viernes, 23 de febrero de 2018

EL DESPERTAR DE LOS PENSIONISTAS


Ayer, probablemente porque tenía la cabeza en otras cosas, me vi sorprendido, supongo que como muchos, por la dimensión de la movilización de los pensionistas españoles, un colectivo conservador  por naturaleza que, muy probablemente, ha sostenido y sostiene al PP como partido más votado del país, que, por fin, parece haber caído en la cuenta de que están siendo estafados y maltratados por un gobierno que, tras condenar a sus hijos al paro y a sus nietos a la emigración y la falta de futuro, se ha instalado en la increíble ficción de que subir las pensiones un 0,25% al año es revalorizarlas.
Tienen el cinismo, especialmente esa ministra malencarada y chillona que ocupa la cartera de Trabajo y Seguridad Social, que, pese a tener vivienda en Madrid, cobra dietas por estar censada en Huelva, de decir que estos hombres y mujeres que, con su trabajo, contribuyeron a generar gran parte de la riqueza que poco a poco estamos perdiendo, que pagaron institutos, colegios y facultades, amén de hospitales, carreteras y no sé cuántas infraestructuras más, que, con su pensión, demasiado ajustada en la mayoría de los casos, están sosteniendo a más de una generación en casa, tienen, la señora Báñez y compañía, la poca vergüenza de decir que los pensionistas que les mantienen en sus escaños y despachos, son un colectivo privilegiado y especialmente protegido.
Desde que ayer se vieron rodeados en el Congreso por millares de pensionistas cabreados a los que ni siquiera las vallas policiales consiguieron contener, desde que comprobaron que lo de la Carrera de San Jerónimo no era una convocatoria de autobús y bocadillo, porque se reprodujo en las principales ciudades españolas, desde que son conscientes de la ira de los jubilados, dicen sentirse preocupados por ellos. Mentira,  no lo están ni lo han estado nunca, porque de haber estado preocupados habrían dado solución a sus problemas. Lo que ocurre es que ahora, por primera vez en mucho tiempo, tienen miedo.
Tienen miedo a que el voto cautivo y temeroso de quienes creían que sólo un gobierno como el del PP sería capaz de poner a salvo sus pensiones decidan, ahora que ven como quienes presumían de buena gestión y generosidad se han comido el fondo de reserva de las pensiones y les obligan a copagar, por ejemplo, una sanidad cada vez más coja, con menos personal, menos camas y menos prestaciones, ahora que se sienten estafados, decidan quitarles ese voto y mandarles donde hace tiempo que debieran estar: lejos del poder y los escaños en los que ahora sestean vergonzantemente..
Desde que Rajoy ocupa La Moncloa, los pensionistas, no importa cuál sea el importe de su pensión, se ven obligados a pagar parte de sus tratamientos médicos, de los que se han excluido algunos medicamentos indispensables, con lo que, a veces, el dilema para ellos es comer o medicarse, desde que Rajoy gobierna, los hijos de estos pensionistas, algunos con familia y superados los cuarenta, han ido al paro gracias a la cruel y salvaje reforma laboral aprobada por el PP en solitario, desde que el PP está en el poder, se han dejado de pagar en muchas comunidades autónomas esas becas comedor que permitían a  muchos niños hacer una comida equilibrada al día, una comida que, ahora, hacen "de aquella manera" en casa de esos abuelos que hacen milagros con su pensión para que sus nietos no enfermen, desde que, en fin, Rajoy llegó al gobierno con su cara de póker al poder, los más negros nubarrones se han cernido sobre una gran parte de la población, sobre todo sobre quienes ya no tienen ni la fuerza ni la posibilidad de echarse a la calle a buscar una chapuza que hacer o emigrar a tierras más benévolas.
Por todo eso se movilizaron ayer los pensionistas. Por eso y porque ahora quieran "cargarse" el sistema que permite pagar y permitiría pagar mejor sus pensiones, porque pretendan que sus hijos y sus nietos se paguen un plan de pensiones privado con la banca, la misma banca que sobrevive al latrocinio de sus gestores gracias a los casi setenta mil millones de euros que cada españolito paga de su bolsillo, la misma banca que propició y avaló esas inútiles autopistas radiales que ahora hay que comprar a las concesionarias para, una vez reflotadas, cuando sean negocio, volver a vendérselas a la canalla especuladora.
No hay dinero para pensiones, para sanidad ni dependencia, pero sí lo hay para remendar los bolsillos de tanto constructor ludópata que se juega el cemento de sus obras a sabiendas de que, al final, siempre pagamos los mismos. Y aun así los miembros del Gobierno y de su partido se permiten decir que los pensionistas y no sus amigos son el colectivo más protegido durante la crisis. Por eso y como todo, hasta la paciencia de un anciano, tiene un límite, los pensionistas han despertado. Sólo espero que, en ese despertar, las legañas del miedo, no les lleven a votar a Ciudadanos, sería ponerse en manos del mismo perro con distinto collar.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya están avisados estos pensionistas que el voto de ellos que han alimentado con su pensar que es mejor votar a la derecha, ahora son traicionados. Mantener vivo a este partido es morir pronto. Porque estos corruptos con su política lleva a la gente mayor a la muerte y así pueden dejar de pagar la pensión. Privandoles de camas en hospitales, haciendo parar las medicinas con el copago y cada vez mermando las pensiones. Ya no hay cabida para sus hijos y sus nieto a un buen sistema de pensiones si no se la pagan en privado. No votarles es la mejor opción. Que se quite el miedo de votar a los partidos de izquierda que siempre lucharán por sus intereses. Un abrazo