Más pobres e inseguros...
Hoy, el Congreso de los Diputados. es decir la
representación de los ciudadanos, arrepentidos o no de su voto, refrenda los
terribles decretos del Gobierno por los que los pensionistas pagarán una parte
del precio de sus medicamentos y el resto de los ciudadanos verán incrementado
el porcentaje de lo que ya pagan, mientras a los inmigrantes se las saca de la
asistencia universal sanitaria, dejándoles a su suerte, salvo que opten por la asistencia
urgente, lo que como la profecía que se cumple a sí misma hará realidad el mito
de que los inmigrantes colapsan con cualquier dolencia sin importancia los
servicios de urgencia.
Estos recortes, que, a los españoles, nos hacen más pobres, también
nos hacen más inseguros, porque, por ejemplo, todos esos inmigrantes que
trabajan, demasiado a menudo ilegalmente, en las cocinas de los bares y
restaurantes que frecuentamos, los que manipulan los alimentos que consumimos o
los que venden golosinas a nuestros hijos habrán perdido desde hoy su derecho a
la salud y a una asistencia sanitaria consagrados en la Constitución.
También hoy el Congreso da su visto bueno a los recortes en
Enseñanza. Un ahorro en el gasto que dispara el número de alumnos por aula, que
priva de profesorado de apoyo a los que tienen dificultades, que ha mandado o
mandará al paro a numerosos interinos y que está deteriorando a pasos de
gigante la calidad y el mantenimiento de las aulas de colegios e institutos
públicos, amén de alejar cada vez más del horizonte de las parejas con trabajo
el sueño de poder contar con escuelas infantiles para sus hijos. Eso, que nos
hace más pobres, porque, no sólo nos empuja a echarnos en brazos de los centros
privados, sino que agranda la brecha que separa a la clase trabajadora de su
derecho a subir peldaños en la escala social, también nos hace más inseguros,
porque la seguridad en las calles se irá deteriorando en la misma medida que se
deteriore el ambiente en las aulas. Y, no lo dudéis, se irá deteriorando.
También subirán las tasas universitarias, se reducirán las
becas y se endurecerán las condiciones para obtenerlas y mantenerlas, con lo
que la decepción y la falta de estímulos de los jóvenes se adelantarán unos
años y sin la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo en España o aspirar
a emigrar en condiciones aceptables. Algo que, creo que no hace falta insistir
en ello, redundará también en un aumento del malestar en las calles,
Hasta ahora se ha reprimido con policía en la calle
cualquier protesta contra estas medidas a las que hoy da su visto bueno el
Congreso. Lo que no sé es si va a haber policías suficientes para contener toso
el malestar, toda la rabila y la desesperación que van a ocasionar entre los
ciudadanos. La cosa ya no tiene remedio y, desde que me he despertado esta
mañana, no me quedo quitar de la cabeza que esto que nos pasa y los que nos
pasará, que no ha solucionado, más bien al contrario, ninguno d los problemas que
teníamos antes del 20 de noviembre, nos pasa porque, detrás de cada uno de los
diputados del PP que darán hoy su sí a los recortes, hay miles de ciudadanos
que, no sé si conscientes de lo que hacían, no sé si ya arrepentido, les han
sentado en su escaño.
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2 comentarios:
Para que haya arrepentimiento, tiene que haber sentimiento de responsabilidad y, en eso, todos somos como el Rey, constitucionalmente irresponsable. El sentir general es que estamos todos abocados a la voluntad de los mercados como si fuesen designios divinos. A esto, se sumará nuestra escasa memoria histórica, cuando las calles lleguen a ese deterioro que vaticinas, cuando vuelva “el Vaquilla” alegre bandolero, siempre podremos decir que es culpa de la incapacidad del Sistema, de los padres, de los profesores, de la desmotivación juvenil… pero nadie se acordará de las votaciones del pasado 20N, como nadie recuerda ya, aquella Ley del Suelo de Aznar que nos hacías recordar en tu blog hace unos días.
Un saludo.
Lo que tú dices: invente una profecía y luego hágala realidad.
Aún tendremos que aguantar algún "te lo dije" del Gobierno.
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