Tengo, no sé si la suerte o la desgracia, de haber vivido y
guardar memoria de lo que he vivido, por eso me revelo contra esta vida basada
en lo inmediato, en la ausencia de perspectivas, en la estrategia de reducirlo
todo, de borrar los contornos y dejar todo sin contexto y, al tiempo, hacer
pasar por el todo lo que apenas es un detalle.
Ayer, de la entrevista entre Pedro Sánchez y Joaquim Torra,
el presidente del gobierno de la Nación y el president del govern de Catalunya,
quieren que nos quedemos con la foto, con ese saludo bajo la pancarta o esos
libros entregados como regalo y, al tiempo, como reivindicación, tanto por el
título, como por las etiquetas dejadas en ello, como al descuidos, pero con la
intención de que al menos uno de ellos estaba comprado en dólares canadienses,
otra vez el Quebec como reivindicación, dejándolo todo en una especie de
asalto, del que uno de los interlocutores, sólo uno, debería salir triunfante.
Ayer, otra vez los medios pretendieron dárnoslo todo
masticado. Por eso nos dijeron que el vencedor era Torra, porque había
conseguido "la foto" buscada y pretendieron hacernos ver,
especialmente los de un color, que la foto era la de una humillación, la de una
rendición ante quien les cautivos de unos votos, los da la investidura, como si
PP y Ciudadanos no lo estuviesen de los odiosos votos de Vox en Andalucía,
Madrid o Murcia, votos que les afianzan en sus presidencias y consejerías, pero
les alejan cada vez más de sus votantes, porque, ahora sí, les ven como la
"derechita cobarde" que come en la mano del odio, la intransigencia y
el desierto cultural de la derecha racista y machirula.
Hablan de la foto y hablan de la humillación a que
sometieron al "cobarde e interesado" Sánchez, sin caer en la cuenta de
que lo de Sánchez fue un gesto valiente que, al menos yo lo creo o quiero
creerlo, podría haber devuelto a las vías el descarrilado tren de la
convivencia.
Lo hablaba ayer con un viejo amigo y compañero, todavía e
ejercicio, que coincidía conmigo en eso, en que fue un acierto y, además, un
acierto para el que no había alternativa aceptable, porque, de no haber
comenzado a sentar las bases de este frágil diálogo, primeros pasos en positivo
después de la desdichada gestión del uno de octubre de hace dos años, en que el
nefasto Zoido lleno Cataluña, no ya de policías o guardias civiles, sino de
porrazos, porque después de aquello que quizá en su delirio autoritario vieron
como solución y que tuvo el efecto contrario al que se perseguía, convenciendo
a los que dudaban y llenando las calles de independentistas y esteladas, de no
haberse reunido con Torra, de no haber posado junto a él, con toda la dignidad
que requiere el protocolo, que para eso está, el siguiente paso serían los
tanques y ya tuvimos tanques en las calles de Valencia el 23-F de 1981 y os
aseguro que con aquellos ya tuve , ya tuvimos, bastante. Comparad una y otra
foto y elegid. Creo que os va a resultar fácil.
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