Como la espuma que fue, el espejismo de la pasada victoria
del PP en Andalucía, con sus falsas promesas, con sus mentiras con la labia
antigua y cansina de "don" Javier Arenas, se ha disuelto en la marea
de la cruel realidad con que el gobierno de Mariano Rajoy ja inundado en estos
tres largos años los hogares de los andaluces que, cansados de recibir, como en
una ducha escocesa, ora halagos, ora insultos, de quienes encarnan la eterna
maldición de Andalucía, con sus latifundios y privilegios.
Andalucía recuperó ayer la cordura perdida y se convirtió en
la primera comunidad autónoma en mostrarse en las urnas como realmente es, de
izquierdas, y no sólo eso, sino que, además, inauguró la era de los parlamentos
vacunado contra ese bipartidismo que tanto daño ha hecho a este país y a sus
ciudadanos.
Y todo, porque la derecha, con un candidato más brillante y
creíble que el señorito Arenas y de un origen más humilde que él, no ha sido
capaz de rentabilizar los escándalos que cercaban, si no al gobierno de Susana
Díaz, si a sus antecesores y, por el contrario, ha salido de las elecciones
apaleada y más humillada que nunca. Una derrota humillante, que lo es más si
tenemos en cuenta el esfuerzo de medios y humano que ha llevado al gobierno en
pleno, con Rajoy al frente, a pisar tímidamente, que no patear, Andalucía en
fin de semana y siempre que no hubiese toros que les entretuviesen en Valencia,
como al locuaz ministro Margallo.
A Susana Díaz, las cosas le han salido bien. No quiero decir
que las haya hecho bien, no, digo que, al menos de momento, la arriesgada
carambola que intento no le ha salido tan mal. Y eso, teniendo en cuenta el
batacazo que, a la vista de los fugaces resultados aventurados en la encuesta
de Canal Sur, parecía haberse dado, convierte en victoria la pérdida de votos
de su partido y el haber mantenido los escaños que a Griñán no le permitieron
gobernar en solitario.
Porque la victoria de Susana Díaz no está en sus resultados,
sino en la derrota de Rajoy que, haciendo pareja con Moreno Bonilla, ha cosechado
los peores resultados del PP en Andalucía, y en un reparto de escaños entre,
Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida, que, en estos próximos cuatro años,
harán de la Aritmética un arte florentino, porque cualquier suma de fuerzas,
salvo que sea contra natura y esas salen siempre mal, convierte en imposible
otra alternativa de gobierno. De modo que hay que reconocer que la carambola no
ha sido tan desafortunada.
Prueba de esto último es el empeño puesto anoche por Eduardo
Inda en la Sexta que no desaprovechó un solo turno de palabra para enjabonar a
la triunfadora ni para denostar los malos resultados del PP o minusvalorar los
quince diputados de Podemos, que, para él y pese a que partían de cero, con los
medios justos y con una campaña mediática a en contra, la que el propio
Inda no es ajeno, se han convertido en la tercera fuerza en Andalucía. Se ve
que el repelente Inda anda a la búsqueda de un nuevo amo al que servir y que la
presidenta andaluza le gusta para el cargo.
Lo que está claro es que, tras las elecciones de ayer, una
verdadera Q-1 en Fórmula 1, quedan muchas enseñanzas. La primera, ya citada,
que se acabó el bipartidismo, la segunda que los tiempos del PP como partido
hegemónico están tocando a su fin, porque una derecha, tan derecha como ellos,
pero más civilizada en las formas, como es Ciudadanos ha pisado fuerte en
Andalucía, sin apenas tiempo para darse a conocer. Y la tercera y para mí muy
importante, la del hundimiento de Izquierda Unida que no quiso sumar sus
fuerzas a Podemos y que a punto ha estado de quedarse sin grupo propio en el
parlamento, todo un aviso para no volver a caer en el mismo error, so pena de
desaparecer.
Pero, sobre todo, la gran enseñanza de la jornada de ayer es
la de que quienes ven y gobiernan el país desde un despacho tienen poco que
hacer en el futuro, porque quienes no toman decisiones o, si las toman, las
toman con un puñado de encuestas, no se enteran de la misa la media. De no ser
así, Rajoy se hubiese ahorrado el trajín de tanto mitin, tanto viaje y tan poca
siesta estos tres fines de semana perdidos en la tierra de María Santísima.
Porque, aunque a la desesperada, porque sabía lo que se jugaba, fue por lana
y, atando su destino al de su candidato, ha salido trasquilado y ha dado el
primer paso hacía su fracaso definitivo.
Tic tac, tic tac
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luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
ahora
1 comentario:
No mire ahora, pero en esta habitación sobre alguien... y me parece que es usted...(Groucho Marx)
Las urnas han hablado.
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