Que el suelo se está moviendo bajo los pies del PP es cada
vez más evidente. Y lo es porque esa casta de intocables que hasta ahora han
sido sus dirigentes se está viendo cada vez más señalada y marcada por la
opinión pública a la que, no sólo le llegan cada vez más noticias de sus
"pecados", sino que cada vez está menos dispuesta a perdonarlos. Si s
eme permite, al PP y a quienes pecan en él o desde él les pasa como a esos
cuñados, tan simpáticos y adorables mientras están a bien con los hermanos, tan
guapos y divertidos en las comidas familiares que, cuando, no ya la
infidelidad, sino la ruptura se atisba en el horizonte, comienzan a ser vistos como
seres depravados en los que lo que antes fueron virtudes se tornan en
imperdonables defectos, personajes de los que huimos a la hora de sentarnos a
la mesa o de hacernos una foto ahora, lo mismo que antes les
perseguíamos.
Ya nada o casi nada se les tolera. Ya no hay nadie o casi
nadie que pare o desvíe en las redacciones las informaciones que les retratan.
Ahora, unos y otros toman posiciones de cara al tiempo que se avecina o, mejor
dicho, abandonan los fortines desde los que defendían el territorio de los hoy
caídos en desgracia, Nadie o casi nadie ha defendido a Rato en su calvario,
salvo lao que hemos puesto reparos al espectacular círculo de tres pistas que
se montó para su efímera detención, una detención que, una vez conseguida la
foto que ha dado la vuelta al mundo, se desvaneció en el aire.
Una prueba de lo que digo es que, si ayer le tocó a Rato ser
el malo, muy malo, de la película, hoy, ese honor les cabe a Federico Trillo,
varias veces ministro y presidente del Congreso, viviendo hoy el cómodo retiro
de embajador en Londres, y al alegre y combativo diputado popular por Murcia,
amigo de sus amigos, aunque se llamen Rodrigo y se apelliden Rato, el locuaz
Vicente Martínez Pujalte, a los que la Agencia Tributaria, otra vez la Agencia
Tributaria, ha "pillado" cobrando, y cómo, de una constructora
que trabaja casi en exclusiva para las diferentes administraciones gobernadas
por el PP y que está siendo investigada a propósito de sus
"chanchullos" con el gobierno de Castilla y León.
Los pagos de la constructora, beneficiaria de la
adjudicación de obras para la construcción de parques eólicos en Castilla y León,
se hicieron a sendos despachos de asesoría, propiedad uno de Trillo y dos de
sus hijos y participado el otro por Martínez Pujalte, martillo de herejes en el
Congreso, dispuesto siempre a defender la honorabilidad de sus amigos, tanto
como a alimentar insidiosos rumores como aquel en el que situaba a Luis Roldan,
muerto y silencioso, en el fondo del mar,
Las asesorías, de las que no queda el más mínimo rastro,
porque según los señalados eran orales, se pagaron a precio de oro, 75.000 a
Pujalte por un año de consejos y 350.000 al despacho de los Trillo por tres de
asesoría jurídica, actividad farragosa y generadora de papel que, por extraño
que parezca, nunca dejaron el menor rastro escrito.
Si yo fuese malpensado, que a veces lo soy, pensaría que a
uno y otro se les estaba pagando algún favor, llevando a cabo alguna mediación
propia de "La escopeta nacional", de la que lo mejor es no dejar
pruebas. Pero ya digo que no siempre soy malpensado, sólo a veces. Además, hoy
mismo he escuchado a tan verborreico diputado murciano decir que su actividad
en el despacho había sido autorizada por el Congreso. También he escuchado
cómo, preguntado sobre lo ético de su actividad, ha dicho que su comportamiento
era "ético no, legal".
Así nos va, acosados por conductas, leyes y reglamentos que
tienen poco o nada de ético y todo de legal. Sólo cuando lo ético se imponga a
lo legal estaremos a salvo de personajes como Rato, Trillo o Pujalte a los que,
afortunadamente, ahora se les mueve el suelo bajo los pies.
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1 comentario:
Un tema realmente desagradable....
Saludos
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