Ayer domingo, mientras me preparaba pasar someterme al
suplicio del sol de justicia que desde hace días luce sobre Madrid, al escuchar
al director de AS, Alfredo Relaño, en la SER fuera de su horario habitual,
pensé algo del desayuno, el tomate de la tostada o la leche del café, me había
sentado mal, porque le escuché decir que, pese a las corruptelas destapadas en
la FIFA por el FBI, el organismo que rige el fútbol internacional organiza bien
los campeonatos del mundo y que en los partidos que organiza aparecen niños con
"mensajes", atribuyendo, además, a los Estados Unidos una intención
perversa en la investigación que perseguiría quitar a la Rusia que pretende
quedarse con Crimea la organización del mundial 2018.
Menos mal que no defendió la celebración del mundial de
Qatar, donde habría que jugar a cuarenta grados a la sombra y donde los
estadios en que se celebrarán los partidos bajo un sol como el que padecemos
estos días en el centro de la península, se construyen a marchas forzadas y con
mano de obra que soporta inseguridad, riesgo de accidentes y condiciones de
trabajo cercanas al esclavismo, como si de unas nuevas pirámides se tratase.
Una decisión tan absurda, la de conceder el mundial a Qatar, que sólo la
corrupción y una suma de intereses bastardos la justificaría.
Sin embargo, Relaño se mostró tan pragmático como los
votantes del PP que, mientras se mantuvo la bonanza de la burbuja
inmobiliaria, miraron para otro lado y no quisieron ver la maquinaria corrupta
y antidemocrática en que se ha convertido el partido que "todavía"
gobierna España. Como aquellos que han votado al PP hasta ahora o como ese
Felipe González que regresó de China entusiasmado por el proverbio delos gatos
que le había enseñado Deng Xiaoping, gatos de los que no importaría el color
siempre que cazasen ratones.
Pues bien, señor Relaño, señor González, señores votantes
del PP, claro que importa, si no el color del gato, sí que, además de cazar
ratones, no se coma lo que hay en nuestra despensa. Y me temo que los ratones
de los que hablamos, aquí y en la sede de la FIFA en Suiza, llevan unos cuantos
años, por no decir décadas, comiéndose el queso y las galletas de la despensa
común, mientras les aplaudimos embobados, sin importarnos la calaña de quienes
recaudan y gastan, sea en el fútbol o en el Gobierno. Y no hay más que ver al
personaje que se ha encaramado a la presidencia del fútbol español, un tipo
hosco y malencarado, al que, ni siquiera como primo lejano de los padres de uno
de los contrayentes, querríamos en una boda.
Llevábamos demasiado tiempo embobados con obras faraónicas
que no nos podemos permitir, con una economía basada en la especulación y el
crédito que nos hizo creer que éramos los reyes del mambo y, a la postre, nos
ha dejado con una mano delante y otra detrás, cuando no en la mismísima calle,
después de toda una vida trabajando para pagar un piso que ahora es, como el beneficio,
de los bancos y los banqueros que, junto a los políticos que con nuestro voto,
eso sí, se lo han consentido, verdaderos responsables, junto con nuestra
ceguera, de la desgracia.
Quizá Relaño tuviese razón al decir que la FIFA organiza
mejor que el COI, quizá también la tenga al pensar que lo que interesa al FBI
es arrebatar el mundial a Rusia. Quizá muchos españoles han vivido en los años
pasados una época de lujo y caprichos que no esperaban, Quizá, Pero eso no
justifica tanto abuso ni puede llevarnos a ignorar que, en nuestra casa, más de uno y de dos gatos,
demasiados gatos, no eran del color apropiado.
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luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
1 comentario:
El epílogo es un verdadero epitafio....
Saludos
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