¿Invitarías a tu fiesta a la vecina que alquiló su piso a
ese otro vecino indeseable que miente sobre ti, te insulta, te desprecia y,
sobre todo, hace lo posible para echarte de tu casa? Seguro que no lo harías y
que, si se presenta en tu fiesta le invitarías, con más o menos educación, a
que se fuera por donde había venido.
Precisamente eso mismo fue lo que ocurrió ayer en la marcha
del 8-M de Madrid, de la que Begoña Villacís, teniente de alcalde del
Ayuntamiento de Madrid gracias a VOX, fue invitada a salir con tanta
insistencia que la policía, como ocurriera en la pasada marcha del orgullo con
ella e Inés Arrimadas, le recomendó dejar la manifestación.
Tienen que entender que, aunque su partido, como el PP,
pretenda esgrimir el feminismo como una de sus señas de identidad, vendieron su
honorabilidad y coherencia democráticas a cambio del plato de lentejas de sus
sillones en los gobiernos de Andalucía, Madrid o Murcia y en muchos
ayuntamientos.
Tienen que creer que por más que se digan a cada minuto que
ellos no son Vox, Vox es lo que es hoy gracias a ellos, porque, como en la
expansión del covid 19, no haber aislado a tiempo el virus de la intolerancia,
el antifeminismo y su disfraz del más rancio integrismo moral y religioso, ha
sido clave para que la intolerancia burda, inculta y mentirosa de Vox se instale
en las instituciones.
Les vendría bien a la señora Villacís y a sus compañeros
repasar la historia de Europa, especialmente la de Alemania, para comprobar que
Hitler llegó a la cancillería con el apoyo de personajes de doble moral,
políticos de la derecha moderada y empresarios, tendieron el puente de plata
que llevó a Hitler a la cancillería y de allí al tercer Reich. No digo yo que
esto vaya a ocurrir en España, pero las cosas, sobre todo en política, se sabe cómo
comienzan, paro no se sabe cómo acaban.
Ciudadanos, con sus "lideresas" a la cabeza, no
puede pretender que, después de años de ignorar al feminismo, después de haber
pretendido enmendar la plana a las feministas, diciéndoles qué es y qué no es
feminismo, ahora en que el movimiento feminista se ha consolidado y crece cada
día más, se les haga un sitio de honor en la cabecera de sus manifestaciones.
Tienen que entender que lo suyo, sus intentos de subirse al tren en marcha sean
vistos, cuando menos, como oportunismo, si no como un intento de boicotear las
marchas, provocando incidentes en ellas, algo a lo que Ciudadanos parece
haberle cogido gusto, siguiendo las tácticas de "auto escrache" de
las que Inés Arrimadas, en Navarra, Euskadi y Cataluña se convirtió en
especialista.
Los partidos de la derecha y Ciudadanos de momento lo es,
por sus hechos los conoceréis, tienen que entender que no pintan nada junto a
las feministas, junto a ese feminismo que lleva años luchando por conquistar
unos derechos que ellos, si alguna vez los reconocen, lo hacen por puro
paternalismo o por conveniencia. Ciudadanos se ha especializado en el
victimismo, en un victimismo al que el PP ni siquiera se atreve, porque
prefiere pasar inadvertido, mandando a la manifestación a dirigentes de perfil
bajo que se libraron de los abucheos, simplemente, porque no fueron
reconocidas, porque, de haberlo sido, de los pitos no les hubiese librado nada,
porque, repito, no pintaban nada.
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