Que nos tienen por gilipollas es ya más que una realidad y
que ellos, aunque le moleste que les digan casta, se tienen por un grupo de
escogidos con derecho a privilegios inconfesables, otra. Lo dejaron claro ayer,
porque tuvieron la oportunidad, no ya de pedir perdón por excesos anteriores,
sino la de evitar que se volvieran a repetir abusos y desmadres, poniendo coto
al gratis total de los viajes de sus señorías y no lo hicieron.
Podíamos pensar, siendo generosos, que las reglas de juego
de nuestra democracia, después de treinta y cinco años de vida, tenían algún
que otro agujero que había que zurcir y que PP y PSOE, partidos ambos en caída
libre por sus excesos, cuando no abusos, estaban dispuestos a tomar aguja, hilo
dedal y ese legendario huevo de nuestras abuelas, para taponar con arte el
agujero puesto al descubierto por el itinerante Monago. Podíamos pensarlo, pero
estábamos equivocados, porque lo que hicieron ayer fue establecer un mecanismo
que deja de nuevo en el misterio el destino y los costes de los viajes y a sus
señorías en el más oscuro de los anonimatos.
Lo que aprobaron ayer PP y PSOE, reacios a ser tildados de
casta, aunque no a comportarse como tal, fue agrupar el coste de los viajes de
sus señorías por grupos y trimestres, frustrando cualquier atisbo de transparencia
para que nadie sepa realmente quién viaja, dónde y por cuánto, reclamando
nuestra confianza en el buen criterio de cada grupo para evitar excesos. Dicho
de otro modo, sus señorías populares y socialistas encerraron los costes de los
afanes viajeros de los diputados en un paquete de fondos reservados con menos
transparencia que la que tendría todo el dinero que, estoy seguro, se ha
invertido en operaciones antiterroristas, si no ilegales, sí inconfesables.
Mientras tanto, José Antonio Monago, exhibe con una mano las
presuntas pruebas de su cada vez más increíble inocencia envueltas en la tinta
de su descaro, mientras con la otra blande amenazadora la palma de su martirio,
atribuyendo, como siempre, el pecado al mensajero. Lo más curioso es que, lo
que para la mayor parte de la ciudadanía, es un escándalo de proporciones
bíblicas, para los "colegas" del presidente extremeño no merece
apenas comentarios y no sólo eso, porque sorprendentemente, su antecesor en el
cargo, el socialista Fernández Vara, que, no hace mucho, promovió una moción de
censura contra él, dice ahora que se niega a la lapidación de Monago, siendo el
propio Monago quien más tierra y piedras ha echado sobre sí.
Observo todo esto estupefacto y recuerdo las únicas veces
que he viajado en mi vida con cargo al estado. La primera en un tren, no sé si
militar, pero sí cargado de reclutas como yo, camino del CIR de Araca,
preocupado si no asustado porque iba a perder durante un año el control de mi
destino, otra la que me llevó a mi destino en un cuartel ya inexistente en lo
alto de la bella ciudad de Estella y, por último la que, camino de un nuevo
destino militar en Madrid, me tuvo bastante más de doce horas subiendo y
bajando de autobuses y trenes hasta llegar a mi ciudad. Todo, porque los
billetes del viaje, pasaporte se llamaba, sólo eran válidos para los
transportes más baratos, lo que me hizo vivir una de las noches más kafkianas
de mi vida en un viaje tenebroso con este itinerario Estella, Calahorra,
Zaragoza y Madrid, vestido con el uniforme y la boina de cazador de montaña.
No es que yo pretensa que sus señorías repitan mi odisea de
aquel viaje, pero tampoco estaría de más que se cortasen un poco a la hora de
gastar nuestro dinero, porque eso de que, para poner a salvo la sin duda
necesaria discreción, se echen como ingredientes de una ensalada en la que comparten aderezo con viajes de partido, que pagamos todos los ciudadanos, votantes o no, o con viajes personales, si no de placer, convierte al Parlamento, Congreso y Senado, en una
agencia de viajes "gratis total" para sus muy suyas señorías. Sí no, será como esas cenas de navidad, en las que nosotros, por un consola y un filetito de pollo, pagamos a escote el solomillo, la langosta y el Vega Sicilia de los ejecurivos.
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1 comentario:
Muy bien tratado !
Saludos
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