan de defenderse y abastecerse.
Una vez claro, siempre desde mi punto de vista, claro, lo poco beneficioso que resulta para España seguir presente en ambos territorios, sería conveniente ver para qué sirven a otros, por ejemplo a Marruecos, a quien, como Gibraltar a España, le viene bien de vez en cuando tener en ellos la coartada perfecta para distraer a lo más tierno de su ciudadanía de sus verdaderos problemas, agitando los más bajos instintos del patriotismo mal entendido.
También les sirve, y esa quizá sea su más honrosa utilidad, a quienes huyen del hambre y las guerras que hoy estremecen al continente africano y buscan pisar suelo europeo, sin arriesgarse a peligrosas travesías a través del Estrecho, en las que, sin que quizá lo sepamos nunca, habrán muerto centenares, si no miles de africanos.
Pisar Europa, por más que los tratemos como los tratamos, supone para estos hombres y mujeres, cansados de vagar durante meses, si no años, por África, atravesando el desierto del Sahara, para conseguir un poco de dignidad y esperanza en sus vidas. Y por ello siguen y seguirán intentándolo una y otra vez, con vallas o sin ellas, con afiladas concertinas, tensas sirgas o perros, porque en lo que no pueden pensar ya es en el regreso.
Sé que lo que escribo quizá resulte simple y demagógico, pero no deja de ser la visión de un español de Carabanchel al que nunca se le ha perdido nada allí y que a estas horas sigue preguntándose para qué le sirven, nos sirven a los españoles, Ceuta y Melilla.


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3 comentarios:

Contrapunto dijo...

¿ QUÉ ES LO QUE ME UNE ?

sIN DUDA ALGUNA, LAS RELACIONES PEERSONALES, EL GRUPO HUMANO

Por eso, cuando escucho ,leo a los listillos de turno que quieren decidir por mí; cuando me dicen lo que tendríamos que ser y a donde ir; cuando me leen los que no saben no conocen, ni sienten ni padecen, ni tienen arraigos ni metas... me indigno y les digo con claridad, que se jodan los augures de mi destino y presente.

Por eso, cuando mi tierra las pasa canutas y a quienes miran la estrategia , la táctica y sus propios intereses, refuerzo mi arraigo y complicidad con mi gente, con mis paisajes y olores, con mis colores y horizontes de libertad.

Hay mucho desconocimientoi y demasiados opinantes que mean fuera de tiesto, amargando las semillas de la flor en las deseadas primaveras por venir. hay demasiados proteccionistas de sus lindes no habiendo compartido otros ni conociendo sus sentimientos.

Y que sepas payo , que a Carabanchel lo siento mío, desde el bajo al Alto, simplemente y sin haberlo pateado en proximidad, por mi sentido universal, y tener claro que los primeros " son los que en casa se comen los problemas, aspirando a seguir siendo, melillenses por encima de lo etéreo y distante, en mentes de desconocimiento y parca por estrecha visión del " adonde vamos ", colegui.

Ciudadano Astassio, has conseguido mi éxtassis de luz, añadiendo eses de resbalada sinceridad.
Y
cómprate un transisior, mejor en Andorra, que yo sigo añorando la Pirinaica sin fronteras

Pericassi ( a un melón sin calar con la pena de que son demasiado. De un afrancesado traidor transfronterizo)

Anónimo dijo...

Y ¿Para que le sirve a un ceutí o a un melillense un tipo de Carabanchel? El problema de fondo de tu pregunta es que no consideras a Ceuta y Melilla españolas. La pregunta está mal formulada porque el sujeto (los españoles) no incluye a los ceutíes y los melillenses. Tú problema es que lo son. Son tan españoles como tu barrio. Por otro lado las personas no tienen a otro persona. España no tiene los ceutíes y los melillenses. Ellos son españoles, por tanto tú no le tienes. Se supone que los españoles son iguales vivan donde vivan. Atendiendo siempre, claro está, a que no todos lugares son iguales ni tienen los mismo problemas.

Anónimo dijo...

Me parece lamentable la forma de pensar del sr. Astasio. ¿Para qué me sirve a mi Carabanchel si vivo en Lugo? No es cuestión de que me sirva o no. Carabanchel, al igual que Ceuta, Melilla o Albacete son una parte de España. ¿Para qué nos sirve a los españoles el sr. Astasio?