lunes, 5 de noviembre de 2018

A POR ELLOS


¿A qué fueron Albert Rivera a y compañía a Alsasua? Yo lo tengo muy claro: a provocar y, de paso, a rebañar unos cuantos votos de ciudadanos andaluces poco dados a reflexionar sobre las verdaderas intenciones de quienes de vez en cuando aprietan las heridas aún abiertas, que son muchas, no para hacerlas supurar, sino para que duelan.
Imaginad por un momento que Albert Rivera y compañía, qué decepción señor Savater, en lugar de ir a Alsasua "a defender a la Guardia Civil" hubiesen ido a Tordesillas a defender la causa animalista y a denostar la salvajada, que otra cosa no es, de la fiesta del "Toro de la Vega". No tengo la menor duda de que hubiesen cosechado las mismas pellas de estiércol, los mismos abucheos, las mismas campanadas aturdidoras y quizá los mismos palos que quienes, año tras año, fiesta tras fiesta, se la jugaban en la localidad vallisoletana, para parar una fiesta inhumana y cruel, sin sentido en pleno siglo XXI.
Estoy hablando, no se me malinterprete, no de lo que defendían unos y otros, que sobre eso cada uno, supongo, tenemos nuestro criterio formado, sino sobre el hecho de aventurarse en territorio hostil, en un pueblo, con sus costumbres propias y sus gentes, para decirles lo que está bien y lo que está mal y lo que tienen que hacer con sus vidas. La diferencia entre unos y otros radica en que los animalistas se plantaban a pecho descubierto en Tordesillas para impedir la salvaje agonía de un animal aturdido y noble, hasta entonces libre, mientras que Rivera y los suyos se plantaron ayer en Alsasua sin otro motivo real que el de "sonar y salir" en Andalucía, donde, según las encuestas, ni la presencia de Inés Arrimadas o el propio Rivera, que van allí a hablar de Cataluña y contra el PSOE, consigue desbancar a Susana Díaz ni, tampoco, sobrepasar al PP en el parlamento andaluz.
No hacen sino seguir la impúdica tradición de la derecha española que, para no tener que hablar de lo que hay que hablar, va me tiendo palos en los nidos de araña y en los avisperos para despertar a los "bichos" enfurecidos y tener así algo en que ocupar a sus posibles votantes, estrategia que, maldita sea da beneficios a corto plazo, pese a que, a la larga, no consiga sino enquistar si no agudizar los problemas.
Hagamos un ejercicio: señalemos de memoria cinco o seis puntos del programa de Ciudadanos con los que podamos coincidir en mayor o menor medida. Resulta difícil ¿verdad? Para mí es imposible encontrar uno sólo y no me creo muy distinto de la mayoría de los ciudadanos, así en minúsculas, con los que me cruzo. Por qué triunfan entonces las candidaturas de Rivera, candidaturas personalistas donde las haya, de las que casi nadie recuerda dos nombres. Sencillamente, porque la alimenta de episodios como el de Alsasua, diseñados para, cueste lo que cueste, haya insultos o palos y mejor si los hay, salir en los telediarios.
Los lamentables hechos de Alsasua, en los que dos guardias civiles y sus novias fueron agredidos por una turba de "machotes" abertzales", fueron sobradamente investigados y llevados ante la justicia, que condeno con dureza a los responsables, aunque no por terrorismo ¿A qué viene entonces lo de ayer? ¿A resucitar fantasmas? Dicen que lo que se convocó fue un acto en defensa de la Guardia Civil y yo me pregunto si la Guardia Civil necesita ser defendida. La misión de las fuerzas del orden no es ora que la de servir al ciudadano y, pese a ello, que yo sepa no existe un solo cuerpo policial, incluida la guardia suiza del papa, que no se vea sometido a la crítica, cuando no al escarnio de parte de la ciudadanía y por ello gozan de privilegios legales que bastan para defenderlos. No necesitan de estas defensas interesadas, como la Legión no necesita de homenajes que, hoy por hoy, en España sí merecería la joven UME.
No. El acto de ayer en Alsasua no era sólo innecesario, sino que ha sido, además, peligroso y, cuando menos, ha desatado todos los demonios en un lugar en el que sólo el tiempo y el sosiego acabarán curando las heridas abiertas. El a sabiendas imprudente acto de ayer no fue más que otro "a por ellos" contra un enemigo inventado a mayor gloria de la testosterona nacional que tanta falta le hacen a Rivera y otros como Rivera que nos hacen mirar la bandera, y perdón por el ripio no buscado, para quitarnos la cartera.

3 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Excelente artículo ...

Saludos
Mark de Zabaleta

Montsehv dijo...

Muy bueno.

Rafael Priego Garcia dijo...

Buena reflexión (y el sr. Savater... es de pena :-)