Acabo de escuchar en la SER que la trama PPúnica, la segunda
pe es mía, rebañó, este verbo también es mío, quinientos millones de euros de
dinero público, sólo en la Comunidad de Madrid y la mayor parte, en plena
crisis, o lo que es lo mismo, en menos tiempo del que tuvo la otra trama del
PP, la Gúrtel, para rapiñar en Madrid, Galicia, Castilla León y Valencia. Más
dinero del que cayó en manos de Francisco Correa y mucho más concentrado en el
espacio y el tiempo, lo que da idea de la avidez de Francisco Granados, hortera
donde los haya, y su socio y paisano David Marjaliza, hombre éste último de
plumas Montblanc y relojes de los que se guardan en la caja fuerte y sólo se
ponen en la muñeca para fiestas y recepciones.
Dos señores de pueblo que hoy tienen cuentas en suiza y
Singapur y que, según los sindicatos, se llevaron en comisiones y sobrecostes
lo mismo que Ignacio González y Esperanza Aguirre recortaron en Sanidad y
Educación, aunque la cara la dieron sus consejeros, quinientos millones de euros
que sólo pudieron llevarse con la connivencia, por acción u omisión, de la
dirección y el gobierno del PP en Madrid. O lo que es lo mismo, sólo pudieron
hacerlo con la complicidad de Esperanza Aguirre, quien, pese a su rápida
reacción y a sus pucheros ante la prensa, no puede negar, por más que insista
en ello, que su hombre de confianza, el sepulturero que enterró la comisión que
se supone que investigó en la Asamblea de Madrid, el Tamayazo, por el que el
Partido Popular conservo el poder y las llaves de las cajas en la Comunidad de
Madrid, después de haber perdido la mayoría absoluta en beneficio del pacto
entre PSOE e Izquierda Unida.
Esa es la catadura moral de la gente que rodea a Esperanza
Aguirre y cosas como esa nos dan o nos deben dar idea de hasta dónde están
dispuestos a llegar los populares y quienes les sostiene, aunque en esto, como
en la paradoja del huevo y la gallina, no se sabe quién es el instrumento de
quién. Y es que no hay que olvidar que hay empresarios, y los hay de todo
tamaño y pelaje, que aceptan pagar, si no son ellos los que proponen el pago,
para adherirse a la administración, sea cual sea, como las sanguijuelas clavan
las mandíbulas en sus víctimas para alimentarse de su sangre.
Desde que recuperamos la democracia o lo que quiera que sea
esto, los partidos han estado recibiendo sin control el dinero de los
empresarios que contratan o pretenden contratar con las administraciones, en
especial PP, PSOE CiU y PNV, que han sido los que más gobiernos han controlado
en la nación, las autonomías, los ayuntamientos y las diputaciones. Lo hacían
ya en los años de la transición, con dinero nacional o importado, lo siguieron
haciendo mientras hubo barra libre ante la ausencia de una ley de financiación
de partidos y lo han seguido haciendo con ella, porque la ley vigente la
hicieron ellos y ningún perro en su sano juicio se pone un collar que le
apriete.
La excusa de unos y otros ante todos los escándalos que cada
día aparecen es que las tramas, son obra de "compañeros" sin
escrúpulos, lo acaba de decir Cristina Cifuentes, sin escrúpulos que buscan el
enriquecimiento personal. Vana excusa, porque todas estas tramas, por más
egoístas y "paletas" que sean y las hay muy egoístas y muy paletas,
no serían posibles sin la cobertura que da existencia de esa financiación
irregular con del debe y el haber de mordidas y favores que, en el PP y supongo
que en otros partidos, ha sido y es una constante.
Tenemos que tener claro que algunos partidos, pero
especialmente el Popular, han funcionado y funcionan como sociedades anónimas
que venden una cosa a sus electores y otra bien distinta a sus otros clientes,
para los que tienen establecidas tarifas, porcentajes, para cada decisión
beneficiosa para ellos que tomen.
Los partidos que han venido gobernando este país han
funcionado como sociedades anónimas que, para sus ingresos legales y para el
poder que justifica las mordidas, para mantener sedes ostentosas, pagar aviones
a candidatos, comidas, hoteles, secretarias, carteles, servicios de
comunicación y prensa, para pagar tertulianos y para todo lo que diferencia a
los partidos "de orden" de los "piojosos" sin experiencia,
hace falta ese dineral. Los partidos, especialmente el Partido Popular, son
sociedades anónimas y la única oportunidad que tenemos de que dejen de serlo de
que dejen de engordar con lo que nos quitan en todas esas tramas oscuras, es dejando de
ser sus clientes, dejando de comprar su producto. Es decir, dejando de darles
nuestro voto y trabajando para que otros, que quizá no lo vean tan claro,
puedan verlo y lo hagan también.
Puedes leer más entradas de "A media
luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
1 comentario:
Muy bueno !
Saludos
Publicar un comentario