Si escribo "la gente" y no "el pueblo",
es porque parece que, en tiempos como estos, de desprestigio de todo lo que
tenga que ver con la política, algunas palabras adolecen de un exceso de
connotaciones y de un pasado que las contamina.
Formo parte de una generación que creció añorando una
libertad que nunca había tenido y fiándolo todo a la democracia y las urnas.
Aún recuerdo el primer día, la primera mañana, en que me acerqué con mi
papeleta a unas urnas en la confianza de que el pueblo, ahora sí, la gente
nunca podría equivocarse. Luego, con el tiempo he llegado a darme cuenta de que
no siempre es así o de que, mejor dicho, a la gente no siempre le dan todos los
datos para que pueda elegir sin equivocarse.
Eso es lo que ha venido ocurriendo á lo largo de los últimos
años, no sé si en Europa, pero sí, al menos, en España: se han dejado al
alcance de la gente demasiadas armas, cargadas y peligrosas para quien no es
capaz de ver las consecuencias de gestos tan simples como depositar un voto o
apretar un gatillo.
La labor de aturdimiento y encanallamiento de las
conciencias que ha venido llevando a cabo por la gran mayoría de las
televisiones, de un modo perfectamente consciente, si no científico, ha
trastocado cualquier sistema de valores que pudiera existir.
Como el esos programas que, en medio de gritos y gestos
soeces, echan abajo el honor y la intimidad de "los famosos", en
nuestra clase política se han instalado el tú mas, las mentiras y los insultos,
a la búsqueda, más que del apoyo propio, el desprestigio y la estigmatización
del otro.
Los españoles, hayamos votado o no al Partido Popular, hemos
comprobado en nuestras carnes hasta qué punto es importante no dejarse llevar
por chascarrillos y mensajes superficiales, porque nada de lo que prometió el
PP en campaña se ha convertido en realidad, mientras que, muy al contrario,
Rajoy ha llevado a cabo hasta límites insospechados aquello de lo que acusaba a
su antecesor.
Hoy Francia elige al presidente de la república. Y tiene que
escoger entre un sobreactuado Sarkozy y un discreto y sereno Hollande. Eso en
la superficie. En realidad opta entre una Europa sometida a la dictadura del
neocapitalismo insaciable que, como una enorme araña va atrapando a sus presas
en sus redes, tendidas contra el sol para deslumbrarlas, y, luego, vaciarlas,
dejarlas secas e inertes, mientras el monstruo se retira a descansar sobre las
sedas de los mercados, bien tensas ellas, para detectar cualquier movimiento
desesperado de una futra presa.
Esta noche, en Francia, puede ocurrir que vuelva al Eliseo,
si no el pueblo, sí la gente. O, al menos, los problemas de la gente. Del voto
de los franceses depende no sólo su futuro, sino el de toda Europa, tan atiborrada
de audis, vacaciones exóticas y segundas residencias, para que deje de pensar
en "pelotazos" y comience a hacerlo en que funcionen hospitales y las
consultas, los colegios y las universidades y para que nunca más volvamos a
caer en los mismos errores.
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1 comentario:
Ayer salía en la televisión chilena un reportaje acerca de los suicidios en Europa, salían imagenes muy tristes de Grecia, hablaban acerca de los " parados" de España, y lo más triste fué ver acerca de "los niños de la crisis" donde los padres dejaban a sus hijos en las aldeas S.O.S.porque no podían criarlos, la gente miraba espantada diciendo: ¡¡que terrible lo de Europa!! ¡ahora estan como nosotros! yo estaba en un sitio público y los rostros demostraban una autentica sorpresa y mucha pena, les comenté que en realidad eso estaba pasando en nuestro país, que ademas de la brutal desigualdad, el terremoto del año 2010 destrozó muchos hogares y el trabajo de toda una vida mientras el gobierno 2 años despues aún no comienza con la reconstrucción, me respondieron: Sí, pero ellos no saben como enfrentar eso y nosotros estamos acostumbrados, ellos no tienen la fuerza para soportar la pobreza de este momento y aquí lo hacemos toda una vida.
Me sorprendió mucho, entonces me dió pena a mí, porque en Europa el capitalismo ha comenzado a causar estragos en la economía y los derechos ciudadanos, pero aquí ya nos ha quitado hasta la esperanza de algún día tener una vida digna.
Pero sea el momento que sea, hay algo que no nos pueden quitar y es el buen humor, cuando ven a alguien con muchos problemas en su casa, sin trabajo y enfermo le dicen : ¿y tú? ¿te llamas Rajoy?, tambien comentaban que España se vengará de Argentina y Bolivia enviando de nuevo de gira a Julio Iglesias y otros que por pudor no puedo contar aquí.
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