lunes, 25 de enero de 2016

IMPUDICIA O TRAMPA

Cuando no le gustaban las maneras de alguien, especialmente cuando alguien no venía de frente, mi querido Fernando Delgado decía una frase "no me gusta cómo caza la perrita", que, con el tiempo, he acabado por hacer mía. Una frase que viene como anillo al dedo al comportamiento, nada claro a mi juicio, del líder de Podemos, Pablo Iglesias. Este chico, que diría mi madre, habla muy deprisa, dice demasiadas cosas y me temo que no siempre con sentido.
Lo del pasado viernes, que recuerda en exceso a ese "voy a hacerte una oferta que no podrá rechazar" de "El padrino" o, quizás, a todo lo contrario, seguro de que Sánchez o su partido no iban a plegarse a tan leoninas condiciones. No sé muy bien si es un chantaje, como ha decidido el PSOE, un farol o un "rompo la baraja" para ir a unas nuevas elecciones.
Lo que ya no sé es si esa exigencia contaba con el apoyo de los dirigentes de Podemos que corrieron a "arropar" al líder, alguno, incluso, como Íñigo Errejón, con cara de demasiadas circunstancias. Hoy mismo, lo acabo de escuchar, Pablo Iglesias decía en una entrevista que cualquier acuerdo a que se pueda llegar con el PSOE de Pedro Sánchez debería ser refrendado por los órganos de su Partido, lo que dice mucho de quien hace anuncio tan solemne sin haber cruzado una palabra con el destinatario de una oferta que le implica directamente y sin haber consultado a sus propias bases.
Siendo un poco malicioso, tengo que pensar que Pablo Iglesias, insatisfecho con los resultados del 20 de diciembre, porque llegó a verse por encima de su presunto socio de gobierno, ya ha decidido que le interesan unas nuevas elecciones y, por ello, ha arrojado a la cara del líder socialista el guante de "su" propuesta de gobierno, al que, por cierto, le faltaba el apoyo de al menos un cuarto socio que confirmase una de suma de diputados por encima de una hipotética alianza PP-Ciuddanos.
Esta última circunstancia, imprescindible para "aguantar" una legislatura parece no haber tomada en cuanta por los estrategas de Podemos, algo impensable, salvo que sean ellos mismos los que ya han descartado que Sánchez pueda darles el "sí quiero". Más bien me inclino a pensar que lo que quieren es unas elecciones anticipadas ya, unas elecciones en las que, calculan, se harían con gran parte de los votos del PSOE.
Creo que se equivocan, porque el país no es una enorme asamblea ni sus ciudadanos son únicamente los convencidos que acuden a ellas. Da más bien la impresión de que Pablo Iglesias y los suyos se están acomodando en el asentimiento por aclamación, sin tener en cuenta que, en democracia, las formas, los tiempos y los escenarios son otros, distintos de los que acostumbran. Iglesias y los suyos no deben olvidar que en democracia los votos son siempre prestados, nunca se tienen en propiedad, ni que quienes les votaron en diciembre nunca les habían visto administrar sus votos, más allá de lo que es una hipótesis sobre papel.
No tengo miedo a unas segundas elecciones, pero creo que no serían buenas, porque equivaldría a decirnos a quienes votamos hace poco más de un mes que nos equivocamos, que hicimos mal los deberes dando nuestro voto a quienes no han sabido gestionarlos. Creo más bien que unos u otros están obligados, si no a entenderse, sí a formar el gobierno que ya estamos necesitando.
En resumen, no me gusta cómo caza la perrita. No me gusta la actitud de Pablo Iglesias que, como los gatos se hincha y bufa para parecer más fiero de lo que en realidad es. No me gustaría que hubiera hecho lo que ha hecho, dar el regalo envenenado e inaceptable de su apoyo a Sánchez, a la búsqueda de unos nuevos comicios en los que lo único claro parece que sería el reagrupamiento de la derecha, con lo que, aunque él se convirtiese en líder de la oposición, sobrepasando a Pedro Sánchez, España habría perdido la oportunidad de gobernarse desde la izquierda.
No sé si lo de Iglesias el viernes fue impudicia o trampa, lo que sé es que no me gusta como caza la perrita.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Interesante manera de tratarlo...


Saludos