martes, 13 de noviembre de 2018

POR LOS ABUSOS, NO SE FÍA


Siempre he pensado, y pido perdón de antemano a quienes no compartan mi opinión, que Podemos es un aparato disfrazado de partido, que Podemos se formó alrededor de una vanguardia organizada, una vanguardia para la que la gente que les apoya, en las urnas o frente al teclado, es sólo un instrumento para perpetuar el aparato, un aparato cada vez más uniforme, mutilado de todo aquel que haya osado llevar la contraria al líder supremo, un aparato, no ya desconectado, sino aislado completamente de la realidad.
Podemos, siendo un partido joven formado por jóvenes, lleva ya años en crisis, años en los que se mueve de crisis en crisis, crisis resueltas con la más cruenta de las cirugías que, luego, se esfuerzan esconder detrás de abrazos fraternos y canciones de fuego de campamento, como queriendo esconder tras una fachada de agrupación scout lo que, a veces, se parece demasiado a los años más negros de la revolución rusa, por no hablar claramente de estalinismo.
Lo acabamos de ver en Madrid, donde quienes votamos a la candidatura de Manuela Carmena, va ya para cuatro años, contemplamos con disgusto como lo más brillante de esa candidatura, lo más eficaz y popular de su equipo, ha puesto el pie en la pared y ha sacrificado, involuntariamente, por cierto, su militancia para no sufrir la humillación de verse relegados a puestos de dudosa garantía a la hora de ser elegidos por el ex JEMAD, Julio Rodríguez, y el núcleo duro del aparato de Iglesias en Madrid que, con el avieso Ramón Espinar a la cabeza, han optado por colocar a personas sin experiencia de gestión alguna por delante de miembros de toda confianza del equipo de Carmena, reconocidísima y popular entre el electorado madrileño.
Podemos, al menos los integrantes de su aparato son de esos que prefieren quedarse en cabeza de ratón antes que ser cola de un animal digno y poderoso como el león. A veces un llega a pensar que lo de Podemos es un problema de psicoanálisis, por lo que haría muy bien en tumbarse en el diván, para verse tal y como es, con sus defectos subsanables, no como se ve desde la soberbia y cree, sin el menor atisbo de realidad, que es.
El gesto de Rita Maestre y otros cuatro compañeros en el Ayuntamiento, dejando a Julio Rodríguez y quién quiera que esté detrás de él en la elaboración de tan humillantes listas, compuesto y sin novios, no ha sido del agrado de Ramón Espinar, fiel de Iglesias, y su aparato. Por ello se han dado prisa en suspenderles de militancia, tanta prisa que ya la estaban haciendo pública mientras aún se debatía telemáticamente por los miembros del consejo, cortando cabezas en lugar de tender los puentes que ayudasen a reconstruir la unidad dinamitada.
Tengo muchas dudas sobre lo que pueda pasar a partir de ahora. Sin embargo, tengo claro que, si Carmena saca adelante una lista que agrupe a los miembros de su equipo con personalidades de aquí y de allá, profesionales y gente procedente de otros partidos junto a ella, volvería a ganar en Madrid dentro de cinco meses, porque, que no lo olviden Iglesias, Rodríguez y Espinar, quien ganó Madrid para Ahora Madrid no fue Podemos, sino el prestigio, la serenidad y la arrolladora personalidad de Manuela Carmena.
Cuando pienso en los partidos, especialmente en Podemos, me imagino sus "tripas" como aquella "oficina siniestra" del humorista Pablo -no Pablo Iglesias, que, de humor, poco- con sus pelotas numerados bailándole el agua al jefe, humillándose y humillando a los demás, las más de las veces ofendiendo a la inteligencia, No me extraña pues que Rita Maestre y sus compañeros hayan preferido integrarse en la lista que Carena acabe sacando adelante. Han sido demasiadas las jugarretas con que el aparato ha relegado a quienes se han atrevido a hacer sombra a Iglesias, a mostrar el más mínimo brillo junto o frente a él. Por eso, esperando lo peor de Ramón Espinar y Julio Rodríguez, han optado por saltar al barco de su alcaldesa. Han sido demasiados los abusos cometidos en nombre y por el bien de "la marca, se han hartado y han colgado el viejo cartel de "por los abusos, no se fía".

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