A veces, para entender los que pasa dentro, hay que mirar
hacia afuera. Es precisamente eso lo que está ocurriendo en el PSOE desde que,
el pasado domingo, anunció sus intenciones y comenzó a tomar sus primeras decisiones.
No hay más que ver las reacciones de los otros, las declaraciones de quienes
antes o después volverán a ser sus rivales en las urnas o, quién sabe, sus
hipotéticos aliados, para comprobar que Sánchez va por el buen camino.
De memento y desde la experiencia de haber padecido su
gobierno durante cinco años, sé que lo que es malo para Rajoy suele ser bueno
para los ciudadanos y, aferrándome a esa convicción. no puedo más que
felicitarme al ver la inquietud, si no pánico, mal disimulados que la
designación de Sánchez y su primera declaración de intenciones, fijándose como
objetivo desalojarle de La Moncloa, han provocado en el líder del PP.
Del mismo modo las acusaciones que desde el mismo PP y desde
Ciudadanos se lanzan contra el flamante secretario general socialista de estar
"podemizándose" deberían indicarnos que esa es y no otra la senda, la
de hacer todo lo posible para conseguir una unidad de acción de la izquierda,
la que debería seguir el nuevo PSOE, el recién reconquistado por sus bases, en
el futuro.
Han sido demasiados los años en los que los dirigentes del
partido han vivido de espaldas a la gente, demasiados los años en los que esos
dirigentes, Bono, González. Almunia, Rubalcaba o la misma Susana Díaz, tenían
más que ver con los Zaplana, Gallardón o Cospedal y sus amigos que con la
mayoría de los militantes de su partido. No sé si porque el roce hace el
cariño, lo cierto es que unos y otros habían llegado a tener demasiadas cosas
en común, desde asientos en los palcos de los estadios de fútbol a algún que
otro negocio poco claro.
Eso, desde ya y, aun siendo pesimista y agorero, hasta
dentro de unos años ya no será lo mismo, entre otras cosas, porque los
militantes que han creído en Sánchez y le han dado todo su apoyo van a estar
muy vigilantes para que toda su ilusión no acabe malográndose como ocurrió con
esos otros líderes, a los que emborracharon el poder y la confianza de los
electores, hasta el punto de dejarles ciegos y sordos para los problemas de los
ciudadanos.
Al otro lado del arco político, Podemos parece también
querer hacerle los deberes a Sánchez, algo a lo que Iglesias ya está
acostumbrado, olvidando que el Pedro Sánchez marioneta de González y sus
interesas con el que negoció la investidura tiene poco o nada que ver con el
Pedro Sánchez crecido y autónomo que ha resurgido de las primarias, con el que
tendrá que hablar, no desde la soberbia que justificaba el imposible, sino
desde la deseable colaboración que esperan los votantes de uno y otro.
Está claro que el PSOE de hoy no es el de hace tan sólo una
semana y, e so, bien lo saben quienes se jugaron todo a la carta de la
continuidad de Susana Díaz. Por eso los Lambán, los García Page y los Tximo Puig
o la misma Susana Díaz están cavando trincheras en torno a su fortín, acopiando
fuerzas para tratar de impedir que esa marea de renovación que parece haber
despertado tantas ilusiones en quienes queremos que todo esto cambie desde el
pasado fin de semana.
Creo que, mientras no haya elementos que garanticen el éxito
de una moción de censura, lo más útil va a ser el desgaste parlamentario, algo
que, con la gestión del grupo parlamentario que, no me cabe duda, hará
Margarita Robles va a confirmar que "cuanto peor -para Rajoy, claro- mejor
para todos". Parece que desde el domingo hay otro PSOE, uno que en los
primeros años de la democracia fue capaz de colaborar con el PCE para comenzar
a cambiar este país. Esa es la única salida, porque, como dice el lider de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, quien, por cierto, encarnó el domingo la primera representación del sindicato en un congreso socialista, "si alguien en la izquierda piensa en llegar a La Moncloa en solitario, se equivoca". Esperemos que se den cuenta de ello y que se vuelva a aquella fraternidad perdida y que lo que viene se parezca en todo, menos
en la vergonzante deriva que tomo luego.
1 comentario:
Excelente artículo: "...esa es y no otra la senda"
Saludos
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