Traigo esta foto a la entrada porque es muy explícita. Es,
nada menos, que una "foto de unidad", una de esas fotos de esas que
se hacen los dirigentes de los partidos, preferentemente en patios o azoteas,
para dejar claro -en realidad, para hacernos creer- que están unidos, una foto
más o menos reciente, el vientre de Susana Díaz lo deja claro, que, sin
embargo, hoy queda muy lejana.
Creo que fija el momento en el que los barones del PSOE
"cerraron filas" en torno a Pedro Sánchez, el momento en que Susana
Díaz, o quien le aconseje, llegó a la conclusión de que aún era pronto para
asaltar Ferraz y, luego, La Moncloa, una foto en la que no hay navajas a la
vista, pero se huele el acero que esconden. Ese es, desde que Felipe González
decidió no perder las elecciones y que iba a ser muy cansado volver a la oposición,
el destino del PSOE, un triste destino que pagamos todos los que entonces le
votamos.
Lo que le ha ocurrido y le ocurre al PSOE es consecuencia,
es el efecto secundario, de un liderazgo tan fuerte como el de González, un
liderazgo que tejió un aparato fuerte y a la defensiva, a imagen y semejanza de
Alfonso Guerra, en el que cualquier intento de destacar, cualquier movimiento
por parte de alguno de los barones, conllevaba la decapitación inmediata,
"el que se mueve, dijo, no sale en la foto, lo que llevó a la grisura
absoluta del partido, a una falta de liderazgo que ha desembocado en dos
figuras, Pedro Sánchez y Susana Díaz, incapaces de liderar un partido unido.
No sé qué encuesta, interna o externa, ha llegado a oídos de
los barones socialistas encabezados por Susana Díaz, pero, de existir, ha
tenido efectos sosegantes en las filas del que, por el momento, sigue siendo el
mayor partido. Eso, o es que los barones socialistas se han encerrado en casas
y despachos, en modo "mute", para practicar con los juegos de rol
que, sin duda, les han traído los reyes.
Evidentemente, Pedro Sánchez, que está probando en sus
carnes exactamente la misma medicina que aplico en Madrid a Tomás Gómez y los
suyos, no es el "primus inter pares" que necesita su partido. No lo
es él y, como diría González, ese líder indiscutible aún está estudiando el COU
o lo que sea que se estudie ahora en su lugar. Pero, si quiere llegar, debe
darse prisa, porque, al paso que va el PSOE, puede ser que, cuando llegue, no
quede ya partido que dirigir.
Pedro Sánchez ja sido un candidato "fabricado"
para los carteles, perfectamente consciente de sus limitaciones y empeñado en
segar cualquier cosa que crezca a su lado, si tiene la menor sospecha de que
pueda hacerle sombra. Lo curioso es que, siendo ese el candidato elegido por el
PSOE, sus militantes parezcan empeñados ya, en deshacerse de él, sin
darle siquiera la oportunidad de cumplir con la obligación de intentar
formar un gobierno alternativo al tan derrotado como él Mariano Rajoy.
Ahora parece que, al menos momentáneamente, la calma ha
llegado a las filas del PSOE, Sánchez ha acudido en peregrinación a
Portugal, no a Fátima, no sería suficientemente laico, sino a Lisboa, quién
pudiera, donde se ha visto con Antonio Costa que, desde su mismo punto de
partida, ha conseguido dar a los portugueses un gobierno progresista que, si no
responde a los deseos de la banca, Bruselas y so troika, sí refleja con más
verosimilitud los deseos de los votantes portugueses.
El viaje de Sánchez, hay que reconocérselo, ha sido todo un
acierto, porque ha dicho a unos y otros que, también en España, es posible
formar un gobierno progresista con el que satisfacer a quienes votamos a la
izquierda, incluidos los que votaron al PSOE, que no soportarían que el partido
de la calle Ferraz franquease el paso al PP en su regreso a La Moncloa.
Sin embargo, ya hay quien desde el propio PSOE se empeña en
decir que en Portugal no existe "el problema soberanista" y vuelve a
empuñar las malditas líneas rojas contra su secretario general. El PSOE tiene
que intentar formar ese gobierno y, si no lo consigue, especialmente si no lo
consigue por el acoso de sus barones tendrá que explicárselo a los españoles, a
los que habrían dejado con la miel del cambio imprescindible demasiado cerca de los labios,
como para no poder probarlo.
1 comentario:
Lo de los "barones" explica claramente el nivel de nuestra clase política...de "pandereta" !
Saludos
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