jueves, 7 de mayo de 2015

PARTIDO POPULAR S.A.



Acabo de escuchar en la SER que la trama PPúnica, la segunda pe es mía, rebañó, este verbo también es mío, quinientos millones de euros de dinero público, sólo en la Comunidad de Madrid y la mayor parte, en plena crisis, o lo que es lo mismo, en menos tiempo del que tuvo la otra trama del PP, la Gúrtel, para rapiñar en Madrid, Galicia, Castilla León y Valencia. Más dinero del que cayó en manos de Francisco Correa y mucho más concentrado en el espacio y el tiempo, lo que da idea de la avidez de Francisco Granados, hortera donde los haya, y su socio y paisano David Marjaliza, hombre éste último de plumas Montblanc y relojes de los que se guardan en la caja fuerte y sólo se ponen en la muñeca para fiestas y recepciones.
Dos señores de pueblo que hoy tienen cuentas en suiza y Singapur y que, según los sindicatos, se llevaron en comisiones y sobrecostes lo mismo que Ignacio González y Esperanza Aguirre recortaron en Sanidad y Educación, aunque la cara la dieron sus consejeros, quinientos millones de euros que sólo pudieron llevarse con la connivencia, por acción u omisión, de la dirección y el gobierno del PP en Madrid. O lo que es lo mismo, sólo pudieron hacerlo con la complicidad de Esperanza Aguirre, quien, pese a su rápida reacción y a sus pucheros ante la prensa, no puede negar, por más que insista en ello, que su hombre de confianza, el sepulturero que enterró la comisión que se supone que investigó en la Asamblea de Madrid, el Tamayazo, por el que el Partido Popular conservo el poder y las llaves de las cajas en la Comunidad de Madrid, después de haber perdido la mayoría absoluta en beneficio del pacto entre PSOE e Izquierda Unida.
Esa es la catadura moral de la gente que rodea a Esperanza Aguirre y cosas como esa nos dan o nos deben dar idea de hasta dónde están dispuestos a llegar los populares y quienes les sostiene, aunque en esto, como en la paradoja del huevo y la gallina, no se sabe quién es el instrumento de quién. Y es que no hay que olvidar que hay empresarios, y los hay de todo tamaño y pelaje, que aceptan pagar, si no son ellos los que proponen el pago, para adherirse a la administración, sea cual sea, como las sanguijuelas clavan las mandíbulas en sus víctimas para alimentarse de su sangre.
Desde que recuperamos la democracia o lo que quiera que sea esto, los partidos han estado recibiendo sin control el dinero de los empresarios que contratan o pretenden contratar con las administraciones, en especial PP, PSOE CiU y PNV, que han sido los que más gobiernos han controlado en la nación, las autonomías, los ayuntamientos y las diputaciones. Lo hacían ya en los años de la transición, con dinero nacional o importado, lo siguieron haciendo mientras hubo barra libre ante la ausencia de una ley de financiación de partidos y lo han seguido haciendo con ella, porque la ley vigente la hicieron ellos y ningún perro en su sano juicio se pone un collar que le apriete.
La excusa de unos y otros ante todos los escándalos que cada día aparecen es que las tramas, son obra de "compañeros" sin escrúpulos, lo acaba de decir Cristina Cifuentes, sin escrúpulos que buscan el enriquecimiento personal. Vana excusa, porque todas estas tramas, por más egoístas y "paletas" que sean y las hay muy egoístas y muy paletas, no serían posibles sin la cobertura que da existencia de esa financiación irregular con del debe y el haber de mordidas y favores que, en el PP y supongo que en otros partidos, ha sido y es una constante.
Tenemos que tener claro que algunos partidos, pero especialmente el Popular, han funcionado y funcionan como sociedades anónimas que venden una cosa a sus electores y otra bien distinta a sus otros clientes, para los que tienen establecidas tarifas, porcentajes, para cada decisión beneficiosa para ellos que tomen.
Los partidos que han venido gobernando este país han funcionado como sociedades anónimas que, para sus ingresos legales y para el poder que justifica las mordidas, para mantener sedes ostentosas, pagar aviones a candidatos, comidas, hoteles, secretarias, carteles, servicios de comunicación y prensa, para pagar tertulianos y para todo lo que diferencia a los partidos "de orden" de los "piojosos" sin experiencia, hace falta ese dineral. Los partidos, especialmente el Partido Popular, son sociedades anónimas y la única oportunidad que tenemos de que dejen de serlo de que dejen de engordar con lo que nos quitan en todas esas tramas oscuras, es dejando de ser sus clientes, dejando de comprar su producto. Es decir, dejando de darles nuestro voto y trabajando para que otros, que quizá no lo vean tan claro, puedan verlo y lo hagan también.


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