lunes, 17 de octubre de 2016

NO ES NO, COMPAÑEROS


No lo puedo remediar. Escuchar a Fernández Vara pontificar sobre lo que debe hacer el PSOE en la investidura de Rajoy y escuchar, además, que es el único dirigente socialista que se ha mantenido en la coherencia, me pone de los nervios.  No lo puedo remediar.  Tener que aceptar ese marchamo de sinceridad y decencia para quien hace no tanto se deshizo en críticas a aquellos díscolos diputados de la Izquierda Unida extremeña que se abstuvieron para dar el gobierno a Monago, mandándole a la oposición, se me hace insufrible.
Recordaba y, por si me quedaba alguna duda, acabo de escuchar aquellas palabras suyas en las que negaba legitimidad a aquellos diputados para hacer oposición a Monago, por haber facilitado su llegada al gobierno. Precisamente, lo que él pretende que hagan sus compañeros en el Congreso. Escuchándole, no puedo más que acordarme de Groucho Marx y su teoría de los principios "tengo estos, pero, si no le gustan, tengo otros. Fernández Vara me parece un trilero de la peor calaña, al que nunca le ha importado -lo aprendió de su antecesor Rodríguez Ibarra- hurgar con su palo en el avispero catalán o en el vasco, a sabiendas de que sus soflamas patrioteras y simplistas acarraban votos extremeños a su graneo, a expensas de sus compañeros del PSC o del PSE.
No me fío de los miserables y Fernández Vara me lo parece. Estoy seguro de que piensa más en su futuro, en su futuro pequeño en Extremadura, que en conseguir que su partido, el PSOE, se siente por fin en el diván para decidir si su alma y sus principios coinciden con los de la gente de la calle, los que sufren las consecuencias de la corrupción y la codicia del capitalismo y quienes lo defienden o, por el contrario, prefieren alinearse quienes se sientan en los consejos de administración, ciegos y sordos al dolor y las dificultades de la gente.
Por si acaso, Fernández Vara huye de como de la peste de cualquier cosa que huela a consulta a las bases, a democracia, Dice que cuando se consulta a las bases "se pierden los matices" y es que, claro, personajes como él viven instalados en los matices, viven de la ambigüedad y en el caciquismo de creer que gran parte de que los de abajo no piensan y, si piensan, nada importa lo que piensen.
Fernández Vara nada que ver con su compañero Miquel Iceta, recién elegido primer secretario de los socialistas catalanes, un partido que le ha ratificado en su puesto después de anunciar, como hizo su rival, Núria Parlón, que mantendría su intención de votar no al apoyo a Rajoy en el Comité Federal a celebrar aún sin fecha. Toda una lección, ésta sí, de coherencia frente al "culebreo" de la gestora y gran parte de la aristocracia socialista. 
Ahí radica la enfermedad del PSOE en esa aversión a la democracia sin filtros, al conocimiento de lo que realmente piensan las bases en cada momento. Tanto es así, que los dos ganadores de las únicas primarias celebradas en el partido, Borrell y Sánchez, acabaron renunciando después de haber sufrido durante meses el acoso del aparato del partido. A los barones no les gusta, les da pereza, enterarse de lo que piensan sus bases. Prefieren dirigir el partido como un obispo dirige a las parroquias de su diócesis, condenando a las tinieblas exteriores a quienes osan levantar la voz contra sus "pastorales".
No quieren saber lo que piensan de la abstención y prefieren hacer caso de encuestas tan sesgadas y contradictorias como la que ayer publicó EL PAÏS en la que la respuesta ante cuestiones parejas no guarda ninguna coherencia. Y me refiero a que, según sus datos, son más los votantes socialistas que no quieren que gobierne Rajoy que los partidarios del NO. Será porque, como escribió con sorna un usuario de Facebook en mi muro, se trataba de una encuesta de EL PAÍS para Metroscopia.
No sé qué va a pasar de aquí a que se celebre el Comité Federal. No sé cuánta sangre va a correr ni cuántos vana a ser los desgarros. Sólo sé que, si se hace caso a Fernández Vara, el PSOE va a tener las manos atadas para ejercer la oposición, porque será poco más que un animal domesticado a palos y con todos sus dientes limados.
Estoy con Miquel Iceta quien recordaba estos días que el PSOE resurgiría de un mal resultado si se llegan a celebrar las terceras elecciones y en que lo que no está tan claro es que los votantes del PSOE tardarán en olvidar que, con su voto, se facilitó un nuevo mandato de Rajoy. De momento, el NO a Rajoy sigue vigente y, para cambiarlo, la aristocracia de Ferraz está sembrando el camino de cadáveres. Por eso, consuela la coherencia de Miquel Iceta y su rival en el congreso del PSC, que han reafirmado y gritado a los cuatro vientos que "NO es NO, compañeros".

2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Tienen pánico al castigo de una nuevas elecciones...

Saludos

Estrella dijo...

Miedo a perder sus posiciones y, posiblemente, a que salgan a la luz actuaciones no muy claras...