viernes, 4 de marzo de 2016

NO ES UN JUEGO DE TRONOS


Por más que insista Pablo Iglesias, en la vida no todo es ganar o morir, no todo es blanco o negro. La vida real, la que nos ha tocado a casi todos, está llena de tonos grises y pardos. La vida no es, como piensa Iglesias, el escaparate en el que vive. En la vida real, en la nuestra, hay almacenes que barrer, estanterías que limpiar y basura que sacar todos los días.
Pablo Iglesias se va a la cama, día sí, día no, convencido de que, en unas cada vez menos hipotéticas nuevas elecciones, Podemos "sorpassaría" al PSOE, pero, no sólo las encuestas le quitan o le dan la razón, también un día sí y otro no, sino que aun en el caso de que fuese así, la izquierda desencantada se dejaría tantos votos en el camino que muy probablemente ni siquiera reproduciría el escenario en el que, todavía hoy, es posible un gobierno de progreso, como le recordó ayer Manuela Carmena.
Él sabe que, hasta que saque todos los conejos y palomas de su chistera, hasta que no encienda todas sus bengalas y lance todos sus cohetes, su camino irá en ascenso, pero debería saber también que llegará un día en que ya no le quede nada en el sombrero. Un día en el que el beso a un diputado ya no sorprenda, en el que las rastas ya no asusten ni siquiera a la rancia Villalobos, un día en el que llevar un niño al pleno -por cierto, dónde estaba ayer el bebé de Bescansa- ya no dé que hablar y ni siquiera cause impresión. Un día, en fin, en el que habrá que remangarse y participar, un día en el que habrá que someterse al desgaste de acertar o equivocarse y que eso tenga consecuencias.
Ahora, en lugar de facilitar con la abstención de Podemos y sus mareas la creación de un gobierno de progreso, un gobierno que destierre para siempre de la política española a un personaje tan nefasto como lo es Mariano Rajoy, parece que va a tirar la llave al estanque para llevarnos a unas nuevas e inciertas elecciones ¡qué lástima que esas elecciones n o se hubiesen celebrado dos semanas después de las de diciembre y nos pillen un poco cansados, un poco desengañados y, a muchos, algo más que asqueados! Qué lástima, porque a más de uno les apetezca más pasearse por la playa o por el campo que acercarse al colegio electoral a votar otra vez y podemos perder el efecto que la participación ha tenido siempre en los triunfos de la izquierda.
Pero no sólo eso está en juego. También podemos perder ya mismo los gobiernos de progreso que las pasadas elecciones y las consiguientes negociaciones han dejado en las grandes ciudades y no pocas comunidades autónomas. Puede ocurrir que, como las fichas de un dominó, vayan cayendo uno tras otro esos gobiernos que tanto han ilusionado a vecinos y ciudadanos cansados de tanto abuso y tanta corrupción que, por una cuestión de estrategia, por un cálculo errado del fogoso Iglesias y los suyos, podrían volver a caer sobre nuestras cabezas.
Si eso llegase a pasar, creo que serían muchos los que, a unos y otros, no se lo perdonarían jamás, de modo que, ni tan siquiera,  de hacerse realidad los más alambicados cálculos sobre trasvase de votos les darían escaños suficientes para cambiar las cosas, porque a la vista está y ya trabaja para ello, que Albert Rivera puede llevarse muchos votos que, incluso en diciembre, fueron del PP, convirtiéndole en más decisorio, si no en fundamental para la formación de un nuevo gobierno, con lo que, en julio, podríamos asistir a la investidura del líder de Ciudadanos.
Todo esto lo han hecho, lo están haciendo posible unos y otros desde lo que llamamos izquierda, con su ancestral instinto sectario y suicida. Pero, aun siendo eso cierto, no hay que olvidar que quienes pusieron la primera piedra para el desencuentro de las fuerzas de progreso fueron los guardianes de las esencias del suelo patrio en que se han convertido los llamados barones del PSOE y eso que más de uno se ha beneficiado, para alcanzar el gobierno que ahora ocupan, de los votos de aquellos a los que anatematizaron para impedir un pacto entre el aprendiz de brujo que se les ha descontrolado y el aprendiz de Anguita que les ha recordado inoportunamente su pasado,
Pero por más que lo crea Iglesias, por más que en esto haya intrigas, odios y venganzas, eso no es un juego de tronos, es algo mucho más serio, porque se trata de nuestras vidas ¡ Por favor, tratadlas con cariño!



