Foto EFE
Quienes, por suerte o por desgracia, ya vamos
teniendo "una edad" y llevamos por tanto ya mucho
tiempo padeciendo la hipocresía de las clases dominantes de este país
conocemos a la perfección el cínico mecanismo que permite a muchos de quienes
la integran atender a un tiempo a las pasiones y la rígida e intolerante
moral que parecen imponerse y nos imponen. El truco está, como casi siempre, en
el dinero y el patrimonio de que disponen.
Así, durante décadas, los guardianes de la moral del
anterior régimen se han aliviado las urgencias de sus "bajas
pasiones" retirando "señoritas" que conocían en discretos
burdeles, señoritas con las que, a veces, llegaban a "fundar"
familias paralelas, con hijos a los que no llegaban a reconocer, pero de los
que se ocupaban de por vida, facilitándoles estudios o, al menos, una
colocación estable y decente.
Es la misma moral que persigue a las mujeres que no pueden
permitirse tener un hijo, por cualquiera que sea la razón que se lo impide,
mientras llevan a sus hijas, hermanas o esposas a discretas clínicas en el
extranjero, donde nunca van a quedar expuestas a que nadie acceda a los
ficheros. Todo bajo la más absoluta de las discreciones, porque lo importante
es salvaguardar la higiene del cuerpo y del apellido.
El resto de mujeres que tienen la misma necesidad de amar y
ser amadas, que sufren, al igual que los sufren las niñas bien, los abusos de
novios, familiares, amigos o desconocidos, se ven obligadas a recurrir a
oscuras parteras, métodos inciertos y de alto riesgo o a resignarse a tener un
hijo no deseado que va a marcar su vida para siempre, impidiéndole terminar sus
estudios, conservar un empleo o buscar una pareja.
No es otra cosa que la maldita moral, en este caso católica,
que regala el perdón a quien se dice arrepentido y establece mecanismos para
"amortizar" esos hijos no deseados facilitando su adopción a través
de mecanismos no siempre claros, no siempre legales, con la justificación
a-moral de que están entregando a estos hijos del pecado a familias de orden y
católicas. Es algo que se ha dado y se da en este país y que hace unos años, no
tantos, se hacía "por las bravas" y que hoy encuentra otros
mecanismos más sutiles para el mismo fin, porque se puede quitar un hijo sin
más o se puede quitar bajo una dura presión social convenientemente ejercida,
disfrazando el robo como solución.
Es la moral de quien considera a la mujer como ganado,
dispuesto siempre para el placer y el reposo del guerrero, novio, amante o
esposo, dispuesta a darle hijos y a sacrificar su propio yo en aras de la
familia, reducida a poco más que animal de compañía, con el que a veces se
puede hablar hasta de fútbol.
Es la doble moral, sustentada por el dinero. La misma que ha
llevado y lleva algunos personajes a ocultar su verdadera opción sexual,
disfrazándola bajo matrimonios postizos y de conveniencia que les permitan
seguir siendo bien vistos, intachables y dignos de alcanzar puestos de
responsabilidad.
El proyecto de ley aprobado por el Gobierno nos ha vuelto a
colocar a los ojos del mundo civilizado en el papel de la más negra de as
Españas, no hay más que leer la carta remitida por Francia al gobierno
mostrando su preocupación por el retroceso que supone la obra de Gallardón, un
proyecto que nos devuelve a tiempos ya superados y abriendo de nuevo y aún más
la brecha que separa a los hombres y a las mujeres por razón de cuna,
condenando en público lo que con dinero puede hacerse "de tapadillo",
imponiendo una moral insoportable, salvo que el dinero permita abrir resquicios
por los que escapar de ella.
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luz" en http://javierastasio2.blogspot.com/ y en http://javierastasio.blogspot.es y, si amas la buena música, síguenos en “Hernández y Fernández” en http://javierastasio.blogspot.com/
1 comentario:
Como siempre sus artículos son muy interesantes pues aporta datos e información desconocida para muchos jóvenes, además de pedagógicos.
Y echamos en falta un nuevo post.
Saludos
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