miércoles, 23 de diciembre de 2015

HASTA AHÍ PODÍAMOS LLEGAR... O NO


Ver para creer o, como dicen en mi barrio, "para mear y no echar gota". Porque quién iba a decirnos, después de la abrupta campaña -o sólo sobreactuada, ya no lo sé- que acabaríamos hablando con tanta naturalidad y en tantos ámbitos de la posibilidad de que el PSOE permitiese un gobierno, otro más, del desgastado y corrupto PP, con el "no decente" Mariano Rajoy a la cabeza.
De acuerdo en que el rompecabezas que ha dejado Papá Noel a la política española es de muy difícil solución. De acuerdo con que, en Bruselas, en la CEOE, en algún que otro sindicato y en el Parnaso socialista, pagado de sí mismo y por las eléctricas y operadoras de telefonía, se vería con buenos ojos un acuerdo que permitiese mantener la caldera caliente, sin el bochorno de acudir por segunda vez a las urnas, ahora sin máscaras, para deshacer este aparente empate, en el que, por ahora, la única salida es un "contradiós! fruto del acuerdo entre enemigos -o sólo adversarios- irreconciliables hace apenas tres días .
De acuerdo en que la otra solución, la del acuerdo entre partidos de izquierda y nacionalistas sería más lógico. Sin embargo, la diversidad y el número de los concurrentes lo harían inestable, amén de que alguno de los posibles firmante se han empeñado, curioso empeño, en cargarse de hipotecas y rodearse de campos de minas que ahora le imposibilitan cualquier movimiento de acercamiento a quienes ahora le serían necesarios para formar gobierno.
Abrumados por las encuestas, demasiadas y demasiado seguidas, e influidos por el entusiasmo de unos y otros, no supimos o no quisimos ver que existía la posibilidad de estas absurdas tablas, en las que la suma de los votos de la izquierda supera con creces a la de la derecha y, sin embargo, los escaños conseguidos impiden la formación de un gobierno de ese color, por más que se agote la gama del rojo en él. Hipnotizados más por nuestros que advertidos por la realidad, confiamos, al menos ese sería mi caso, en que, de uno u otro modo, otro gobierno fuese posible.
Pero no. En este mundo dominado por la especulación y la inversión fácil, ninguna empresa estaría dispuesta a que sus negocios, sus comisiones, sus sobornos, se fiscalicen desde las instituciones. Por eso y nada más que por eso, están dispuestos a echar el resto en los medios que controlan y a mover los hilos de las marionetas que pagan para crear el estado de opinión que permita la alianza PP, PSOE y Ciudadanos, que permitiría gobernar a Rajoy tras las consiguientes abstenciones en la investidura.
Lo malo -y menos mal que es así- es que el PSOE es un partido en caída libre, con un líder al que le ocurre otro tanto, que sabe que, si traiciona a sus electores, después de un calvario de fracasos, podría ir de cabeza a un papel prácticamente residual, si no a su desaparición, Y menos mal que es así, menos mal que donde más larga ha sido la mano de Pedro Sánchez, el Madrid descafeinado que ha dejado, más grande ha sido el fracaso, porque, de no ser así, igual se atrevería.
En cualquier caso y ante este panorama, la mejor solución sería, creo, barajar y dar cartas de nuevo, ir a unas nuevas elecciones que desatasquen este panorama que, en cualquier caso, ha despertado el interés de los ciudadanos por la política. Otra cosa, especialmente la traición del PSOE a sus votantes, permitiendo que siga en el gobierno el partido de los recortes, el de la troglodita "ley Wert", el de los intentos de limitar el derecho de las mujeres a decidir sobre su embarazo, el de la justicia para unos pocos, el de la corrupción, el de los sobres, el de la insolente y faltona Esperanza Aguirre, sería más que indignante. Hasta ahí podíamos llegar, señor Sánchez. Pero uno ta anda curado de espantos. Y, si no, ahí van dos ejemplos, porque ver a Mas y los suyos desabrochándose los pantalones, a punto de bajárselos ante las CUP o a Mourinho otra vezo en el banquillo del Real Madrid me descoloca y, curándome en salud como el propio Rajoy se cura a menudo, tengo que matizar a la gallega la firmeza de mi afirmación y dejarla en "Hasta ahí podíamos llegar... o no".


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1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Somos de pandereta...en la playa !

Saludos