3 comentarios:

Astroboy dijo...

Un...gobierno..de progreso?

Ok, vale. Vamos a suponer que todas las críticas a Iglesias son ciertas.

Eso es una cosa.
Lo que no puedes es después de la retahíla de críticas a Iglesias, decir 'un gobierno de progreso' y quedarte tan ancho. No es un gobierno de progreso porque nos des tu palabra de honor de que lo es.

Quizás deberías de haber dedicado el post no a decir por qué Podemos es malísimo y que Iglesias un día se quedará sin diputados que besar...para explicarnos por qué carallo crees tú que esa mierda de pacto vergonzoso entre la derecha neoliberal de Ciudadanos y un partido que perdió totalmente su izquierdismo hace ya tiempo como el PSOE es un puñetero gobierno de'progreso'. UN gobierno que te ofrece un pacto donde hay como 300 medidas, pero ninguna de ellas son de cambio y progreso real. ¿Cómo se puede progresar sin derogar la reforma laboral o la lomce, o sin echar a trás los recortes en educación o sanidad, o permitiendo que se siga desahuciando sin dar ni una sola alternativa?

¿Con qué cara dura se llama gobierno de progreso a una maniobra gatopardista que va a dejar las cosas importantes tan mal como estaban con Rajoy?

¿Cómo puede ser un gobierno de progreso uno supeditado al apoyo legislativo (chantaje legislativo más bien) de una formación de derecha?

¿Cómo puede ser de progreso un gobierno que pide apoyo para una investudira y para decir SÍ a todo pero no se le da la mínima contrapartida en acordar unos mínimos con las medidas realmente necesarias e importantes para el país?

De verdad, hay que tener mucha caradura.

Astroboy dijo...

A ver, que yo me entere. NO puede ser que se cambie tan rápido de opinión, no entiendo cómo el día 2 de Marzo el autor del blog escribía ESTO:

"El discurso de investidura que ayer pronunció Pedro Sánchez ante el pleno del Congreso no fue nada ilusionante. Apenas sirvió para convencer a los convencidos, a los militantes más entusiastas de su partido, esos que el pasado fin de semana respaldaron su, a mi modo de ver vergonzante, acuerdo con Ciudadanos. Ni siquiera creo que haya satisfecho a una parte importante de sus votantes, porque los que hubiesen aceptado tan ominosas condiciones ya le dieron su voto en diciembre a los de Rivera.
Es triste, pero es así, porque no creo que haya muchos votantes del PSOE que no se definan como de izquierdas y, sin embargo, en lo económico, que es lo que más preocupa ahora a la mayoría de los españoles, lo firmado con Ciudadanos no es en absoluto de izquierdas, por no decir directamente que directamente es de derechas, de la peor derecha, esa que ha impuesto la economía especulativa y va camino de acabar con el mundo que algunos hemos conocido y ya empezamos a añorar"


Y ayer escribía ESTO:

"Ahora, en lugar de facilitar con la abstención de Podemos y sus mareas la creación de un gobierno de progreso, un gobierno que destierre para siempre de la política española a un personaje tan nefasto como lo es Mariano Rajoy, parece que va a tirar la llave al estanque para llevarnos a unas nuevas e inciertas elecciones"


Que alguien me explique cómo se pueden tener visiones tan opuestas en solo dos días y con el agravante de que el día 2 el autor probablemente sabía, como sabíamos todos, cómo iban a concluir los debates de investidura.

Bipolaridad?
Doble personalidad?

Anonadado me quedo.

Javier Astasio Arbiza dijo...

Simplemente, reacción (argumentada) a los cambios de personalidad y de opinión de quien se dice líder de la gente y pasa de ella. La bipolaridad, es otra cosa que ni padezco ni te deseo, a ti ni a nadie.