viernes, 27 de abril de 2018

JUSTICIA PORNOGRÁFICA


Qué bien le hubiese venido a Cristina Cifuentes que la benévola sentencia dictada en por Audiencia de Pamplona contra esa asquerosa manada de machotes se hubiese hecho pública un día antes, porque así quizá la indignación que recorrió las calles y plazas de España hubiese ayudado a tapar su propia vergüenza, si es que en algún momento llegó a sentirla al verse como tuvo que verse por su mala cabeza y su soberbia y por no haber sabido parar a tiempo el escándalo que ella misma alimentó día a día.
La sentencia, insoportable para cualquier mente racional, limpia y ecuánime, "absuelve" a nueve años de prisión a esos cinco energúmenos que hace dos años se presentaron en una Pamplona en fiestas con el único fin de cobrarse alguna pieza, una joven, contra la que, después de acorralarla sublimar su evidente complejo de inferioridad frente a las mujeres. Insoportable, sin entrar siquiera en la baba que desprende el voto particular del magistrado Ricardo Javier González, que, por el contenido de su voto, más parece haber asistido a una sesión de cine "porno" que a la vista oral del juicio por delitos tan graves.
Cómo puede pensar un juez, un terminal del Estado, ese Estado que deposita en sus manos el destino de vidas y haciendas, que una mujer acosada y sometida por cinco hombres mayores y más fuertes que ella, en evidente estado de embriaguez, es decir, incapacitada temporalmente, puede sentir placer y disfrutar ante tamaña barbaridad. Qué formación ha recibido, en qué textos legales, en qué código ha encontrado argumentos para escribir, se supone que después de haber reflexionado sobre ello, lo que escribió ¿No será que ha visto demasiada pornografía y le ha dado el crédito que ha negado a la víctima de este caso?
Alguien debería hacer algo contra este juez, empezando por el Consejo General del Poder Judicial, porque junto a sus dos compañeros de tribunal, aunque él sobremanera, han ensuciado la imagen que los ciudadanos tenemos de la Justicia. Uno que, por trabajo, ha tenido que leer más de una sentencia, tiene a veces la sensación de que algunos magistrados son escritores frustrados, deseosos de pasar a la Historia, aunque sea la de la infamia, con la exposición de la argumentación de algunos de sus fallos que se vuelve especialmente tórridos y delirantes cuando tratan de la violencia contra las mujeres.
Es terrible que, en ocasiones como ésta, se eche en falta cualquier asomo de empatía hacia la víctima por parte de los jueces. A mí, que soy muy fantasioso, no se me ocurre otra cosa que imaginar a esos jueces rodeados por cinco energúmenos, el gorila de Brassens podría ser uno de ellos, dispuestos a sacar de cualquiera de ellos, sin más violencia que su número y su talla, el placer unidireccional que los machotes de la manada sacaron de su víctima. Y después, para ella, para esos jueces imaginados, la soledad, el desprecio y la crucifixión pública que sufrió la joven víctima que, a pesar de ser mujer no se conformó con llorar su dolor, sino que se atrevió a denunciar a sus agresores.
Afortunadamente y a pesar de la mente retrógrada de algunos jueces y legisladores, la calle tiene peso y cada vez más. Por ello confío en que, tras el terremoto de indignación que recorrió ayer de punta a punta las calles de España, esa sentencia se corrija en instancias superiores. Sobre todo, porque tras dar por bueno el relato que hace la víctima de lo que ocurrió en aquel portal en Sanfermines, un relato que nos ha sobrecogido ignora la acritud intimidatoria y potencialmente violenta de los agresores, para centrarse únicamente en la poca resistencia que la víctima, aturdida y paralizada por el miedo, les opuso. Un argumento, una coartada, legal o no, que deja en abuso lo que evidentemente fue una violación grupal, de esas de las que presumen sus descerebrados autores en vídeos que circulan por las redes.
Vídeos que sirven para alimentar la menta calenturienta de algunos pornógrafos que, luego, escriben sentencias.




2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Montesquieu ya lo decía: “Las cabezas de los hombres más grandes se achican cuando se reúnen, y allí donde hay más cuerdos es también donde hay menos cordura” ...

Saludos
mark de Zabaleta

Unknown dijo...

Es denigrante como funciona la justicia en este Pais,aquí tenemos un ejemplo bien claro de ello , lo que le hicieron a esa pobre chica indefensa ese día en ese portal entre 5 dementes fue una violación pura y dura , esto tenemos que denunciarlo tod@s en la calle !!!!