Un diario europeo calificaba este fin de semana la situación
política italiana, sin gobierno, con pocas o ninguna esperanzas de formarlo y a
punto de llevarse por delante al mismísimo presidente de la república, como
crítica, aunque no seria, una brillante e irónica descripción de una situación
de bloqueo a la que no somos del todo ajenos, porque, aquí, con un gobierno
repudiado en la calle por mujeres, pensionistas, sanitarios y estudiantes,
condenado en los tribunales por beneficiarse de la corrupción organizada desde
sus filas, abandonado por la mayor parte de sus palmeros, a los que ahora les
va más el compás de un tal Rivera de mirada perdida, con ese panorama, no
parecemos capaces de poner en la calle a los responsables de tanto delito y
tanta injusticia.
Por imposible que parezca, con este PP al borde del
precipicio, con este PP al que se le está abriendo el suelo bajo los pies, con
este PP que tiene el mayor plantel de ex ministros y altos cargos entre rejas
que ha conocido la historia de España, con unas encuestas que vaticinan para él
una debacle electoral, con este PP, digo, nadie parece tener el coraje y la
generosidad de apoyar sin contrapartidas la única salida legal y posible que no
es otra que la moción de censura presentada por el PSOE, que debatirá el
Congreso el jueves y viernes de esta semana.
La única esperanza que nos cabe de que la moción salga
adelante y veamos por fin a Rajoy hacer las maletas es a de que los portavoces
de los distintos partidos que tendrían que apoyarla estén haciendo teatro, como
tienen por costumbre. Que, por ejemplo, al PNV le interese algo más que el
ventajoso cupo arrancado al PP en los presupuestos, que el PDCAT y Esquerra
Republicana de Cataluña, que tienen a Rajoy como su mayor enemigo, sean capaces
de prestar sus votos para desalojar a quien ha dejado pudrirse la situación catalana,
permaneciendo impasible ante su deterioro unas veces o siendo actor
fundamental y provocador del mismo otras, que Bildu preste su voto sin más o
que Podemos piense más en nosotros, sus votantes y el resto de los españoles,
que en sus cálculos de "sorpassos" y persiga algo más que el
desprestigio de su más inmediato rival.
La izquierda española sólo ha sido fuerte y con capacidad
transformadora de la sociedad cuando ha permanecido unida, del mismo modo que
dividida y enfrentada no plantea más incógnita que la de la fecha en la que
pasará a ser intrascendente, insignificante, para dejar en manos de ese nuevo
Aznar, origen de todo lo que está pasando, que es el impostado Albert Rivera.
Entonces, cuando esto acabe por ocurrir, ya será tarde, ya no habrá otra cosa
que esperar a ver cómo sucede lo peor, cómo esta nueva derecha con piel de
cordero saquea con más sutileza y mejor técnica lo poco que han dejado de
España y los españoles sus padres políticos y sus mentores del IBEX 35.
No apoyar esta moción, con la excusa que sea, no es más que
una frivolidad, una exquisitez más de quienes no ven más allá de sus propios
intereses, de sus mezquindades, y se olvidan de todos los que han sufrido y
están sufriendo las consecuencias de una política salvajemente inhumana llevada
a cabo por abanderados de una patria que, en cuanto pueden, dejan atrás para
esconder en otros paraísos, los únicos en que creen, el botín de sus saqueos.
Es ahora o nunca, porque si les dejan tiempo, Rajoy y Rivera,
Rivera y Rajoy, que tanto montan el uno como el otro, reconstruirán de nuevo
esa derecha monobloque que tanto daño nos ha hecho y nos está haciendo.
1 comentario:
Ciertamente es el momento ...
Saludos
Mark de Zabaleta
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