Si algo hay más horrible que la salvaje agresión que esos
cinco machos recalentados llevaron a cabo en los sanfermines de 2016 contra una
joven de apenas dieciocho años a la que violaron en masa, aprovechándose de su
embriaguez y su miedo, eso que supera el horror de aquella noche en un portal
de Pamplona no es otra cosa que la reacción de una parte de la sociedad, medios
de comunicación incluidos, que trata de justificar la brutalidad de quienes se
hacen llamar "La Manada", poniendo en duda la actitud de la víctima,
acusándola poco menos que de haber consentido, si no incitado, a sus agresores,
Que haya salvajes frustrados en su día a día que necesiten
perderse en la multitud y el alcohol de una noche de fiesta para desatar sus
complejos más oscuros puedo llegar a creerlo. Lo que ya me resulta increíble es
que haya una familia, supongo que habrá en ella madre y hermanas, que, para
aliviar la culpabilidad de su "niño" contraten detectives para
husmear en la vida de la víctima a la búsqueda de comportamientos o actitudes
que justifiquen la salvajada del hijo de su cliente, como esos cerdos que hozan
la tierra en el monte, a la búsqueda de las trufas que luego se queda su amo.
Desespera y cómo comprobar que la sangre, la tradición y eso que esconden bajo
el manto de la cultura sigue valiendo para justificar lo injustificable, para
justificar desde el grupo, el clan, y sus falsas razones lo que, de uno en uno
y desde el otro lado de la tragedia, aborrecerían.
Pero esa basura está ahí, conviviendo con nosotros, y no es
tan difícil toparse con ella. A veces basta con encender el televisor una
mañana y encontrarse en él con un tal Nacho Abad, experto en morbo y
manipulación, eso que todo buen periodista debería esquivar, al frente de un
despliegue tecnológico encaminado a encontrar en las grabaciones que aquella
noche hicieron las cámaras de vigilancia de las calles de Pamplona, algún
gesto, alguna sonrisa, alguna mirada, que diese a entender complicidad entre la
víctima y sus agresores, como si querer pasárselo bien o, incluso, coquetear
con uno de ellos pudiese interpretarse como el consentimiento para lo que luego
ocurrió.
La defensa de esos cinco energúmenos, todos lo son, sea cual
sea su papel en la agresión, argumenta también que la joven, una vez en el
portal, no opuso resistencia, ignorando que, ante la superioridad del grupo, el
aparente asentimiento, que no consentimiento, no es más que una forma de
defensa, una minoración de los daños, en una situación en la que puede estar en
juego la vida.
Nadie en su sano juicio puede pensar que, con dieciocho años
y en uso de sus facultades, una mujer acceda a dejarse manosear y penetrar de
todos los modos imaginables por cinco hombres. Por eso no soy capaz de entender
a quienes tratan de justificar lo ocurrido. No soy un pacato en cuestión de
sexo y no descarto nada en él, siempre que haya consentimiento consciente entre
quienes lo practican. No me puedo imaginar, por eso, en medio de una situación
como aquella. Una situación, no sólo buscada, sino anunciada por los agresores,
que, camino de Pamplona, imaginando lo que pensaban hacer y una vez cometida su
tropelía se pavonearon en "las redes" con el trofeo de la grabación
de aquello, como los cazadores posan con su trofeo después de abatirlo.
Produce arcadas saber que compartes la calle o un asiento en
el metro con personajes así, pero más las produce que el juez que ha de decidir
la pena para los acusados haya admitido la inclusión en la vista de ese informe
despreciable de un detective de parte, porque al juez no deben importarle lo
que ocurrió antes o después de la agresión, porque una mujer, una mujer
cualquiera, no necesariamente la víctima, cuando dice no o cuando, ante la
presión de un grupo como aquel, no encuentra fuerzas para decirlo, debe ser
protegida por la ley.
Sin embargo y por desgracia, en ese juicio podemos esperar
cualquier cosa, porque la manada, las manadas se manifiestan de muchas formas,
dejando siempre su hedor allá por donde pasan.
3 comentarios:
Muy bien expresado ...
Saludos
Entiendo que todo lo que expresas está basado en un conocimiento exacto y correcto de lo sucedido... Es más, supongo que estabas presente y no solo eso, sino que de alguna manera, conoces los pensamientos y las motivaciones de unos y otros... Y en ese caso estoy totalmente de acuerdo contigo... Porque si es verdad todo lo que dices, es algo totalmente execrable.. y para que tengan el castigo que merecen creo que deberías compartir tis fuentes con quién está jugando el caso...
I por el contrario, se trata de una opinión basada en la información que publican los medios, creo que lo mejor sería esperar a ver si son culpables o no...
Cuando tú, mi sutil e irónico lector -no puedo creer que quien se esconde sea una mujer-, compartas tu identidad con todos nosotros.
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