¿Quién dijo que iba a ser fácil? ¿Quién dijo que iba a ser
gratis? Desde luego, han sido muchos, demasiados. Y han sido muchos los que han
guardado silencio o los que, como yo, pensábamos que no iba a pasar nada, que
alguien pisaría el freno antes de lanzar por la cuesta de esta quimérica locura
que ha sacudido las callas de Cataluña, un tren cargado con más de siete
millones de españoles, que lo son a la fuerza o no, con todos sus sueños y sus
vidas. Pero no ha sido así. Me había equivocado. La rauxa ha podido con el
seny, llevándose por delante años y años de sensatez.
Demasiado incienso y demasiada pólvora en el escenario.
Pólvora e incienso que, afortunadamente, son, al menos de momento, sólo
metafóricos, pero en todo lo que está sucediendo estos días hay demasiado
misticismo, en unos, y demasiada prisa por dinamitarlo todo en otros. Y no
hablo de que a un lado estén los místicos y en el otro los incendiarios, no.
Están mezclados, distanciados, si no por sus intereses, sí por sus actitudes.
Por desgracia, no es la primera vez que lo escribo ni soy el
primero que lo hace, los culpables están enfrentados y revueltos tanto en eso
que llaman “Madrid" como en Cataluña. En uno y otro lado están los que han
llenado las calles de flamantes banderas rojas y amarillas, la sangre y el
fuego, porque, al final, todas las banderas se parecen y, evocando una
imagen que me permito robar al poeta mexicano José Emilio Pacheco, no son más
que instrumentos con los que tratamos de apresar la libertad que es el viento.
En uno y otro lado están quienes han lanzado a la gente a la calle llenos de
patriotismo y les mueven intereses parecidos, e poder o la gloria, siempre muy
lejos de los de la gente, esa gente a la que, estoy seguro, no le gusta sufrir,
no le gusta perder.
Deberíamos fijar en nuestra conciencia algo que, en la
vorágine de "los directos" no se ha explicado cómo se debe y eso que
no se ha explicado es que la mayor parte de la gente que se ha movilizado en
Cataluña lo ha hecho creyendo que España y no Rajoy o el PP era el origen de
sus penurias. Se lo han hecho creer personajes como el vicepresidente Junqueras
que, ayer mismo nos explicó que en una Cataluña independiente les iría mejor a
las mujeres y a los pobres, que la economía crecería y que todo iría mejor. Y
lo dijo con ese tono enervante de quien exige suplicando, con ese olor a
incienso, con ese misticismo que le lleva a cerrar cada entrevista y sin venir
a cuento, explicándonos que es católico practicante, como si eso fuese garantía
de cordura o bonhomía o incurriendo en el error de hacerse perdonar por decir
lo que, de ser cierto, se sostendría por sí solo.
Sin embargo, de existir, ese dios para el que dicen que trabajó en los
sótanos del Vaticano no debía estar ayer de su parte, porque, mientras hablaba
para la Sexta, los acontecimientos se precipitaban y el dinero, que no tiene
color, le daba la espalda a la Cataluña soñada por él y sus compañeros de aventura,
porque, minutos antes del comienzo de su entrevista, el banco Sabadell anunciaba
el traslado de su sede a Alicante y Caixa Bank, el mayor banco con sede en el
territorio que pretenden declarar independiente anunciaba que entraba en sus
planes en sacar su sede de Barcelona. Y es que tanta inquietud asusta, no al
dinero sino a sus propietarios que, estaban empezando a mover sus depósitos a
destinos más seguros y las acciones de uno y otro se precipitaban en Bolsa.
Fue mano de santo, porque estos movimiento, como los
seguidos por otras prestigiosas empresa con base en Cataluña, habían dejado en
evidencia al Govern y sus proyectos que, sigilosamente está ya replegando velas
y bajando el tono de su discurso mientras, como diría un castizo "visten
el santo" del incumplimiento de una promesa forzada y el fracaso, al menos
por el momento o tal cual estaba diseñado, de un "proceso" lleno de
trampas, a cambio del apoyo de la díscola e intransigente CUP.
El dinero tiene que sentirse cómodo y seguro y en las
últimas semanas, la comodidad y la seguridad, en Cataluña, brillan por su ausencia.
El dinero no tiene color y es de miedo fácil. Por eso está consiguiendo en
pocas horas aquello en que la razón y el seny. han fracasado. Un alivio, pero
un triste alivio, porque que esta loca carrera por salir de Cataluña, ese "coge el dinero y corre" que han
emprendido el dinero y quienes lo tienen haya sido más eficaz que la razón más
que alivio, debería darnos miedo,
1 comentario:
Ciertamente la pela es la pela ...
Saludos
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