lunes, 26 de octubre de 2015

SI MAS AMASE A CATALUÑA



Si Mas amase a Cataluña, si, de verdad, quisiese a esa Cataluña independiente que ahora predica más de lo que se quiere a si mismo, se iría a casa y dejaría de ser dejaría de ser el gran problema para dar los primeros oasis hacia ese "proceso" de independencia que dice pilotar. Si Mas no se quisiese tanto como se quiere, si no temiese quedar para la Historia como el responsable del saqueo de los bolsillos de los catalanes en los tiempos más duros para Cataluña, si no fuese un Mariano Rajoy con más labia y mejores maneras, ya se hubiese quitado de en medio.
Más está sentado sobre un barril de pólvora al que ya le han prendido la mecha y, como es demasiado ambicioso y es mucho lo que tiene detrás, prefiere seguir sentado sobre el explosivo, como si, con su culo y con su aplomo, pudiese contener la deflagración que se les viene encima. Pero no, Más se ama a sí mismo y a su empresa-partido o su partido-empresa, que tanto da una cosa como la otra más que a Cataluña. Tanto es así, que, mientras tuvo con qué negociar con "Madrid", fuesen los socialistas o los populares los inquilinos, mientras tuvo en su mano que la fiscalía mirase para otro lado cuando el tufo de los negocios de los Pujol, si es que eran realmente de los Pujol, mientras los gobiernos de la nación, fuesen de un color o del otro, necesitaron del cambalache de votos y apoyo por transferencias y/o silencio, Artur Mas no cayó en la cuenta de su desaforado y apasionado amor por una Cataluña independiente. 
Ni siquiera en los primeros momentos de esta legislatura nacional que está a punto de expirar dejó de intentarlo. lo malo fue que tuvo enfrente un PP crecido y torpe, incapaz de calibrar los peligros de abandonar la sana costumbre de trapichear, pero Rajoy, extinguido el incendio del terrorismo etarra amortiguados los deseos de venganza y el odio aeterno contra etarras y allegados que tanto agitaba la prensa más dócil, especialmente de Madrid, es verdad, creyó torpemente que, si necesitaba inventarse un enemigo del mismo tamaño, que atrayese ese voto montaraz y bronquista que tantas mayorías le dio a su partido, el candidato ideal ere Cataluña a la que dejó de escuchar, con la que dejo de verse y negociar, al tiempo que el uso marrullero que de la Agencia Tributaria, Montoro ha hecho como nadie insinuó lo que todos sabían y forzó a Pujol a mostrar sus vergüenzas, en público, al tiempo que la fontanería de Moncloa soltaba la lengua de una novia despechada del mayor de los Pujol Ferrusola.
Todo se revolvió, la olla se puso a hervir y Mas debilitado y con perspectivas electorales de lo más negro, decidió, con el apoyo de ERC,  convertir la independencia de Cataluña en el único tema de su gobierno, acallando los efectos de los recortes y todos y cada uno de los escándalos que todas y cada una de las investigaciones judiciales iban sacando a la luz.
Para Más dejó de haber retaguardia y se blindó, envuelto en la bandera, en la mística nacionalista, uniendo su destino al de esa Cataluña independiente que el veintisiete de septiembre se le resistió, alejándole de ese refugio que buscaba en su despacho del Palacio de la Generalitat. Ahora, además, después de todo lo que sabemos del 3%, que Mas repita como presidente se ha convertido en toda una quimera, porque difícilmente un presidente con la mandíbula de cristal será la mejor opción para conducir el proceso a la independencia y menos con una hipoteca como sería el apoyo, hoy por hoy imposible de las CUP.
Si Mas realmente amase a esa Cataluña independiente que no hace tanto ha descubierto, se marcharía, dejaría el camino libre de obstáculos y asumiría sus culpas para facilitar un gobierno que hoy por hoy es imposible y más cuando su empecinamiento en ser el candidato a la presidencia llevaría a unas nuevas elecciones que ya no arrojarían el resultado de hace un mes que, a mi modo de ver, fue el mejor que nunca alcanzarán los independentistas.
Si, como dice, Mas amase a Cataluña se iría  a casa y pasaría a la Historia como otro Moisés que nunca entró en la Tierra Prometida, lo malo y lo que teme es que, visto lo visto, podría acabar no en la Tierra Prometida, sino en otro lugar bastante peor.


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1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Una retirada a tiempo...es una victoria...

Saludos