jueves, 14 de mayo de 2015

CANDIDATOS



La verdad es que no envidio el papel de los candidatos en estas elecciones. Todos, salvo aquellos a los que les basta con mostrarse como realmente son, se ven obligados a trabajar diariamente en un circo de tres pistas en el que unas vecen reman, otras pedalean y, casi siempre, mienten. No hay más que ver a la candidata al ayuntamiento de Madrid que, pese a presumir de ser la única candidata que se presenta sin disfraz, cada día cambia de uniforme y actividad, a sabiendas de que la prensa, a la que necesita tanto como la prensa necesita de ella, la va a seguir allá donde vaya, como las cantineras y prostitutas seguían a los ejércitos en las viejas guerras.
Cualquier cosa, menos hablar de lo que realmente importa. Cualquier cosa, menos responder a lo que realmente interesa a los ciudadanos, cualquier cosa, menos asumir la responsabilidad que ha tenido y tiene en la generación de ese mar de corrupción que ha acabado siendo la Comunidad de Madrid desde que su lindo pie pisó el capote que algunos madrileños -la mayoría, es verdad, pero ni mucho menos todos- extendieron a su paso.
Decía que es duro el oficio de candidato, pero más de be serlo el de padrino del candidato, obligado, por ejemplo, a bajar al parque a montar en bici con las ahijadas, sobre todo con una que, bien lo sabe él, no pretende otra cosa que "echarle carreras" y que no dudaría en desternillarse de risa ante el más mínimo accidente que pudiera sufrir, y son muchos los que amenazan a quien se aventura sobre una bici con zapatos de suela, pantalones de vestir y corbata. Algo que, a la postre, resulto innecesario, porque Mariano Rajoy se basta y se sobra para ponerse en evidencia con sólo abrir la boca.
Pues bien, frente a todos estos despliegues que organiza esa legión de asesores que levantan del sofá a la candidata para embarcarla en el Retiro y, una vez en tierra, la pasean en bici por la orilla del río, frente a este despliegue, otros candidatos no oponen más que su honradez y su sentido común y pese a ello tienen que soportar las agresiones verbales de defensa marrullero de quien no está dispuesta a dejarse ganar por una juez tan querida como dispuesta a hablar de todo y a aportar, no chucherías y dos huevos duros, si no bastan las chucherías, sino soluciones, quizá pequeñas, siempre discretas, a los problemas de los ciudadanos.
Pongamos que hablo de Madrid, de Esperanza Aguirre y de Manuela Carmena, porque eso es lo que conozco, pero estoy seguro de que esto que os cuento, con otras piruetas, con otros guateques, pasa también en otros lugares. Estoy seguro que en Valencia, en Barcelona, en Sevilla o en A Coruña pasa otro tanto. Y también estoy seguro de que en muchas ciudades, si no en todas, hay candidatos que se llevan los votos de los ciudadanos, simplemente, por la inercia del poder, estoy seguro de que, como en Madrid, hay candidatos tan conocidos como mal valorados y otros, con los que uno se iría a vivir que, sin embargo, no cuentan con el favor de la prensa y quienes controlan los medios, porque tienen poco que ofrecerles, salvo la verdad y la verdad no siempre vende.
No sé dónde estáis ni qué pensáis, pero os pido que, dentro de diez días, no penséis en siglas, sino en caras, en voces, en pensamientos y, sobre todo en trayectorias. Os pido que, esta vez y siempre, no os dejéis arrastrar por los partidos o por la imagen que tengáis de ellos, sino por los candidatos.


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1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Gran epílogo....


Saludos