Me ha costado decidirme a tratar este asunto. Y me ha
costado porque me he visto dominado por prejuicios que muy probablemente,
seguro, no debiera tener. Pero esos prejuicios que sin duda tengo los he mamado
en la izquierda y, también, en la experiencia. Tengo ya unos cuantos años, he visto muchas
cosas y, sobre todo, he sido testigo de cómo determinados modos de vida acaban
por cambiar a las personas.
Ya lo dijo el sabio expresidente uruguayo José Mujica al
explicar por qué seguía viviendo en la casa en que vivía antes de ocupar la
presidencia y conduciendo el mismo utilitario que conducía. "Hay que vivir
como se piensa -decía- para no acabar pensando como se vive.
Me estoy refiriendo, claro, a la aventura emprendida por
Pablo Iglesias e Irene Montero, trasladando su hogar, de un piso de alquiler en
Rivas, municipio al sureste de Madrid, caracterizado por su voto progresista y
la clase media de sus vecinos, a un chalé con parcela en Galapagar, municipio
al pie de la sierra madrileña, de características bien distintas a Rivas
"la roja". Un salto en su estatus difícil de explicar, que,
naturalmente, tienen todo el derecho a dar, pero que resulta poco estético.
No seré yo quien exija a quien se postula desde la izquierda
llevar una existencia franciscana, pero sí creo que tengo todo el derecho a
exigirle coherencia y, en eso, Pablo Iglesias me decepciona, porque ha sido él
quien en discursos enardecidos y tuits justicieros ha asociado eso que Hacienda
calificaba ya en tiempos del dictador como "signos externos de riqueza"
a la ideología conservadora y ésta, en eso le doy la razón, a la especulación,
la especulación y el egoísmo.
Me recuerdo defendiendo el alto nivel de vida de Ramón
Tamames, diputado comunista y catedrático de Estructura Económica y recuerdo
también la increíble deriva que tomó, primero al CDS de Suárez en horas bajas y
después a las posiciones más montaraces de la derecha. Recuerdo, cómo no, a
Felipe González regresando a la "vida civil", después de trece años
en la Moncloa, en un hermoso chalé, diseñado y construido para él en una
exclusiva zona de Madrid, y recuerdo y sufro la decepción de su alejamiento de
la realidad y, sobre todo, de la gente que le llevó al poder en 1982 y que le
sostuvo en él hasta que en la balanza de su relación con la ciudadanía pesó más
el debe que el haber.
No quiero decir con esto que la pareja que dirige Podemos
vaya a "echarse a perder" por el cambio de vecindario, simplemente,
me inclino a pensar que ahora lo tiene más fácil y que, ahora, van a tener más
difícil hacerse creer por sus votantes.
Hablan de un lugar para emprender su proyecto de vida y
supongo que se refieren a los hijos que van a tener en unos meses, pero, si es
eso lo que les ha movido a pagar más de seiscientos mil euros por el chalé,
creo que se equivocan, porque un chalé con esas escaleras y esa piscina, tan
sombría y llena de rocas, no es el lugar más seguro para unos niños y, menos,
para unos bebés.
Demasiados metros cuadrados, un tanto horteras, por cierto,
para quien hasta hace sólo dos días, como quien dice, presumía de comprar su
ropa en Alcampo. Tantos que ahora, para ser creíble, va a tener que cerrar
mucho el plano de sus selfis, si no quiere ofender, llenando de envidia a sus
fieles.
Demasiados metros cuadrados y demasiados euros para quien se
ha permitido criticar la compra de un ático del mismo precio por el ex ministro
de Economía, Luis de Guindos, aduciendo que lo hacía para especular, sin que su
compañera de aventura o de proyecto, como queráis, fuese ayer capaz de explicar
en qué se basaba Iglesias para tener tan claro que el exministro pretendiese
especular.
Parece mentira que quien se cree un lince y a cada momento
da lecciones a los demás no haya sido capaz de medir las consecuencias de lo
que acaba de hacer. Desgraciadamente, aquel tuit contra el ministro De Guindos
fue una hipoteca que le toca pagar ahora, del mismo modo que el chalé recién
comprado, por muy ventajosas que sean las condiciones, será una hipoteca para
su capacidad de convencer a los votantes y pone en entredicho su futuro político
y el de Podemos.
1 comentario:
Me ha gustado leerte y encontrarte
Si bien no conocia o sabía nada sobre lo que hablas, me gusta como manejas tus letras
un abrazo desde Miami
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