domingo, 20 de mayo de 2012

COMO EN GRECIA


Ya estamos como nuestros hermanos griegos. Nuestra palabra vale ya tanto, tan poco, como la suya. Con unas cuentas manipuladas a todas luces y una banca que tiene más trampas que una película de chinos, ya sólo nos faltan el Partenón y las islas para ser como ellos, porque, sentirme, al menos yo, ya me siento como ellos.
Aún recuerdo los primeros momentos de la crisis, aquellos en los que se acusaba a Gracia de mentir en sus cifras, de tener las jubilaciones más prematuras de Europa y de ser, en fin, una recua de parásitos, aferrada a la teta de Europa, algo que ya no nos queda tan lejos.
La desfachatez de los gestores públicos españoles, que esconden las facturas en los cajones y barren sus vergüenzas bajo las alfombras, da que pensar. Como da que pensar escuchar al consejero madrileño de Sanidad, Fernández-Lasquetty, colocarse la medalla al heroísmo por hacer, y hacerlo tarde, lo que está obligado a hacer.
Más desasosegante es escuchar a Rajoy, el presidente guadiana, esa mezcla perfecta entre un avestruz y Don Tancredo, que ayer balbuceaba excusas en su patética respuesta a las palabras con que Hollande admitía la posibilidad de intervención de los bancos españoles, poniéndolas en duda y no dándose por enterado de las mismas, como si entre el personal de Moncloa no hubiese una legión de periodistas y diplomáticos encargados de escuchar, glosar e informar al presidente de cualquier alusión a nuestro país.
Vamos camino de estar como Grecia o, quizá, un poco peor, porque, si los griegos no pueden formar gobierno, nosotros tenemos uno con mayoría absoluta que resulta tan inoperante como el no gobierno que tienen los griegos. Y es que está claro que el gabinete de Rajoy no sabe hacer otra cosa que restar partidas de los presupuestos más sociales, mientras que es incapaz de anticiparse a fenómenos más o menos previsibles, dando con ello pábulo a quienes difunden rumores y siembran dudas en beneficio de los especuladores.
En fin, vamos camino de convertirnos en la segunda Grecia de Europa y, no sólo eso, porque, con este gobierno, que es como un mal sueño, podemos, incluso, mejorar el modelo. De momento, los inspectores de Bruselas están echando un nuevo vistazo a nuestras cuentas. A saber que encuentran en ellas.

 

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1 comentario:

Marisa dijo...

Esperemos que no tengamos que lamentar ningún caso como el de Dimitris Christoulas frente al Parlamento griego, bueno, aquí (y perdona por la frivolidad) sería frente a la peluquería (donde va Espe con coche oficial, ah, no, que desde que pillaron a la Botella ya no lo hacen), porque debe de ser en la peluquería, de compras o en el cumple del niño donde deciden las medidas a seguir para salir de la crisis.

Un abrazo.