miércoles, 2 de mayo de 2012

EL PACTO DE URDANGARÍN


Está muy bien evitar la cárcel a la gente de bien, arraigada y con domicilio conocido. La prisión, la privación de libertad, el rancho, los horarios, la disciplina, las frías comunicaciones regladas, los sórdidos locutorios y el desolador vis a vis son el peor de los castigos para cualquiera, mucho más para quien ha conocido la lana de las alfombras de los palacios.
Por eso veo muy bien que el yerno del rey y su socio Diego Torres esquiven la prisión. No será plato de gusto e, incluso, sería muy complicado garantizar u seguridad y la de sus familias si es que alguna vez acudiesen a visitarles. No sólo se evitarían situaciones complicadas, sino que en época de vacas flacas, los contribuyentes nos ahorraríamos "una pasta".
Como todo el que está medianamente informado he tenido noticias de que Iñaki Urdangarín y el que fuera su socio andan en negociaciones con el tribunal para evitar el banquillo pactando una condena inferior a dos años a cambio de admitir la culpa y devolver lo obtenido ilícitamente. Lo más curioso del asunto, más allá de la maniobra que, por lo que sé, es accesible a cualquier imputado que cuente con un buen abogado, es que el movimiento conjunto del duque de Palma y su socio llega tras el contraataque de Diego Torres, haciendo públicos una serie de correos electrónicos que, de ser aceptados como prueba, comprometerían el papel de la infanta Cristina e incluso el del rey en el caso.
Listo este Diego Torres o simplemente cansado de tener que "comerse un marrón" que no es sólo suyo. Con su golpe de mano ha vuelto a unir su destino al del duque y, si todo va bien -para ellos, claro- ni uno ni otro tendrán que verse entre rejas, como si de vulgares chorizos se tratara, porque si algo ha quedado claro es que no son vulgares.
Ahora, queda por saber cuánto le costará al duque escapar a la cancela. Se habla de que la cantidad a la que habrán de hacer frente "solidariamente"" Torres y él asciende a tres millones y medio de euros, con lo que la parte ducal alcanzaría el millón setecientos cincuenta mil. O sea, una pasta.
Y cabe preguntarse también de dónde va a salir, si se logra el acuerdo, tal cantidad de dinero. Ya hay quien hace cábalas y habla de la Casa Real y hay quien piensa que saldrá de alguna cuenta secreta de esas a las que fueron a parar los 10 millones desviados por la pareja -Torres y Urdangarín, se entiende- a lo largo de su fructífera sociedad.
En ambos casos, la respuesta me produce sarpullido, porque, si sale de la familia política de Urdangarín, de alguna manera sale de nuestros propios bolsillos, algo más que frustrante. Pero, si sale del capital colocado por los encausados en paraísos fiscales ¿quién nos asegura que ese inmenso "pastizal" no ha servido para que los malditos mercados acosen al Reino de España, encareciendo su deuda y llevándonos a la situación en la que estamos.
En fin que siempre pagamos los mismos. O, como dice mi amigo Ángel, de Ávila para más señas, "no hay que luchar contra el destino, porque el que nace tostón, muere gorrino".

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la mayor de las humildades, no estoy de acuerdo con que el duque no pise la cárcel, puesto que entonces se cumple la máxima de que la justicia no es igual para todos, es decir, ¿para qué nos sirve una Constitución que propugna dicha igualdad si luego resulta que unos se libran por ser quienes son?, ¿la justicia es para los ricos? A mi me enseñaron que la justicia es ciega y ahora resulta que en algunos casos es "tuerta", y se levanta el paño para ver a quien hay que juzgar... NO, no me gusta. Un abrazo

Joaquín Pérez Azaústre dijo...

Querido Javier, ¡MUY BUENO!

Lo suscribo totalmente.

Un fuerte abrazo!